Día de la Industria
Con 80 empresas radicadas, el Parque Industrial es sinónimo del crecimiento productivo local
El Parque Industrial Tandil tiene casi 50 años y aloja a algunas de las empresas más pujantes de la ciudad. A la par del crecimiento urbano, el espacio físico e institucional supo hacerse eco del potencial productivo de Tandil y quedó reducido con miras a los próximos años. En 2021 las firmas pudieron acceder a la regularización dominial y este año el consorcio del PIT recibió un aporte nacional de 167 millones para ejecutar obras de infraestructura. En medio de un contexto macroeconómico complicado, la dirigencia renovó el compromiso con las empresas "para que puedan desarrollarse mas allá de las condiciones que nos imponen".
En 1974, a través del Decreto 2822/74, quedó oficializada la creación del Parque Industrial Tandil (PIT). Hoy, casi cincuenta años después, hay 80 empresas radicadas allí y el espacio se convirtió en un referente de la industrialización del interior provincial.
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Ubicado estratégicamente en la intersección de las rutas Nacional 226 y Provincial 30 permite un rápido acceso a localidades como Olavarría, Azul, Balcarce y Mar del Plata y a las rutas nacionales 2 y 3 que unen la Capital Federal con el sur del país.
El Parque Industrial y la denominada Área del Parque Industrial se encuentran comprendidos por dos zonas: un predio de 100 hectáreas ubicado en la Ruta Nacional 226 y el otro de aproximadamente 80 hectáreas, localizado al norte de la mencionada arteria.
Cabe destacar que el PIT es gestionado por el Municipio y por un consorcio presidido por Fabián Oyarbide, titular de Redimec S.R.L una firma desarrolladora de soluciones tecnológicas para el mercado aeronáutico, naval y terrestre, tanto civil como gubernamental y militar, de Argentina y la región. Ingeniero electrónico de profesión, hace más de 25 años Oyarbide se animó a soñar su proyecto y darle forma, atravesando diferentes vaivenes coyunturales.
Acostumbrado a pilotear tormentas, el empresario internalizó con la más sólida determinación aquella premisa del filósofo italiano Antonio Gramsci: al pesimismo de la razón, el optimismo de la voluntad, para navegar las aguas de la incertidumbre económica que condiciona con frecuencia el normal desarrollo de la actividad industrial.
-¿Cómo atraviesa el sector productivo local este particular contexto?
-El optimismo es un poco lo que tracciona mi vida, aunque la realidad no te lo marque. La verdad es que hay mucha incertidumbre y las pymes tenemos que tener reglas del juego claras para avanzar en el futuro. Nuestro compromiso es con las empresas y vamos a hacer todo lo posible para que puedan desarrollarse mas allá de las condiciones que nos imponen.
-¿De qué manera afecta la restricción cambiaria y la devaluación a la adquisición de insumos importados?
-El ambiente es sumamente complejo porque las operaciones que involucran divisas son muy pocas las que salen. Debemos tener una red de proveedores para trabajar que nos envíen las partes requeridas y en algunos casos pagarlas desde el exterior; si no lo hacemos, la rueda se para y si se para, no tenemos ingresos. Hay que tener imaginación y buscar caminos que podamos transitar para llegar a cerrar lo trabajos y que nos permita facturar. Tratamos de diversificar y sustituir evitando importaciones. Pero repito, es esencial tener reglas del juego que permitan proyectarnos porque cada vez se hace más complejo.
-¿Cómo se proyectan en el corto plazo, atendiendo estas particularidades?
-Las PASO vinieron a poner un poco más de ruido en el futuro, hay mayor inflación y no hay medidas que traten de resolver en forma eficiente los problemas que tenemos. Creo que debemos tomar medidas en serio, con un plan que permita el crecimiento, sino cada vez vamos a estar volando más bajito.
Obras proyectadas
-¿Cómo resultó la regularización dominial? ¿Se pusieron en marcha las obras financiadas con el Aporte No Reembolsable (ANR) de Nación?
-Ahí tenemos más certidumbre, por suerte. La regularización dominial es un hecho y las empresas pueden escriturar, esa es una buena noticia. Además, el ANR fue asignado hace unos meses y en un principio lo íbamos a manejar desde el consorcio, pero finalmente la responsabilidad quedó en manos del Estado municipal. El Municipio es el responsable de la ejecución de las obras, aunque el ANR viene al PIT, es responsable el Gobierno comunal, que está a cargo de las licitaciones.
