De Tandil a Alemania, y la historia de Marocchi y Valor que aguarda por su final
El nombre de Marocchi está guardado en la memoria colectiva tandilense. Se trata de una de las familias que padeció el cruento paso del terrorismo de estado. Hoy, ese apellido vuelve a las primeras planas de los medios mundiales. Uno de los represores prófugos fue hallado por un periodista en Alemania y se aguarda por su juzgamiento. En el medio del proceso, otro tandilense, el abogado César Sivo, como protagonista. La historia que aun aguarda por su cierre.
El 18 de septiembre de 1976, un grupo de tareas militares ingresó por la fuerza en una casa del Puerto de Mar del Plata, y secuestró a Omar Marocchi y Susana Haydée Valor, quien estaba embarazada. La joven pareja, oriunda de Tandil, fue llevada a la Base Naval, donde Luis Esteban Kyburg era el segundo comandante de la unidad de Buzos Tácticos. Nunca más se supo de ellos, sus nombres integran la lista de los desaparecidos de la última dictadura cívico militar.
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Hoy, aquellos vecinos que hoy residen en el flamante barrio Procrear y a los que les tocó transitar sus calles internas, supieron de estos nombres, como otros tantos que forman parte de la triste lista de convecinos que sufrieron al terrorismo estatal.
Por las desapariciones de Marocchi y Valor, en 2016 nueve militares fueron condenados a prisión perpetua, entre ellos Rafael Guiñazú, quien era el comandante de Buzos Tácticos. Pero allí no estaba Kyburg, ya que desde iniciado este proceso judicial supo evadir a la Justicia e integró siempre la nómina de militares acusados de delitos de lesa humanidad prófugos.
El Ministerio de Seguridad de la Nación ofreció recompensa por información para lograr su captura –primero 100.000 pesos, después 500.000-, pero poco y nada se sabía de Kyburg, hasta que ahora, un periodista lo volvió a encontrar y lo ubicó en las primeras planas de los medios de aquel país y otros tantos del mundo.
Vidas cruzadas
Pero esta historia cuenta con otro tandilense que a lo largo del tedioso proceso también terminó siendo protagonista. Se trata del abogado César Sivo, cuya profesión también lo llevó a involucrarse como letrado de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos pero con un aditamento más, su pasado en Tandil con los Marocchi lo llevó a enrolarse como querellante en la causa que ahora volvió a la palestra mediática.
César Sivo egresó de la Escuela Técnica 1 de Tandil, cuando Omar Marochi padre era docente en dicha institución. “El era uno de los que le pedía que estudiara derecho. Me veía con más afinidad a esa profesión que a lo técnico”, recordó el abogado.
Con el paso del tiempo Sivo, ya siendo abogado, empezó a trabajar en derechos humanos y cuando empezaron a aportar información a los juicios en Madrid en la audiencia nacional se encontró con el caso Marocchi y Susana Valor.
Terminó como abogado de la familia y trabajó en los procesos para tratar de encontrar a todos los responsables de la desaparición de Omar.
En esa tarea abocada a determinar las responsabilidades de lo que fue la fuerza de tarea VI de la Armada Argentina (Base Naval y Escuela de Suboficiales Infantería de Marina), tras mucho tiempo se logró definir el organigrama, descubriendo a cada uno de los integrantes y se los imputaba. Empezaban las detenciones y comenzaron los primeros juicios.
Cuando se hizo el primer y segundo tramo del juicio por lo ocurrido en la Base Naval hubo condenas a perpetua y en medio apareció una lista intermedia de grupos de tareas en las que aparecía Kyburg, quien advirtiendo lo que estaba ocurriendo con sus camaradas y lo que deparaba su futuro procesal, se fue a Alemania, donde tenía –tiene- la nacionalidad.
Con el tiempo (ya para el 2015) Sivo y compañía lograron que se ordenara su detención y se pidió su extradición, pero Alemania, con su política de protección de sus ciudadanos, rechazó la extracción y se quedaron sin alternativa de juzgamiento.
