Con mucho entusiasmo, pocos alumnos y estrictos protocolos comenzaron a funcionar los natatorios
Desde el Natatorio Up, situado en Villa Italia, aseguraron que atravesaron momentos muy difíciles estos tres meses sin trabajar y que fue de gran ayuda el programa de Asistencia al Trabajo del Gobierno nacional que ayudó a poder pagar sueldos y la preventa de abonos que llevaron adelante con descuento. “Fue una situación complicada tener tanto tiempo la pileta parada”, manifestaron.
Otro sector que esta semana retomó sus actividades es el de los natatorios. Tras casi tres meses sin actividad, manifestaron su alegría y entusiasmo de poder volver a trabajar.
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Hernán De San Fernando, uno de los empleados del Natatorio Up, situado en Quintana 450, explicó que “arrancamos el miércoles entusiasmados de volver a trabajar después de dos meses y medio de inactividad, fue una situación muy complicada tener tanto tiempo la pileta parada”.
Y contó que “en un momento incluso la tuvimos que vaciar, así que fue volver a llenarla con más de 600 mil litros de agua que es lo que corresponde, calentar esa agua, templar el ambiente, ha significado un costo importantísimo, pero es la oportunidad de volver a trabajar como corresponde, así que estamos contentos”.
Respecto a la reacción de la gente, indicó que se empezaron a acercar de a poco pero que tenían consultas hace mucho tiempo. “Estuvimos haciendo una preventa de abonos así que ya sabíamos que teníamos una serie de clientes que iban a estar ni bien pudiéramos abrir, y además de esa preventa y de esos clientes hay otro montón de personas que está retomando, e incluso algunos que antes no venían y están iniciando ahora”, puntualizó.
El factor de ocupación
En tanto, destacó que están funcionando con “todos los protocolos de bioseguridad que implican un factor de ocupación muy bajo en términos de la posibilidad real, potencial de la pileta”.
En relación a la pileta grande, detalló que puede haber cuatro personas por andarivel como máximo para nadar, y son seis andariveles, en consecuencia 24 personas en total pueden nadar.
No obstante, aclaró que “hoy por hoy todavía ese total no lo hemos cubierto pero tenemos expectativas de que en la sucesión de semanas la situación va a ir mejorando en relación a la ocupación porque mucha gente va a esperar a julio para iniciar, muchos que todavía tienen algunas prevenciones y prefieren no retomar, aunque hay un montón protocolos de bioseguridad que estamos aplicando”.
“Estamos haciendo aquagym en la pileta grande y son cinco personas por turno, más de eso no podemos admitir, y todavía no arrancamos con las otras dos piletas, así que vamos haciendo un trabajo gradual”, sostuvo.
Y contó que “iniciamos con la pileta grande y con una limitante muy grande respecto a todas las actividades que podemos hacer, pero de a poquito en la medida que nos podamos organizar, que podamos aplicar los protocolos como corresponde y que veamos que la gente responde, entonces vamos avanzando con las actividades que podemos llevar adelante en la pileta grande y en las otras dos que tienen que ver con las practicas terapéuticas, con bebés, con los niños más pequeños, donde justamente la coyuntura no nos ayuda a que podamos trabajar como quisiéramos”.
En consecuencia, admitió que prefieren “esperar un poco y cuando entendamos que están dadas las condiciones vamos a empezar con las otras dos piletas. Como consecuencia vamos a tener una evaluación bastante más real de qué tanto estamos ocupando de lo que tenemos. Lo permitido es mucho menos de la mitad del alumnado que antes teníamos, y que permite la pileta pero al momento lo más importante para nosotros es poder trabajar”.
Una situación compleja
Por otro lado, se refirió a los casi tres meses que estuvieron sin actividad y sostuvo que “los salarios se pagaron igual, yo soy empleado, no puse el dinero de mi bolsillo pero sé que a los concesionarios les costó y mucho atravesar este tiempo sin trabajar. Buena parte de los salarios se pagaron a partir de las ATP, y me consta que los concesionarios están muy contentos de que es posibilidad haya existido, porque de otro modo hubiera sido muy difícil poder pagar los sueldos en tiempo y forma, hay un agradecimiento con el Gobierno que pudo contemplar esa situación y brindar una ayuda importantísima”.
“Todo lo demás hubo que pagarlo, lo que se pudo se pagó y lo que no se pudo se está tratando de refinanciar para que la cosa siga para adelante. Para nosotros fue muy importante el tema de la preventa de los abonos, hubo mucha gente que venía nadando y colaboró, que sabía que en algún momento iba a nadar pero no tenía previsión de cuándo y en qué circunstancias iba a poder volver a hacerlo, esa gente más allá de que aprovechó las promociones que generamos, porque tuvimos descuentos muy importantes, estaba colaborando a que la pileta pudiera ser sustentable en el tiempo”, afirmó.
En tanto, manifestó que “vaciar y volver a llenar la pileta significó seguir poniendo plata y para arrancar con la pileta grande y calefaccionarla significa una factura de gas de 6 dígitos. Es mucha plata y es plata que en definitiva no entró, porque la preventa fue solo un pequeño aporte en materia de los gastos que hay. Pero estamos contentos de volver a trabajar”.
Los protocolos
En cuanto a los protocolos, detalló que “barbijo no se utiliza solamente al momento de estar en el agua, pero la persona llega al agua con su gorra, sus antiparras, sus ojotas, y su barbijo, que se lo saca junto a las ojotas. Al salir del agua lo primero que hace es calzarse y ponerse el barbijo”.
Además, se firman las declaraciones juradas en las que se asegura que la persona ni nadie de su familia tiene síntomas.
Otras medidas son el uso de alcohol en gel, que “para ingresar al sector específico de piscina hay un trapo con cloro, todo se repasa permanentemente, las chicas de limpieza no paran y ni bien trasponés la mampara generamos un espacio específico para que la gente se descalce, se sacan el calzado con el que vienen de la calle, se ponen las ojotas, porque además les pedimos que las usen de manera exclusiva para la pileta”.
“Se sacan los zapatos, se ponen sus ojotas y de ahí se van con el canastito y ese calzado al vestuario, rápidamente se tienen que cambiar, recomendamos que vengan con la malla puesta, y generamos un sentido de circulación para que los que salen de la pileta no se crucen con los que entran. Una vez que finalizan la clase se cambian sin ducharse y se van por un lugar distinto que por el que ingresan, de ese momento evitamos que la gente que entra se cruce con la que sale. La gente se va adaptando y tienen muy claro que lo hacemos para cuidarnos entre todos”, afirmó.