Con buena convocatoria, en Tandil se replicó la caravana nacional en defensa de las dos vidas
Un grupo de tandilenses rechazó la presentación del proyecto para legalizar el aborto. Desde ¨Más Vida¨ lamentaron los avances, aseveraron que esta ley es más extrema que la del 2018 y consignaron que es una bajada de línea de los organismos internacionales para “frenar la natalidad de los pobres”.
Ayer, con una masiva concurrencia se llevó adelante la caravana nacional ProVida, con la intención de manifestar el rechazo a la presentación del proyecto de ley que podría legalizar la interrupción voluntaria del embarazo (ILE), a tratarse este 10 de diciembre.
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La movilización comenzó en avenida Del Valle, a la altura de la Estación, y desde allí recorrieron distintos puntos de la ciudad hasta pasar por la Plaza Independencia, donde justo en la vereda de la Municipalidad otra cantidad de personas se agrupó con sus insignias celestes, carteles y globos.
Una extensa fila de autos y motos atravesó la cuadra, trasladándose luego hacia otras zonas, como los alrededores de Villa Italia, para visibilizar su defensa a las dos vidas. Mientras, en la explanada municipal, los convocados entonaron el Himno Nacional Argentino.
Para la referente de la agrupación “Más Vida”, Julieta Bosch, las expectativas en cuanto a la convocatoria estuvieron superadas, ya que aseguró que nunca había visto que se juntara tanta cantidad de vehículos. De hecho, el entusiasmo hizo que la caravana pasara varias veces por el mismo lugar y la gente permaneciera por aproximadamente dos horas en la calle.
“Niño deseado y no deseado”
El presidente Alberto Fernández confirmó la semana pasada que los proyectos de legalización del aborto y el plan de los mil días fueron enviados al Congreso para su tratamiento. “Es responsabilidad del Estado cuidar la vida y la salud de quienes deciden interrumpir su embarazo durante los primeros momentos de su desarrollo”, expresó al dar el anuncio.
“Los proyectos fueron enviados por el mismo Presidente que dijo (en el marco de la pandemia) que una vida vale más que la economía, y después de haber lamentado tantas muertes (por Covid). Parece una burla”, calificó.
Ambos comenzarán a debatirse este próximo 10 de diciembre, y el hecho de que vayan juntos a Bosch le pareció “una cosa esquizofrénica” o “una tomada de pelo”. “Es provocador”, dijo considerando que a los niños deseados se les da todo, pero a los no deseados les dan el aborto.
“Hemos creado la categoría de niño deseado y no deseado, como si fueran diferentes”, sostuvo con notable indignación.
Explicó y lamentó que la propuesta no permita que a una mujer que tenga intenciones de interrumpir su embarazo se le puedan ofrecer otras alternativas, ya que de hecho la pena puede alcanzar incluso la encarcelación si alguien quisiera convencerla de lo contrario. Por otro lado, mencionó el plan de los mil días que no se puede ofrecer hasta las 14 semanas. “Es muy tremendo”, aseveró.
Un proyecto muy extremo
El documento que será tratando en los próximos días sufrió modificaciones en base al presentado en 2018 y para Julieta Bosch, esta versión resulta “más extrema” que la anterior. “Dios quiera que no salga”, rogó.
La referente de “Más Vida” desglosó algunos puntos y reflexionó que el hecho de mencionar que la interrupción voluntaria del embarazo es hasta la semana 14, se trata de un límite “absolutamente arbitrario”.
Además, criticó el hecho de que pongan como salvedad para extender ese período la salud integral de la madre, lo que significa que contempla el bienestar psicológico, social, económico y físico. “La ley no dice hasta qué límite de gestación se permite esto, ¿será hasta un día antes del parto que se puede interrumpir?”, cuestionó.
En otro término, refirió a que “chiquitas de 13 años” pueden ir a abortar sin tener el conocimiento ni consentimiento de sus padres. Asimismo, se quejó de que no se le exija la denuncia a quien diga que fue violada, entonces para ella “al único que penalizan es al bebé que muere y no al violador”.
Otra cosa que calificó de “tremenda” es que el proyecto obliga a que en los colegios se instruya en el aborto como un derecho al que todos pueden acceder. “¿Qué pasa con las instituciones o familias que no están de acuerdo? Tienen que dejar que sus hijas escuchen que es un derecho matar a su propio hijo”, exclamó.
Objetores de conciencia
Por otro lado, hizo énfasis en todo lo que refiere al término de objeción de conciencia, donde si bien dice que los obstetras se pueden anotar como objetores de conciencia”, señaló que no permite que lo mismo hagan los anestesistas, enfermeras u otros especialistas que deban intervenir en un aborto. “La ley no lo establece”, sostuvo.
En tanto que, rechazó que el documento establezca que el médico que no quiera realizar la práctica tenga la obligación de derivar a esa mujer “a otro colega que sea abortista”. “Lo obliga a colaborar con algo que no está de acuerdo”, dijo, aseverando que eso no es ser objetor de conciencia sino que es “lavarse las manos”.
Reflexionó, resumidamente, que hay muchos puntos complejos y aseguró que “esta ley es mucho más extrema que la del 2018, que ya era extrema”. En cuanto al tratamiento, admitió que en Diputados están en “desventaja”, pero que si pasa, espera que en Senadores se pueda revertir.
El FMI, la pobreza y un método “barato”
“El proyecto viene en carpeta cerrada y quieren votarlo el 10 de diciembre, no da tiempo a modificar nada”, lamentó y acusó que para el Gobierno “la moneda de cambio” no es transformar la ley de aborto, sino dar la de los mil días con la cual “el ciento por ciento de la población está de acuerdo”.
Cuestionó, entonces, por qué no se vota esa antes, o por qué no aprovecharon los otros 17 proyectos que tienen en el Congreso ya ingresados y con estado parlamentario, que son en el mismo sentido y “están cajoneados”.
La respuesta que ella brindó a esas cuestiones fue que “no les interesa. La prioridad para el Gobierno es el aborto, porque el Presidente tomó un compromiso durante la campaña con un sector de la población y, además, hay una imposición del Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos internacionales para frenar la natalidad de los pobres”, cargó.
En ese sentido, mencionó la carta que fue dirigida al papa Francisco por un grupo de mujeres con preocupación por sus propias hijas. Reflexionó que el concepto que se maneja es “frenar la reproducción de los pobres. En vez de combatir la pobreza dándoles herramientas, ven como solución rápida, barata y eficaz el aborto, que después se usa en todos lados hasta llegar a ser un método anticonceptivo más”, entonó con rechazo.