De la Cruz Roja de Tandil a Europa

En una entrevista con La Mañana de El Eco (104.1 Tandil FM y Eco TV), ambas compartieron su experiencia al trabajar como guardavidas en el país mediterráneo Malta. 

La oportunidad surgió cuando recibieron un correo electrónico de la Cruz Roja de Malta, solicitando personal para trabajar en el país. Aunque inicialmente ellas habían considerado otras ubicaciones como España y Portugal, se sorprendieron al enterarse de esta oportunidad en Malta, un archipiélago formado por tres islas situadas en el medio del mar Mediterráneo y uno de los países más pequeños del mundo.

Tras llegar al país, las guardavidas se encontraron con otros guardavidas argentinos trabajando en Malta, ya que desde Cruz Roja Malta se contactaron con filiales de Argentina como la de Rosario, Tandil y Buenos Aires. 

Un comienzo estresante

En base a la organización, ambas coincidieron en lo estresante de los preparativos, ya que el pedido requería que viajaran en quince días, con lo cual debían prepararse, obtener los pasajes, tener los papeles en regla y demás cuestiones requeridas para viajar al exterior. 

Las socorristas fueron llamadas a finales de abril y se solicitó que estuvieran en el país europeo para mediados de mayo. Esto les planteó muchos desafíos, como la compra de pasajes aéreos a tan corto plazo, lo cual resultó costoso. A pesar de ello, lograron resolver todo a tiempo y se incorporaron a sus tareas, aunque Juliana llegó unos días más tarde debido a la necesidad de renovar su pasaporte. 

Una vez allí, debieron realizar un curso de dos semanas para estar preparadas al comienzo de la temporada de verano, el 1° de Junio. Estos días de acondicionamiento les brindaron más práctica y refrescaron muchos conceptos, pero ambas coincidieron en que los conocimientos adquiridos en la Cruz Roja Argentina fueron excepcionales y no fue necesario aprender nada nuevo en el país mediterráneo. 

“Alla te capacitan esas dos semanas y la verdad que no fue nada que no hayamos visto antes, estábamos preparadas para eso. Esta buenísimo porque refrescas un montón de cosas y te vuelven a preparar físicamente”, comentó Juliana. 

En cuanto al trabajo allí, las chicas señalaron que las playas en Malta eran tranquilas en comparación con el mar argentino, debido a lo pacífico de las aguas del mar mediterráneo. Los accidentes podían encontrarse fuera del agua, debido a que las playas en su mayoría son de piedra. 

Algo destacable de la experiencia en este país fue la organización y tecnología con la que cuentan. Las chicas comentaron a El Eco Multimedios que nunca se sintieron solas, ya que había siempre dos personas por torre y estaban todo el tiempo comunicadas con otros guardavidas de playas vecinas. 

“Tecnológicamente ellos tienen todos sus celulares trackeados, entonces desde la base todos pueden ver la localización e inmediatamente saben cuál es la persona que está más cerca”, dijo Milagros.
A la vez, en cada espacio contaban con un desfibrilador externo automático, botiquín completo, tablas y equipamiento necesario.

Experiencia previa

La experiencia laboral como guardavidas, tanto de Juliana como de Milagros, fue en las piletas del Club Independiente la temporada pasada. Aunque Milagros ya había considerado trabajar en playa en la costa argentina, los salarios ofrecidos no eran suficientes para cubrir los gastos de traslado y vivienda, por lo que decidió quedarse en Tandil y trabajar en el mencionado club. 
Por tanto, la experiencia en el ámbito de playa fue totalmente  nueva para ellas.

En general, la experiencia en Malta fue enriquecedora y les permitió aplicar los conocimientos adquiridos en la Escuela de Guardavidas de la Cruz Roja Tandil. Su labor se centró en brindar primeros auxilios, atender cortes o picaduras de medusas. 

Ambas guardavidas destacaron la importancia de la capacitación y reforzaron la idea de que siempre es necesario seguir aprendiendo y actualizándose en esta profesión