De la inconsciencia a la tragedia, un solo paso
Un increíble hecho que afortunadamente no llegó a ser una tragedia se registró este lunes por la madrugada en un departamento ubicado en la intersección de las calles Fuerte Independencia y Constitución, donde Hernán Pozzo y María Lucía Bianchini viven junto a Vicente, su hijo.
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Cuando solo habían pasado unos minutos de la una de la mañana y María Lucía ya se disponía a irse a dormir luego de haber acostado a su bebé en la cuna, sintió un golpe, un ruido y un olor a humo que invadió la habitación. Les habían arrojado un petardo desde la calle.
“Siendo la 1.08 am Vicente ya estaba en su cuna, yo ya me estaba yendo a dormir y había empezado a cerrar las ventanas. Pensé: ‘dejo abierta un ratito más la de la habitación mientras me lavo los dientes así se refresca’. Mientras pasaba por el pasillo para ir al baño vi colarse una luz, sentí un golpe, pshhhhhhhhh, olor y humo… Entré rápido, miré hacia donde tenía enchufado el celular pensando que se estaba prendiendo fuego, pero en eso vi la luz dentro de la cuna y asocié el olor: pólvora”, relató en su perfil de Facebook Bianchini.
Los nervios del momento, de ver que un fuego artificial estaba encendido en el mismo lugar donde su bebé estaba durmiendo, la alteraron. Afortunadamente logró reaccionar a tiempo y, segundos después de sacar a Vicente de la cuna, el petardo explotó. “Desde ese momento no escuché ni vi más nada. Grité pidiendo ayuda en el edificio; corrí para lo de mi vecina que me abrió la puerta exaltada. Le puse a Vicente en sus brazos y le pedí que se fijara si estaba bien, yo no podía escuchar, no veía bien”, continuó.
Por suerte María Lucía pudo actuar de manera rauda y quitar al bebé de la cuna, ya que de lo contrario el episodio podría haber tenido un trágico desenlace. Según contó en la publicación que efectuó en la red social, la noche estaba tranquila y silenciosa, y fue un suceso raro en un barrio que suele ser transitado. “Solo intento creer que es un descuido de un inexperto con los ‘matasuegra’, que podría haber causado mucho, muchísimo daño”, clamó y agregó: “Las posibilidades son muchas. Podría haberle quemado la cara o la pierna Vicente, o prender fuego el colchón; si yo no hubiese pasado por ahí, le explotaba encima. Gracias a Dios nada de eso pasó, solo resta hacernos unos chequeos de oídos la semana que viene”.
El fuego artificial solo quemó la manta que su tía le había tejido y, debido al olor que quedó en el departamento, tuvieron que pasar la noche en la casa de sus padres. “Gracias a todos los que nos contuvieron y los adjetivos calificativos destinados a quien realizó el hecho los dejo en sus manos”, culminó.