Frente al escenario, la única posibilidad que quedaba era el juzgamiento en tierra alemana, para lo cual había que montar una querella. Y allí apareció otra vez aquel estudio de abogado Wolfgang Kaleck de Berlín que había trabajado en los primeros juicios cuando la impunidad reinaba en la Argentina.
En noviembre de 2017, Sivo y colegas empezaron a nutrir de información a la querella alemana para poder avanzar en la investigación. Entre los casos de desaparecidos rastreados volvió el caso Marochi y su hermana Anahí presentándose como querellante.
En medio de este proceso, a través de los seguimientos a Kybur, se detectó sus constantes cambios de domicilios. Allí aparece en escena el periodista Toni Hervida quien logra ubicarlo. A partir de allí, noviembre de 2017, siempre se encargó de buscarlo y encontrarlo.
La idea era que en septiembre (sujeto ahora por la pandemia) que la fiscalía alemana se traslade a la Argentina para tomar declaraciones testimoniales en la embajada Alemana en Buenos Aires.
Los tandilenses
Omar Alejandro Marocchi. “Negro” para sus amigos. “Mariano” para sus compañeros de militancia. Oriundo de Córdoba, nació el 4 de octubre de 1956. Militante de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) en Tandil. En 1976 se fue a vivir a Mar del Plata con el fin de recomenzar sus estudios de Arquitectura iniciados en la Docta. Con 20 años ya era un militante peronista y montonero que se quedó en el país pese a que su padre –mayor retirado de Aeronáutica- intentó disuadirlo de su elección y convencerlo de que se fuera al exterior.
Con Marocchi se trasladó su pareja Haydee Susana Valor. Haydee nació el 24 de diciembre de 1951 en Tandil. Sus amigos la llamaban “La Gorda”. Estaba embarazada de tres meses. Ella y el/la niño/a que debió nacer en cautiverio permanecen desaparecidos.
Según consta en los expedientes, fueron secuestrados-desaparecidos ambos, el 18 de septiembre de 1976 en Mar del Plata (Alejandro Korn 954) alrededor de las 18.30 aproximadamente. Sus mismos raptores desvalijaron la casa en que habitaban. Fue visto en el CCD Base Naval antes de su asesinato.
El testimonio de un padre
La causa “Base Naval II”, en el caso por la desaparición de Omar y Susana, fueron imputados Arrillaga, Ortiz, Pertusio y Falke, y uno de los testimonios oídos durante el debate, fue el de Américo Marocchi, padre de Omar, retirado como oficial de aeronáutica con el grado de mayor, y profesor director de la exTécnica 1.
El hombre reprodujo el momento del secuestro de su hijo: “Mi hijo Omar vivía en Mar del Plata en 1976. Estudió en la escuela técnica de la que yo era director y se recibió como técnico electromecánico, y a su vez de noche hizo el bachillerato (…). La última vez que con mi señora, estuvimos con mi hijo, fue el 5 de septiembre del 76. Como intuía que las cosas en el país no eran del todo pacíficas, le propuse sacarlo del país. Él quedó en contestarme (…). Vuelvo a Tandil y él me contesta en una carta que me agradecía pero que iba continuar en Mar del Plata. Volví con mi señora el 21 de septiembre a visitarlo, con la esperanza de tratar de convencerlo, pero cuando llego al domicilio, la propietaria (María de Petrone) le dice a mi señora que vino gente a llevárselo, diciendo que era subversivo. Dice que el 18 de septiembre aproximadamente a las 18.30 llegaron tres personas, les pidieron las llaves y los esperaron adentro. Cuando llega mi hijo con Susana, los detienen. Había un Falcon en la puerta esperando. Lo llevan a mi hijo primero, pero a Susana la llevan esposada. Eso es lo que nos narró la propietaria del edificio y los vecinos”.