Son fondos por 167 millones de pesos y es una excelente noticia. Están dedicados a obras de infraestructura y de urbanización completa, y apertura de calles. También llevamos a cabo una actividad previa muy importante para obtener la factibilidad hidráulica. Tenemos que concretar las obras para que esté definitivamente aprobada y no haya problemas de inundación, para que las empresas sepan cuáles son los niveles de construcción a los que se deben atener. También tenemos el proyecto de tener una única entrada y reforzar la seguridad, apuntamos a eso ahora.
-¿Cree que a esta altura es necesario que haya un segundo Parque Industrial? ¿Hay conversaciones y gestiones en esa dirección?
-Rozamos las 80 firmas y la radicación de empresas está a buen ritmo, ya prácticamente no hay más terrenos, se pone complejo a la hora de decir que no hay lugar, pero es un trabajo que se viene haciendo con el Municipio y nosotros colaboramos. El puesto de presidente del consorcio es ad honorem, yo tengo mi empresa y un montón de actividades. Entiendo que es necesario pensar en un segundo parque industrial, pero habrá que ver de qué manera se quiere administrar porque no me interesa involucrarme demasiado. Pero habrá compromiso por parte de otros empresarios que se pondrán de acuerdo con el Municipio para hacer en conjunto las gestiones pertinentes. Hay que hacer muchos trámites para que eso funcione como tal.
Cultura del esfuerzo
-¿Cómo se articula el sector privado con el sistema educativo y científico público, un tanto cuestionado en estos días?
-Hay un montón de articulación, desde el profesional que egresa de la universidad pública, hasta el Ministerio de Ciencia y Tecnología con los planes para el fortalecimiento de empresas y de ayuda para reemplazar importaciones. Se podrían hacer ajustes sobre el ecosistema, pero no una reducción ni una eliminación, sino una coordinación de los medios para que sea más eficiente. Lejos estoy de pensar en un cierre u otro tipo de medidas así, pero creo que sí se puede mejorar el sistema. Estoy convencido de que la educación pública, a mí en particular, y a muchos colegas y compañeros nos ayudó a cambiar la vida. Con mucho esfuerzo y obteniendo resultados, porque la cultura del esfuerzo es lo que uno viene sosteniendo desde siempre.
-¿Qué le diría a alguien que quisiera emprender en el ámbito productivo?
-Pienso que tenés que encontrar algo que te apasione y la plata va a ser una consecuencia de que algo te movilice. Creo que hay que esforzarse mucho, y que si no hay pasión, fracasás una o dos veces y te das por vencido. Pero si encontrás una idea o un proyecto que te sirva para canalizar tu energía, esa forma de trabajar te permitirá tener un sustento; las cosas se van a alinear aunque tengas que poder sobreponerte un montón de veces a muchas cosas.
Estoy convencido de lo que hago y siempre tuve la semilla de emprender, la verdad es que disfruto mucho de lo que hago y lo hago con un grupo de personas. Cuando uno puede a un sueño personal hacerlo colectivo, las cosas funcionan, y en función de eso podés proyectarte y crecer. Si hacés algo sólo para ganar dinero la posibilidad de fracasar es muy alta, porque ante la menor falla te das por vencido.
Industrialización local
El perfil hacia el que tiende Tandil es el de una ciudad industrializada, planificada y con formación de recursos humanos calificados, que la vuelvan un sitio apto para vivir. En este paradigma, el desarrollo industrial es la zanahoria que la gestión de Miguel Lunghi persigue y el sector al que se le ha dado preponderancia, con una explosión de radicaciones y aperturas de industrias en los últimos años. Firmas como Redimec, Martínez Staneck, Global Grains, Cuthill, Galtech, Cagnoli, Agropack, Cerámica Blanca, Fundalum, Cooperativa Agropecuaria de Tandil, Produlac y decenas más, elaboran allí sus productos, que tienen una fuerte inserción tanto en el mercado interno como externo.
