Miércoles Santo
Con una multitudinaria convocatoria, se realizó el Vía Crucis de la Familia
Iluminados por las velas y antorchas, tandilenses y turistas recorrieron las 14 estaciones del tradicional camino religioso que emula el camino de Jesús hasta ser crucificado.
A las 20.15 de ayer, el Monte Calvario fue iluminado por las miles de velas y antorchas llevadas por tandilenses y turistas, en el tradicional Vía Crucis de la Familia, uno de los eventos más importantes de la Semana Santa. En una velada en la que el clima acompañó, niños, adolescentes y adultos recorrieron lentamente las estaciones, acompañados por el relato del camino de Jesús a la Cruz, en los altavoces del lugar.
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Si bien la celebración suele realizarse cada martes Santo, en esta ocasión por motivo de los festejos del Bicentenario de la ciudad, se pospuso para este miércoles.
En la esquina de Payró y la avenida Monseñor de Andrea, integrantes del grupo “Caritas” recibieron los alimentos no perecederos que se solicitaron en la difusión del rito, para entregar a los necesitados.
También, como es recurrente en este tipo de ceremonias, en la cuadra que lleva a la entrada al Monte, adolescentes de las distintas agrupaciones escolares ofrecieron café, tortas, galletas y velas decoradas, para financiar sus actividades respectivas a la farándula estudiantil. A su vez se ubicó un puesto de pochoclos, algodón de azúcar, garrapiñadas y globos de helio para los más pequeños.
El numeroso contingente de fieles se aglomeró en una columna que llegaba hasta mitad de cuadra, comenzando a encender sus velas y antorchas una vez que desde los altavoces del predio se dio inicio al recorrido, generando una hermosa postal que mezcló la naturaleza presente en el lugar, con el clima religioso de unión y paz y los pequeños círculos de luz que subían por el paseo.
La luz como significante
En comunicación con El Eco de Tandil, el padre Andrés Pérez, párroco de la Iglesia del Carmen, quien estuvo bendiciendo a los presentes y ofreciendo un espacio de oración, describió a dicha luces expresando que “nos permiten caminar en la noche sabiendo que no estamos solos, es una luz que también brilla en nuestro interior, y que cada uno le otorga ese sentido que tenemos en nuestra vida para caminarla en paz”.
A su vez, agregó que “cada persona podrá ponerle un nombre a esa luz, la familia, los hijos, el trabajo, un sueño, un proyecto, para que brille incluso en la oscuridad”.
Para las 21.15, los últimos peregrinos habían llegado a las escalinatas del lugar, y los primeros de la columna llegaban a la sexta estación de las 14 que conforman el Vía Crucis. Muchos de los niños se subieron en los hombros de sus padres, admirando la llamativa fila de luces a su alrededor.
“Estamos muy felices de estar en esta noche tan especial, tan linda, que nos ha regalado Dios en estos doscientos años de la ciudad, y acá juntos a tantos tandilenses venimos a renovar nuestra esperanza, nuestra fe, en este evento tan gratificante, de tanto recogimiento, en el que se ven muchos peregrinos que se acercan a rezar con su antorcha, trayendo en su corazón sus intenciones y agradecimientos, que dejamos a los pies de la cruz de cristo”, relató el padre.
Silvina, una de las fieles, contó en dialogó con El Eco de Tandil las sensaciones de participar de tan significativo evento. “Venimos siempre con la familia”, señaló, “a los chicos cuesta más traerlos, pero una vez que están acá lo disfrutan y nos acompañan, y para nosotros los mas grandes es un momento de fe y reflexión que lo vivimos con mucha alegría”.
Por su parte, Andrés, oriundo de Córdoba capital, explicó que se encuentra de visita en la ciudad, y asistió al evento religioso sin saber de qué se trataba. “Estábamos recorriendo acá con mi mujer, nos habían dicho que vengamos al Calvario, y cuando llegamos y vimos todo esto decidimos unirnos, es increíble la cantidad de gente que hay”, expresó, con un gesto de sorpresa.