Con refuerzo de fondos, el Polo Productivo Social de Tandil continúa siendo un espacio inclusivo de creación y aprendizaje

En una recorrida por el Polo Productivo Social de Tandil, El Eco tuvo la oportunidad de conocer los distintos trabajos que se realizan actualmente en el espacio. 

El Polo Productivo Social del Municipio de Tandil, lleva adelante distintos proyectos donde colabora con la productividad zonal además de dar trabajo a la población.

El Polo Productivo Social del Municipio se ha convertido en un referente local de inclusión, creatividad y aprendizaje. En una entrevista con Néstor Müller, coordinador general del Polo, se exploraron las actividades y servicios que se llevan a cabo actualmente en este espacio. 

El principal enfoque actual es la reparación y fabricación de mobiliario escolar, en convenio con el Consejo Escolar de Tandil. Este año se han producido 1500 unidades, entre mesas y sillas, y, para el próximo año, se espera llegar a 2000. En estas reparaciones, se desmontan y evalúan las necesidades de cada uno de los artículos antes de proceder con la reparación. 

Mesas reparadas y listas para entregar al Consejo Escolar 

El establecimiento sufre algunos problemas de desabastecimiento al igual que tantos otros sectores del país. En ese sentido, Müller destacó la importancia de contar con suministros adecuados, ya que la falta de oxígeno, por ejemplo, ha restringido el trabajo en el área de soldadura. 

De igual forma, el proyecto ha experimentado un crecimiento significativo desde sus inicio, convirtiendo un antiguo galpón abandonado en un espacio renovado gracias a la colaboración del personal municipal y una cuadrilla asignada para la tarea. Sin embargo, según el coordinador el espacio “está quedando chico”, lo que evidencia la necesidad de expandir las instalaciones para poder seguir desarrollando las tareas de manera eficiente. 

Fondos desde Nación

El primer crédito recibido desde Nación fue hace dos años y medio, en la apertura del Polo Productivo. El mismo fue destinado a comprar lo necesario para comenzar a funcionar. En esta ocasión, se realizó un aporte de 46 millones asignados por el Estado Nacional, destinados a fortalecer emprendimientos productivos, el mismo fue gestionado desde la Secretaría de Desarrollo Humano y Hábitat y se distribuirá entre proyectos relacionados con el cuidado del medio ambiente, iniciativas gastronómicas, emprendedurismo, construcción y textil

En el caso del Polo Productivo, la idea será destinar el presupuesto a fortalecer lo que ya tienen hoy, como compra de máquinas que sirvan para complementar a las actuales.

“Los fondos llegaron pero hay que ver lo que se puede comprar, porque el presupuesto se pasó en junio. Vamos a comprar, suponemos, entre el 45 y el 50 por ciento de lo que teníamos previsto” declaró el coordinador.

Diferentes sectores de producción: 

El Polo cuenta con talleres de herrería, carpintería y textil. Actualmente, el área textil se dedica a la confección de uniformes para el Sistema Integrado de Salud Pública, como chombas y buzos para choferes del SAME. Por otro lado, también están abocados al Programa Titan (Tenemos Infancia en Tandil) mediante el cual se hace un acompañamiento a las madres brindándoles kit de recién nacido, vestimenta y enseres básicos. Desde el PPS se realiza todo lo textil incluido en el ajuar (mantas, babitas, bodys, etc.) y prendas para los 12 y 18 meses del bebe. 

Por su parte, carpintería y herrería se encarga de diversos proyectos, como la fabricación de mobiliario escolar y decoraciones para eventos en la peatonal 9 de Julio, incluyendo también los premios de la reciente Farándula 2023.

El Polo Productivo fabrica también sillas y mesas para jardines de infantes

En cuanto a la tecnología utilizada, el Polo cuenta con equipos avanzados como un plotter y un cortador CNC de plasma, una tecnología escasa en la región “Acá lo tienen muy pocas empresas y ninguna lo tiene para enseñar. Nosotros tenemos para enseñar y a su vez sacar trabajo también”, dijo el coordinador. Estas herramientas permiten una producción precisa y eficiente, optimizando el uso de materiales y tiempo.

Se realizan camas cuchetas, bancos, estanterías, muebles a medida, porta macetas, mesas, tablones, caballetes, bibliotecas, entre otras cosas

Servicios a Instituciones y particulares. 

Müller enfatizó que los servicios del Polo no están limitados a las instituciones, sino que cualquier persona puede solicitar trabajos personalizados. Para ello, pueden acercarse directamente al establecimiento y, en caso de encargar un trabajo, se les recomendará adquirir los materiales por su cuenta para reducir los costos. La mano de obra se factura y se reparte entre los participantes del proyecto. 

El lugar opera de 7 a 20 horas, con talleres por la mañana y cursos de enseñanza por la tarde, enfocados en herrería y carpintería. 
Estos cursos trimestrales brindan a los participantes las habilidades básicas necesarias, desde la toma de medidas hasta el uso de las herramientas. 

Inclusión

Un aspecto destacado del Polo es su enfoque inclusivo. Se brinda apoyo y oportunidades a personas de la comunidad LGTBQ+, personas con discapacidades y aquellos que se encuentran bajo tratamiento en salud mental. Müller resaltó que el Polo proporciona un espacio de contención, terapia y crecimiento personal para estas personas. 

El Polo Productivo Social se ha convertido en un modelo inspirador de inclusión y desarrollo comunitario. Su enfoque en la producción, aprendizaje y apoyo a diversas poblaciones demuestra el potencial transformador de espacios colaborativos y equitativos. 

Proyecto Incluir

Müller destacó la participación del espacio en el Proyecto Incluir, conformado por jóvenes discapacitados, quienes utilizan una máquina especializada para compactar latas de cerveza y recibir una compensación económica por su trabajo. Además, se resaltó la importancia de esta iniciativa para fomentar las relaciones sociales y el sentido de pertenencia. 

El Polo cuenta con cuarenta cajones ubicados estratégicamente en puntos clave de la ciudad, como restaurantes, Terminal de Ómnibus y Ruta 66. Dos jóvenes recorren estos puntos dos veces por semana en motocicletas eléctricas proporcionadas por el polo y recolectan las bolsas de latas entregadas por los comerciantes locales, las compactan para su posterior venta. Los fondos recaudados se distribuyen equitativamente entre los participantes, dependiendo de su asistencia y compromiso.