Tandil es a la par un distrito codiciado para los empresarios de los grandes centros urbanos, que ven en una ciudad intermedia del interior, rodeada de naturaleza y con gran infraestructura, la posibilidad de desplegar sus plantas fabriles por fuera del circuito consabido, con el AMBA a la cabeza de los cordones industriales concentrados.
En este escenario, el Parque Industrial Tandil quedó chico y desde hace un tiempo las autoridades hablan de crear un segundo sector industrial planificado para contener el crecimiento de las próximas décadas. La cronología marca que desde el Municipio se impulsó y fortaleció en los últimos años la denominada Área Parque Industrial de Tandil, con el objetivo central de potenciar el desarrollo y la radicación industrial dentro del área favoreciendo a las empresas el acceso a espacios planificados, con los servicios y mantenimientos necesarios para el desarrollo de sus negocios.
Asimismo, recién en 2021 el PIT obtuvo la regularización dominial de las parcelas y también en 2021 se puso en funciones una Zona Primaria Aduanera para facilitar la importación y exportación de productos e insumos. Además, en la misma línea, el Ejecutivo encaró el año pasado el Censo Industrial –que se encuentra en la etapa de procesamiento de datos- para relevar información que sirva como insumo para la definición de políticas públicas y se circunscribieron 697 establecimientos a censar para obtener datos de interés.
Historia de los agrupamientos industriales
En Argentina, los primeros proyectos de Parques Industriales datan de las décadas del ‘50 y ’60, aunque en la mayoría de los casos sufrieron atrasos de años y hasta décadas en su puesta en marcha. En 1973 fueron creados los primeros Parques Industriales en la provincia, en Chivilcoy, Bahía Blanca y Olavarría, y al año siguiente se oficializó el de Tandil.
Hacia 1980 se produjo una gran expansión ya que se pusieron en funcionamiento una serie de Parques Industriales, se poblaron algunos que durante años estuvieron inactivos y surgieron nuevos proyectos de agrupamientos, muchos de ellos estimulados por políticas de promoción industrial regional y sectorial.
Como consecuencia de esta expansión, a mediados de la década de 1990 existían alrededor de 150 agrupamientos planificados en todo el país, localizados mayoritariamente en provincias con trayectorias industriales como Buenos Aires. Las provincias de San Luis, La Rioja, Catamarca, Tierra del Fuego y Chubut recibieron regímenes de fomento especiales para alentar su industrialización. Sin embargo, gran parte de estos agrupamientos industriales presentaban bajos niveles de ocupación.
En este sentido, la oferta de parques, sectores y zonas industriales venía superando siempre a la demanda. De los 154 agrupamientos existentes hacia 1995, más del 80 por ciento no alcanzaba las 17 plantas. A su vez, la mayoría de los mismos eran estatales y una gran proporción presentaba una subutilización de la tierra.
En general presentaban diversidad de establecimientos por tamaño, por actividad o por el tipo de firma. En cuanto al tamaño, predominaban los establecimientos medianos, mientras que las plantas pequeñas eran minoría. Esto último obedece a que la mayor parte de los agrupamientos se instalaron en provincias promocionadas, y ésta resultó una política inadecuada para promover a las pequeñas industrias.
También, cabe mencionar que sólo dos parques industriales presentaban especialización: en las provincias de Tierra del Fuego (electrónica) y de Chubut (textil). En el resto existía una variedad de actividades, predominando las de más fácil traslado como la textil y de confecciones, haciendo uso intensivo de la mano de obra. La reglamentación de Parques Industriales data del año 1973, donde el interés por el ordenamiento territorial de la actividad industrial llevó a promulgar la Ley de Parques Industriales 7982 y 7983.
En el año 1976 se realizó una modificación de la Ley 7983 y en el año 1983 se modifican las leyes existentes dando lugar al Decreto Ley 10119, y en 1991 se promulgó el Decreto Reglamentario 3487/91. Luego, los cambios que experimentaron la industria y los diferentes intereses puestos en esta actividad indujeron al estudio y formulación de una nueva ley que contemplara las necesidades y expectativas para afrontar las demandas para el fomento, creación, funcionamiento y consolidación de los agrupamientos industriales.
En 2007 surge la actual Ley 13744 de Creación y Funcionamiento de Agrupamientos Industriales, aplicable en todo el territorio de la provincia de Buenos Aires y vigente en la actualidad.