Tránsito
Desde Dirección de Tránsito aseguran que “no tenemos la potestad para trabajar en las rutas”
El director de tránsito Walter Villarruel, se refirió a los incidentes ocurridos en los últimos días. Reconoció las limitaciones que condicionan el accionar desde el área, y resaltó el trabajo realizado en cada operativo. En respuesta a los reclamos vecinales por ruidos molestos, el funcionario aseguró que carecen de las herramientas necesarias para ejercer controles más rigurosos. En paralelo, compartió su visión acerca del proyecto de ordenanza para la creación de un picódromo presentado por el concejal Darío Méndez.
En el marco de la espera por los avances en la creación del Observatorio Vial, y el análisis del proyecto para contar con un “picódromo” en la ciudad por parte del Concejo Deliberante, la problématica de tránsito continúa en agenda y se agrava con el correr de los días. El director de Tránsito Walter Villarruel, compartió los argumentos que reflejan las limitaciones que poseen a la hora de ejercer controles en la vía pública.
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Debido a los siniestros viales ocurridos el fin de semana, Villarruel puso en relieve el accionar por parte de los inspectores y aclaró que “es importante que se sepa que todo lo que tiene que ver, o lo que acontece en la Rutas, no tenemos jurisdicción, no podemos intervenir”, y especificó que “en las juntadas que hacen en la Ruta 30 y la 226, en la rotonda precisamente, sobre las que tenemos conocimiento, por supuesto, como de las picadas que se realizan en La Porteña y en la Escuela Granja, no podemos intervenir”.
“Esto le corresponde a la policía de la Provincia, no podemos hacer ningún marco de ningún operativo”, enfatizó el director , y aclaró que, si, pueden accionar “dentro de la ciudad”. Sin embargo, expresó que, “esto no quita que uno tenga una opinión, sobre todo al tratarse de dos rutas que son muy transitadas, y el suceso de este fin de semana, justamente deja en relieve a los autos que infringen las normas”.
Al mismo tiempo, consideró que “esto no se debe hacer, pero lamentablemente en esos casos nosotros no tenemos potestad para trabajar en las rutas”.
Ruidos molestos
En referencia a la problemática histórica que aqueja a los vecinos del Lago del Fuerte y que en los últimos días los impulsó a retomar enérgicamente el reclamo por la presencia de motos con escapes liberados y música fuerte, Villarruel afirmó que “sabemos que este fin de semana fue más que complicado, de hecho nosotros teníamos operativos fijos”, y detalló “uno en San Lorenzo y Avellaneda, que lo implementamos por los disturbios que presentaban las motos en la avenida, hasta lo que es la fuente Las Nereidas, y a su vez en el Dique, donde hacemos todos los fines de semana”.
El funcionario continuó explicando sobre las limitaciones que poseen los inspectores a la hora de ejercer su función. “Nosotros tenemos ciertas herramientas para poder controlar, como poder detener una moto, pedirle la documentación, y si esa documentación no es la que se tiene que tener en cuenta para poder circular, poder hacer una infracción o la retención preventiva de la misma”.
En paralelo, el director de Tránsito argumentó, “en estos caso, como el domingo cuando más de 70 motos deciden literalmente a 80 kilómetros encarar un puesto de control, las herramientas se te agotan, y además avanzaban sin importarle que había gente en el lugar, chicos caminando, y pequeños en bicicletas”.
Ante este tipo de incidentes, Villarruel resaltó que los inspectores “solo podemos apuntar a evitar que alguien salga lastimado, intentando correrlos”. Y comentó que a pesar de trabajar con esas intenciones, “golpearon la camioneta de tránsito, rompieron un espejo, y ante esto, con nuestras herramientas y las limitaciones que tenemos, se nos vuelve imposible controlar”.
Controles
Al decir del funcionario, eso corresponde a otra esfera, como la policía, que debe tomar otra determinación porque nos excede a las herramientas que tenemos nosotros como control municipal para interceder entre un vehículo.
“No obstante, tratamos de reforzar los controles, nosotros tenemos controles todos los días, todas las semanas y en diferentes horarios, y siempre hay más de veinte motos y autos secuestrados por semana, esto indica que el trabajo se está haciendo. El problema que estamos teniendo ahora es que cuando se juntan todos los que andan fuera del marco de la norma y hacen causa común y son cerca de 100 motos que no respetan el semáforo, no respetan los controles, ni a los inspectores de Tránsito, y de hecho los controles que nosotros hacemos en los que tenemos apoyo de la policía, como el de Avellaneda y San Lorenzo, era un móvil nuestro y dos policías caminando, tampoco tenemos muchas herramientas”, insistió.
Aclaró también que “no estamos autorizados a seguirlos, no podemos poner vallas, porque si se lastiman o se caen la culpabilidad es de quien controla no de quien tiene que ser controlado, entonces las herramientas legales no son muy abarcativas”.
Villarruel reconoció que están al tanto de las molestias de los vecinos “y tienen toda la razón del mundo, pero cuando intentamos establecer algún tipo de control, también son los primeros en decir y criticar el accionar del inspector, que lo corrió, que lo golpeó, que lo hizo caer de la moto y esto es real”.
El director añadió que van a “intentar, como siempre, ser creativos a la hora de los controles para poder detener la mayor cantidad posible de las motos que están fuera de la norma”.
Sobre el picódromo y su incidencia
Con el argumento de reducir los accidentes de tránsito causados por la práctica de competiciones, sin el control Municipal requerido, el presidente del bloque de concejales del Frente de Todos, Darío Méndez, presentó el pasado 8 de septiembre el proyecto de ordenanza para la creación de un picódromo, con el objetivo de reducir considerablemente las picadas ilegales de motos y autos en espacios de libre circulación.
El director de Tránsito compartió su visión sobre la viabilidad de la realización del proyecto presentado por Méndez, considerando que “es una recta, con una determinada distancia en la que dos vehículos, de cero velocidades, en la que desarrollan una velocidad mayor y el que llega a la meta primero, es el ganador”.
En su devolución, Villarruel rápidamente cuestionó “¿Qué tiene eso que ver con las contraexplosiones, con andar sin casco, andar en manada de 80 o 90 motos, o con la actitud desafiante con la que anda esta gente haciendo willy o piruetas en la calle?”.
“Si hay un marco regulatorio para hacer funcionar un picodromo, me parece perfecto”, destacó el funcionario. Sin embargo, apuntó a la importancia de encontrar herramientas que aproximen una solución real y pronta a los incidentes viales, y resaltó que “esta gente lo que busca es en el marco de la ilegalidad, porque las motos no tienen luces, no andan con licencias, ni cascos”. Y argumentó su postura ante la creación del espacio propuesto por el concejal del FDT, “si vas a un picodromo, no solo que tiene que tener la medidas de seguridad correspondientes para funcionar y una asociación que esté a cargo del mismo, sino que el que va a participar de las picadas, tiene que tener su vehículo en regla, correcto, como corresponde, y con licencia habilitante para practicar la actividad deportiva, pero que no tiene nada que ver con el desorden público que acontece cada fin de semana”.
En síntesis, Villarruel consideró que, “va a ser una solución para aquellos que quieran practicar este deporte, y no cuentan hoy en día con un picodromo en Tandil, pasarían a tener un nuevo lugar donde desarrollar su actividad deportiva, siempre y cuando esté dentro del marco legal”, y una vez más, enfáticamente resaltó que “no tiene nada que ver con el marco ilegal en el que se maneja esta gente, que no es la picada en sí, sino el conjunto de hechos que protagonizan a diario o cada fin de semana, como es de conocimiento de toda la comunidad”.