Agresiones a menores
Con restricciones de acercamiento que no surten efecto, en la Secundaria 7 continúa la violencia barrial
Tras no concurrir durante una semana, los estudiantes de nivel medio del complejo Arco Iris regresaron ayer a las aulas, en medio de un clima de amenazas y ataques que no se apaciguó. La Policía custodia el establecimiento pero no existen mayores herramientas para avanzar en la solución del conflicto. Los padres de la comunidad educativa expusieron que creció el grupo de agresores y que persiste la inseguridad en el exterior de la escuela.
Los estudiantes de la Escuela Secundaria 7 del complejo Arco Iris, ubicado en Sáenz Peña 2154, retornaron ayer a las aulas luego de una semana de clases virtuales. Pero los episodios de violencia registrados en el exterior del establecimiento, que motivaron el cambio de modalidad durante la semana pasada, no cesaron aún y no hay mayores respuestas a la problemática.
Recibí las noticias en tu email
Si bien la Justicia impuso una restricción de acercamiento contra dos jóvenes mayores de edad sindicados como los agresores, de acuerdo a lo referido por los padres de los alumnos a este Diario, la vuelta a clases este lunes no fue más apacible sino que, por el contrario, las amenazas y provocaciones se recrudecieron.
De este modo, los adultos detallaron que el grupo de chicos que violentaba a los alumnos pasó de tres a siete integrantes y que éstos se colgaban de las rejas para amedrentar a los menores.
Aunque hubo presencia policial en la puerta de la institución educativa y en los alrededores, los atacantes no se desalentaron. Los efectivos los requisaron pero no podían avanzar más allá y tampoco recibieron los refuerzos solicitados. Además, como la medida judicial no recae sobre la totalidad de los provocadores, quedó vía libre para que otros jóvenes persistan con los ataques.
Este escenario obligó a los familiares a ir a buscar nuevamente a los chicos al colegio para controlar la situación de cerca. “Vuelven los pibes a clases y vuelven los problemas. ¿Por qué siguen molestando?”, cuestionó una madre.
Con base a lo señalado por los padres de la comunidad, el corredor seguro propuesto no se pudo implementar con eficacia y precisaron que las autoridades vinculadas a la protección, les sugirieron utilizar la aplicación Alerta Tandil para dar aviso inmediato de cualquier inconveniente.
La antesala del conflicto
Vale reseñar que el 21 de octubre pasado, un grupo de padres se movilizó a la institución escolar y a la sede del Poder Judicial bonaerense para exigir respuestas ante las situaciones de violencia registradas, situación que alcanzó su punto cúlmine la jornada anterior, cuando algunos adultos resultaron agredidos físicamente.
En tal sentido, detallaron que dos jóvenes mayores de edad y un menor -que no son alumnos de la escuela-, atacan a los estudiantes al mediodía, cuando salen los del turno mañana y entran los de la tarde, de forma sistemática.
Al respecto, se radicó una denuncia por las lesiones que recibió uno de los padres y, en tanto, se acordó que todo lo que acontezca posteriormente se agregará al expediente ya iniciado.
En este marco, la Justicia extendió una restricción de acercamiento hacia los jóvenes agresores para con la familia denunciante y las inmediaciones de la escuela.
En simultáneo, en el encuentro que las familias mantuvieron ese día con los directivos de la Secundaria 7 y las inspectoras de área, consensuaron convocar una mesa barrial con diferentes actores estatales e institucionales, con el objetivo de generar repuestas al problema.
Entre las ideas, surgió la posibilidad de armar un corredor seguro para la entrada y salida del establecimiento. Asimismo, los padres definieron –de común acuerdo con las autoridades- no enviar a los chicos a clases durante la semana pasada y adoptar una estrategia virtual para sostener la continuidad pedagógica, aunque la escuela de nivel medio estuvo siempre abierta a lo largo de esos días.
En consecuencia, el 27 de octubre se llevó a cabo la mencionada reunión de la mesa barrial, de la que participaron cinco familias en representación de los padres de la comunidad educativa, el equipo de conducción de la escuela secundaria, funcionarios de la Dirección de Niñez Municipal y del Servicio Local de Promoción y Protección de los Derechos de los Niños y Adolescentes, personal policial, directivos de la Escuela Primaria 14 -que comparte edificio-, del Jardín de Infantes 926, del centro de adultos e inspectoras de los niveles secundario y adultos.
El espacio sirvió como una instancia de diálogo y expresión, pero no se tradujo en soluciones concretas por el momento y las partes continúan en alerta ante el tenso panorama que subsiste en la zona.