El matrimonio recorrió las comisarías marplatenses y la Base Naval, sin resultados. De regreso a Tandil, Marocchi habló en la Base con el jefe, el comodoro René Fiscar, “que era de la promoción mía, éramos amigos. Le comenté la situación y logra contactarse con el comodoro Agustoni (jefe de la Base Mar del Plata), y nos dice que nos espera al día siguiente” en esa ciudad.
Pero la reunión con el jefe tampoco dio resultado. De paso por la casa de su hijo, la madre de Susana les cuenta que “ayer vinieron los militares y se llevaran todas las cosas, se las repartían como buitres”. Comenzó entonces otro “desfile” por despachos militares, pero en ninguno les ofrecieron ninguna respuesta.
Nélida “Nene” Pettersson era la madre de Omar Marocchi. Murió de cáncer en el 2008 a los 81 años y no pudo ser testigo de la resolución del juicio por la desaparición de su hijo y su nuera. Quienes la conocieron, saben de su lucha incansable por encontrar a su hijo. Desde el primer día se enfrentó a las autoridades militares, en pleno Proceso; quizá con temor, pero con la firme determinación de hallar a su hijo.
Un represor argentino en Alemania
Luis Esteban Kyburg fue segundo comandante de Buzos Tácticos en la Base Naval de Mar del Plata durante la última dictadura militar y está prófugo desde 2013. Un abogado marplatense, junto a organismos de derechos humanos europeos, lo denunció en Alemania para que sea juzgado allá y un periodista argentino lo encontró caminando libremente por Berlín.
Para Sivo no hay duda que a Kyburg le corresponde la prisión perpetua, ya que hay militares que estaban en el mismo nivel de mando que él que recibieron esa condena. “Es un contrasentido que esté impune”, dice el abogado.
“Es fundamental que vengan, que puedan ver los diferentes lugares donde se dio el terrorismo de Estado. Que puedan recorrer la ESMA y entender lo qué pasó. No es lo mismo mirarlo desde Alemania que desde Argentina”, subrayó Sivo.
“Esto es volver a desandar el camino que han hecho otros contra la impunidad y es un honor seguir buscando justicia”, dice el abogado que representa a las víctimas del terrorismo de estado y agrega: “Vamos a seguir buscando justicia a donde estén y siempre como corresponde”.
El periodista argentino que halló a Kyburg
Como se indicó, Kyburg fue hallado en Berlín, Alemania, hace un par de semanas y fotografiado y filmado por el periodista argentino Toni Hervida, para el diario Bild. La imagen del militar argentino acusado por delitos de lesa humanidad caminando libremente por la calle dio vuelta el mundo y reavivó el reclamo de justicia.
En una nota reciente en medios internacionales, Hervida recordó que el 23 de marzo de 2017, en una reunión entre argentinos en Alemania por conmemoración del Día de la Memoria, surgió que había un represor que vivía en Berlín, de apellido Kyburg.
Hervida confió al diario La Capital de Mar del Plata que “una información anónima me acercó la dirección de Kyburg en Alemania, que si bien no era la actual, era un inicio. La perseverancia me ayudó a encontrarlo, hasta que vi su apellido en el timbre de una casa y fue chequear para asegurar que se trataba de esa persona”.
“En cuanto pude fotografiarlo, filmarlo y estar seguro que era él –siguió relatando-, fuimos al Centro Europeo de Derechos Humanos y se pusieron en contacto con la fiscalía en Berlín”, y agregó que “le están dando forma a la denuncia para que se llegue a un resultado satisfactorio, sobre todo para las víctimas de la dictadura militar”.
“La presencia mediática tiene una implicancia para la Justicia. Recordemos que Alemania tiene una responsabilidad histórica con estos casos y esperemos que esto haga que los jueces en Alemania tomen conciencia de lo que está pasando, que hay una persona sospechada de haber participado de homicidios y torturas que camina libre por las calles”, remarcó el periodista.