Arquitectura
Denunciaron el descuido del Tanque de Agua de la plaza Martín Rodríguez, patrimonio de Tandil
Forma parte de los bienes protegidos catalogados en el Plan de Desarrollo Territorial. El exconcejal Eduardo “Tony” Ferrer advirtió que urgen intervenciones para la preservación y puesta en valor de la construcción que le da identidad a la “Plaza del Tanque”. Repasó los detalles históricos de una obra que revestía gran envergadura en 1939, en tiempos de su ejecución.
El licenciado en Gestión Cultural y concejal mandato cumplido Eduardo “Tony” Ferrer advirtió sobre el descuido que observó en la Torre de Agua Corriente ubicada en la Plaza Martín Rodríguez, obra arquitectónica que forma parte del patrimonio cultural de Tandil. Indicó que es un bien registrado para su preservación en el Anexo 5 titulado Bienes Patrimoniales Catalogados del Plan de Desarrollo Territorial (PDT).
Recibí las noticias en tu email
“En la actualidad, a pesar de algunos trabajos en los pisos aledaños, su fachada y parte de su mampostería se encuentran en estado de abandono. La construcción debiera intervenirse para su preservación y puesta en valor”, expuso Ferrer, quien trabajó en temas vinculados al patrimonio de la ciudad.
Repasó que la edificación que irrumpe en el centro de la Plaza Martín Rodríguez- exPlaza de Las Carretas y conocida también como la “Plaza del Tanque”- está circundada por las arterias Santamarina, Sarmiento, 4 de Abril y Mitre.
“Es una de las grandes obras de infraestructura emprendida aproximadamente en 1936 y puesta en marcha en 1939. Se considera un trabajo arquitectónico relevante para la ciudad y tal vez, único en su estilo en el país. La parte superior tiene un balcón redondo que es distintivo y exclusivo (al no encontrarse otro igual en Tandil), además posee ventanas con arco de medio punto y un fantástico zócalo de piedra confeccionado con granito gris de la región, extraído por los canteristas”, describió sobre el valor de su arquitectura.
Y citó que “según María de los Ángeles Pagola, el Tanque construido está levemente inclinado y destaca que en la plaza (entorno paisajístico de esta obra arquitectónica) está plantado un retoño del árbol de Guernica (símbolo de la libertad de Bizkaia y de toda la sociedad vasca), que se encuentra precisamente enfrente al Centro Vasco Gure Etxea, que aglutinó a los inmigrantes del País Vasco”.
La fachada
Al repasar la historia, Ferrer consignó que “el Tanque de Agua Corriente ocupó la histórica ‘Plaza de las Carretas’, denominada así desde 1879 y que inicialmente ocupara dos manzanas. Allí llegaban los frutos del país que luego eran comercializados en la ciudad”.
Por otro lado, recordó que “las primeras obras de aprovisionamiento de agua corriente a nivel local contaban inicialmente con una infraestructura de 5 pozos, sobre la avenida Aristóbulo de Valle, una torre tanque y las cañerías correspondientes. Estas obras tenían una capacidad calculada para abastecer una población de 50 mil habitantes a razón de 300 litros de agua por persona, lo que importa una provisión total de 15 mil metros cúbicos”.
El exconcejal citó que en un artículo publicado el 31 de diciembre de 1939 -número extraordinario del Diario Tribuna- existen referencias a las obras de ejecución del tanque de agua corriente, donde se describen algunos datos de los depósitos de distribución ubicados en su construcción. “La torre de sostén de los tanques es de albañilería de ladrillos sobre un basamento revestido con piedra granítica de 8 metros de altura: interiormente las paredes van revocadas con morteros de cal y exteriormente, en la parte superior, con revoque imitación piedra”, publicaban por entonces.
También hace mención a “2 tanques de planta circular, el superior de 15,45 metros de diámetro interior y el inferior de 14,50 metros. El primero de ellos tiene una capacidad de 400 m3, mientras que el segundo es de 1000 m3…”.
En esa línea, Ferrer concluyó que “por estos datos y otros que hoy pueden resultar obsoletos, la nota periodística destacaba que se trataba de una obra de envergadura que cubriría una zona alta y baja de la planta urbana, abarcando una longitud aproximada de 61 mil metros de cañería de hierro fundido para una zona de 340 hectáreas”.
Por último, mencionó que en el Boletín 30 que data de 1939, publicado por Obras Sanitarias de la Nación, aparece en la portada el “Tanque de Agua de Tandil” que fue tomado de la pintura realizada por el artista Carlos E. F. Saunier.
Preservar el patrimonio
“Debemos tener una visión amplia de patrimonio cultural tandilense para conservar lo que hemos heredado y esto se consigue con una gestión que ponga en valor esta y otras obras arquitectónicas, no solamente en la preservación sino también en la narración de su historia. Es importante que los proyectos sean ampliamente participativos, para reforzar la autoestima de la comunidad”, sostuvo Ferrer en cuanto al sentido profundo de defender la arquitectura de antaño.
Por otra parte, señaló que “la pérdida y/o desconocimiento de una obra arquitectónica como la del Tanque de Agua Corriente, asociada al abandono, contribuye a la desvalorización de la misma, como así también a otras torres más pequeñas ubicadas en Obras Sanitarias que señalara en una nota en redes la arquitecta Carolina Shedden, donde funcionan los pozos que bombean agua hasta la Plaza del Tanque. Dice la profesional que estas construcciones tienen un valor significativo y son obras públicas de gran calidad, manifestando además, que observó cómo una de ellas fue totalmente arruinada” y citó a la profesional, quien marcó: “Otros tiempos, otra arquitectura, otros materiales, otra mano de obra. Una pena que no lo vean”.
Ferrer expuso que “el significado cultural del patrimonio en la conservación se debe proteger, transmitir e interpretar correctamente. Esto se funda en que es un mensaje cargado de múltiples facetas como la histórica, social, política, espiritual y artística, que integran lo que podría llamarse la singular particularidad de los bienes patrimoniales, producto de la sociedad que le dio origen y a la que pertenecen”.
Además, manifestó que “aunque resulte tedioso y repetitivo, siempre resulta interesante transcribir un párrafo de la obra Patrimonio, Ciencia y Comunidad que enuncia:
-Sólo se protege lo que se conoce: es necesario, localizar documentar e inventariar los bienes culturales.
-Sólo se conoce lo que se comprende: evaluar y estudiar la significación de dichos bienes.
-Sólo se comprende lo que se analiza: investigar, preservar, conservar los bienes culturales.
-Sólo se analiza lo que se valora: poner en valor y disfrutar de dichos bienes”.
Para cerrar, concluyó que “valorar, restaurar, proteger el patrimonio cultural es un indicador claro de la recuperación, reinvención y apropiación de la identidad”.