Crónica del Viernes Santo en el Calvario de Tandil: los turistas, las ventas y una tradición que perdura
El Eco de Tandil recorrió el Calvario durante el Viernes Santo.

Están los egresados vendiendo pochoclos, los encargados de sacar las fotos que deben agacharse para lograr que toda la familia entre en plano junto a la cruz, los feriantes de siempre y todos los nuevos que se suman para aprovechar el movimiento de gente, los ministros de Eucaristía que dan la bendición, los que guían a los caminantes por las estaciones del via crucis, los que llevan ramos de olivo en la mano, los que se resbalan por las escaleras, los de la ciudad y los turistas.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailComo cada Semana Santa, el Calvario volvió a ser uno de los puntos más convocantes de la ciudad. El Eco de Tandil recorrió el lugar durante el viernes santo para conocer de primera mano algunas de las impresiones de los protagonistas de la jornada.

La Dirección de Control Vehicular llevó a cabo un operativo a lo largo de toda la avenida Monseñor de Andrea, desde la Plaza San Martín hasta el acceso principal al paseo. Una gran cantidad de vehículos colmaron los espacios para estacionar en un radio de por lo menos 3 cuadras alrededor de la zona.

Y además de los históricos feriantes que permanecen gran parte del año sobre las escalinatas del Calvario, se sumaron muchos otros que aprovecharon la circulación de gente. Así pudieron verse los tradicionales caballos para tomarse fotos –aunque ya no se utilizan animales vivos-, hasta puntos de venta de cremas hidratantes, pañuelos celestes con la inscripción “Semana Santa”, artesanías y los clásicos rosarios y otros recuerdos religiosos.
Daniel hace 4 años que tiene un puesto de inciensos en el lugar. Junto a su pareja venden su producción los días viernes, sábados y domingos de todo el año, ya que después de Semana Santa esperan las vacaciones de invierno y después los viajes de egresados. Así hasta diciembre, cuando llega la temporada baja.

Fabricó 10 mil unidades de diferentes aromas, así como también cuencos que él mismo elabora a mano y termina en un horno artesanal. Consultado por el movimiento durante estos últimos días, dijo que hubo gente pero no así tantas ventas.
“Gente anda un montón, pero tranquila. Y ayer jueves estuvo más tranquilo. Movimiento, recién ahora, y estamos desde las 8. Nosotros venimos todo el año pero obvio que Semana Santa es el momento culminante. Ahora es un hormiguero pero como que la gente está más tranquila, por la plata, obviamente como todo. El viernes del año pasado, nada que ver a hoy”, transmitió el feriante.
Tandil santo
Ya al dar los primeros pasos por la escalinata que sube hasta la cruz, pudo registrarse una fila de personas que esperaban por una bendición. Los ministros de Eucaristía de la Iglesia del Carmen volvieron a decir presente como cada viernes santo, y su participación convocó a una gran cantidad de visitantes que se acercaron para recibir una bendición, hacer bendecir algún objeto o recuerdo y hasta pedir por sus familias.

“Siempre a esta hora se empieza a llenar. Vienen mitad y mitad más o menos, turistas y locales. Y hay de todo. La gente trae cosas para bendecir y también piden mucho por sus familiares”, contaron.
Directo desde el microcentro de Capital Federal, una joven junto a su pareja y hermanos posaron sobre una piedra mientras una mujer les tomó una foto con la cruz de fondo. “Todavía no recorrimos mucho porque llegamos ayer, pero lo que caminamos nos pareció re lindo. Tenemos como plan recorrer los cerros, e ir a comer”, contó.

“Una vez al año por lo menos venimos, un día de los tres de Semana Santa”, compartió otra familia oriunda de Olavarría. Desde hace mucho tiempo eligen la ciudad, en parte por motivos religiosos, pero también para disfrutar la naturaleza.
“Siempre venimos para Semana Santa y cuando podemos damos otra escapada, porque nos gusta andar por las sierras. Este año, vemos menos gente que el año pasado, pero habíamos venido un sábado. Pero lo noté en la ruta, que el año pasado hubo muchos más autos”, sostuvo.
Puede interesarte
Ya descendiendo del Calvario, la familia se disponía a almorzar y después “andar por la naturaleza”. El plan era –ya cumplida la parte religiosa del paseo-, visitar La Movediza, El Centinela, alguna plaza y después volver.
Pasado el mediodía, continuaba llegando gente al Calvario. El lugar se preparaba para recibir a la Procesión, mientras que la gran mayoría de los que descendía de las escalinatas lo hacía pensando en el almuerzo. Un grupo de chicas con pecheras amarillas, atentas a esa situación, esperaban a los que se iban con volantes de promociones en picadas.