Con homenajes y actividades, la Fiesta del Picapedrero convocó al público en Cerro Leones
Las piedras del paisaje fueron la materia prima que activó en Tandil una próspera cadena productiva que llega hasta nuestros días. Al son del pico y el cincel durante décadas los picapedreros fueron capaces de doblegar la forma severa de las piedras para darles utilidad.
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En honor a esos hombres es que la ciudad cuenta desde el año pasado con la Fiesta Popular del Picapedrero en Cerro Leones, un barrio con fuerte identidad que reivindica parte de la historia tandilense. El sol de primavera acompañó la jornada de este domingo en la que se desarrollaron numerosas propuestas artísticas y recreativas para celebrar la segunda festividad que busca revalorizar la impronta del lugar y del oficio que a principios del siglo XX revitalizó el pulso de un Tandil pujante.
Conociendo el barrio
La actividad comenzó después de las 10 con una bicicleteada y el cronograma concentró gran cantidad de alternativas para el buen marco de público que se acercó a disfrutar del evento. Con la Plaza de la Democracia como epicentro de la festividad, la templada temperatura permitió que muchas familias acudieran con sus reposeras y el mate al espacio verde para presenciar los diferentes números musicales y artísticos que se sucedieron en el escenario principal. Además, los visitantes pudieron recorrer la feria copada por productores y artesanos locales, las muestras estáticas y los conversatorios, que aportaron su color al encuentro.
A media tarde se inició una guía turística comunitaria realizada por estudiantes de la Escuela Secundaria 16 y de la Escuela Técnica 5, y la colaboración de Analía Ríos, gestora cultural y turística. El recorrido tuvo como punto de partida la plaza y posteriormente la columna de gente se desplazó hacia el Circuito Juan Basso Aguirre. Tras pasar por la casa histórica, la cantera, la laguna, el bar “El cerro” y el Club Figueroa, se retornó al punto de partida. Las actividades continuarán hasta después de las 20 con un cierre musical.
Corazones de piedra
La guía turística se detuvo en el monumento levantado en 2006 en ocasión de cumplirse el centenario de la creación del primer sindicato local de la piedra, obra encargada por AOMA (Asociación Obrera Minera Argentina) y ejecutada por Jesús Duarte y Eduardo Rodríguez del Pino en honor a los “hombres de la piedra”. Las alumnas de las escuelas involucradas en el trabajo, recordaron que el monumento es un homenaje al proceso de lucha de los trabajadores que se organizaron para conquistar sus derechos laborales.
A continuación, Anabela Tvihaug, de la Secretaría de Extensión de la Unicen, expresó la alegría por contar con la presencia de Rodríguez del Pino “Pinito”, uno de los maestros del oficio de la piedra y reconocido artista plástico tandilense.
“Maestro y artífice de revitalizar siempre a los picapedreros y su historia. Todos nosotros necesitamos abrazarlo, no es un homenaje protocolar, somos de los que se miran a los ojos, se abrazan y agradecen”, expuso. El público estalló en un sentido aplauso hacia el hombre que, de pie y con humildad, recibía la gratitud de ese abrazo colectivo.
Siembra de amor
Tras compartir un breve poema, los organizadores de la fiesta entregaron al artista un pergamino firmado por el intendente Miguel Lunghi, el rector de la Universidad Nacional del Centro Roberto Tassara y todos los concurrentes con la leyenda: “A Eduardo Rodríguez del Pino, artista plástico, continuador de la artesanía milenaria de los entrañables picapedreros”.
Como cierre, Mariana Hoffmann y Cecilia Pagliaro le ofrecieron al hombre un presente y obsequiaron a la multitud semillas para hacer “una siembra de amor al voleo” y que la tierra le dé vida a lo que decida.