Con el Parque Solar y la unidad de negocios, la Usina apuesta por las energías renovables
Recientemente culminó la construcción del parque fotovoltaico en Desvío Aguirre y ofrece asesoramiento técnico y comercial para la instalación de paneles a usuarios particulares. En medio de un cambio en la política energética, el presidente de la Usina, Matías Civale, trazó las perspectivas locales.
Con acciones que alientan el uso de energías limpias, la Usina Popular y Municipal de Tandil SEM apuesta por proyectos que buscan redefinir el esquema. Así, avanzó con la construcción del Parque de Energía Solar con 828 paneles solares que producirán 330 megavoltios, lo que alcanzará para abastecer a 300 ó 400 familias, y lanzó una nueva unidad de negocios a cargo de Usicom que brinda asesoramiento técnico y comercial para la instalación de sistemas a usuarios particulares.
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En diálogo con El Eco de Tandil, el presidente del directorio de la Usina, Matías Civale, hizo un repaso sobre las acciones desarrolladas, el contexto de surgimiento de los proyectos y las perspectivas a futuro, con un momento de incertidumbre actual marcado por la falta de certezas en materia de políticas energéticas del nuevo Gobierno.
En ese sentido, planteó que la generación, el transporte y la distribución de la energía “la pagamos todos”. Una de las opciones es que “la paguen los usuarios con su factura, cara”, y la otra es que la tarifa “se subsidie desde el Estado nacional, lo que significa que los mismos argentinos la pagamos con otros impuestos, cambiando opciones”.
Una vez que se normalice la situación y se defina claramente, “comenzarán a cambiar las condiciones y desde ahí cada uno definirá si conviene apostar a las energías limpias”, especuló y deseó que “ojalá ese sea el camino”.
“La matriz energética del país permite que la demanda sea cubierta con la oferta, algo que hace cuatro años no era posible. El paso siguiente será cambiar la matriz, que lo que se genera sea cada vez menos con energías contaminantes pero que requiere que se inyecte dinero”, definió Civale.
Las líneas de acción
El proceso para afrontar acciones concretas en materia de energías renovables comenzó hace unos cinco años. Por entonces, la empresa de capitales mixtos inició las gestiones para recuperar la inversión, a partir del congelamiento de tarifas, realizada para la construcción de la estación transformadora, la “gran obra” que debía tener la Usina para las próximas tres décadas.
En 2015 “logramos que la Provincia se comprometiera a otorgar un subsidio para que, en dos años, se pueda concluir la obra”, indicó.
Sin embargo, el trámite para otorgar los 80 millones de pesos demoró tres años y sólo se efectivizó la entrega de 23 millones. “Hubo que hacer mucho esfuerzo para no parar la obra y avanzar, quizás no al ritmo deseado”, detalló.
Este esquema demoró el segundo proyecto que apuntaba a la generación de energías limpias a partir del cambio de paradigma que propició la anterior gestión de gobierno, con miras a promover un equilibrio entre la oferta y demanda energética nacional.
En ese momento, se inició un proceso de licitación para la construcción de plantas termoeléctricas –como la que finalmente se instaló en Barker tras el frustrado intento por radicarse en Tandil- para luego avanzar con proyectos vinculados a las energías limpias.
En ese proceso, la Usina se presentó en una de las convocatorias con una iniciativa para crear un parque eólico en la zona de María Ignacia (Vela) con una inversión de 11 millones de dólares.
“Nos presentamos en el Renovar II y quedamos afuera porque fue difícil competir contra las grandes empresas del sur”, dijo y aclaró que sigue en carpeta a la espera de darle un nuevo impulso.
El proyecto sirvió para generar nuevas propuestas pero menos ambiciosas, más aún en función de la normativa vigente que establece que el 8 por ciento de la energía que consumen los grandes usuarios debe ser limpia.
Frente a este escenario, nació el proyecto para construir un parque fotovoltaico en el paraje Desvío Aguirre, iniciativa promovida por la Provincia, y casi en simultáneo lanzó una unidad de negocios que opera bajo la órbita de Usicom, dedicada a la instalación de sistemas de energías renovables.
“Hace un año que se creó esta línea a partir de una visión que comenzó a gestarse con anterioridad”, sostuvo Civale que definió el actual contexto como un momento de cambio en las políticas energéticas.
Marco normativo y el modelo local
Cuando se apuesta por la generación de energías limpias, se pueden colocar baterías para el almacenaje o inyectar a la red el excedente. Si bien la ley nacional autoriza a las distribuidoras a comprar la energía que ingresa al sistema, la provincia de Buenos Aires no adhirió a la normativa, por lo que aún no hay un marco regulatorio definido al respecto.
“El modelo que tomamos en Tandil es habilitar que se inyecte a la red la energía que se genera pero que no se consume al mismo valor que la compramos en el mercado mayorista”, precisó Civale, que ejemplificó que si un vecino quiere colocar tres paneles “instalamos un dispositivo que mide lo que se genera, no se utiliza y va a la red y lo que recibe”.
En concreto, ratificó que no tenemos la obligación de tomar esa energía, pero sí fue una decisión política de la empresa y tenemos varios casos con ese esquema”.
La ordenanza de energías renovables
Todo este esquema también recobra especial relevancia a la luz de la ordenanza sancionada por el Concejo Deliberante sobre energías renovables y eficiencia energética.
La iniciativa, que fue promovida por el oficialismo, se tradujo en la aprobación de un paquete de ordenanzas. La primera creó un “programa de estímulo y promoción del uso racional y eficiente de la energía, así como de las fuentes de energías renovables destinadas a la producción de energía eléctrica”.
La segunda propuesta modificó el Código de Edificación vigente respecto de la obligatoriedad de la generación de energías renovables en los edificios en altura e incorporó la necesidad de contar con la factibilidad de la Usina.
En tanto, la modificación de la Ordenanza 2.505 avanzó sobre el artículo dos e indica que lo recaudado se invertirá en obras para la “transformación del alumbrado público con lámparas de tipo LED y/o cualquier otro tipo que la técnica moderna establezca y que no implique un daño al medioambiente”.
En esa línea, el presidente del directorio de la Usina celebró la promoción de alternativas que ratifican el camino tomado por la distribuidora tandilense, pero alertó sobre la falta de la reglamentación provincial que crea la figura nueva del usuario/generador.
En cuanto al alumbrado público, otro de los aspectos de la normativa local, dijo que se venía avanzando en el recambio a LED mediante la Ordenanza 2.505.
“Hay que mirarlo como un camino, pero falta la adhesión a la ley provincial”, insistió Civale y explicó que, si la legislación prosperara “y cualquier usuario común puede comprar energía e inyectarla a la red, las distribuidoras se quedarían sin clientes. Eso cambia las reglas y esa es la razón por las cuales está en discusión”.