Tandil
El Acuerdo del Bicentenario enmarca el desafío de crear un nuevo Código de Convivencia Ciudadana
El desarrollo de la iniciativa lleva más de un año. Hubo encuentro con instituciones para detectar las principales problemáticas, reuniones con las áreas técnicas del Municipio y análisis del marco normativo local. La firma de un convenio con la Unicen habilitará la conformación de un espacio para poner en marcha la redacción de los distintos artículos.
Bajo el esquema de trabajo que propone el Acuerdo del Bicentenario, en una modalidad que mutó del abordaje de los temas en ejes al de proyectos, hay un trabajo avanzado con miras a generar un nuevo Código de Convivencia que unifique el marco normativo vigente en la ciudad.
Recibí las noticias en tu email
“La idea es que nuclee todo lo que hoy está por separado, lo unifique, y que en un único documento podamos ver todas las reglas de convivencia que se tendrían que aplicar en Tandil”, definió el coordinador del proyecto, Juan Martín Pissani.
Actualmente, la tarea transita por tres líneas bien marcadas. El armado de un documento que sellará el acuerdo entre el Municipio y la Unicen para comenzar con la redacción del nuevo marco normativo; el análisis de las ordenanzas vigentes junto al Concejo Deliberante; y el lanzamiento de una encuesta que será tomada como insumo para ampliar visiones, sumar opiniones y pluralidad de voces en el resultado final.
Mientras se ultiman detalles del convenio que firmará próximamente el intendente Miguel Lunghi y el rector Marcelo Aba, Pissani compartió con El Eco de Tandil los avances y las expectativas por generar un marco regulatorio que reemplace al Código de Faltas e incorpore las ordenanzas vinculadas a las reglas de convivencia ciudadana.
En tanto, adelantó que el convenio a rubricarse bajo el esquema del Acuerdo del Bicentenario delineará un grupo de trabajo con la participación de la Facultad de Derecho. El espacio será coordinado de forma conjunta por el secretario de Extensión y director del proyecto, Gerardo Cerabona, y por Graciela Rodríguez y Pissani en representación del Municipio, y tendrá por delante el desafío de redactar los artículos.
Estado de situación
A modo de contexto, el director de Rentas y Finanzas de la comuna explicó que desde su creación, el Acuerdo del Bicentenario planteó una modalidad de trabajo dividida en ejes.
Sin embargo, en el último tiempo cambió la metodología y apostó por la concreción de proyectos. Marca Tandil, Código Convivencia Ciudadana, Plan Integral de Gestión de Residuos y Plan de Movilidad e Integración Urbana son los cuatro proyectos que la Universidad y el Municipio trabajan junto a las instituciones representativas de la ciudad, cuyos avances serán presentados el 4 de abril del año próximo.
Mientras coordinaba el eje Participación Ciudadana, avanzó con una iniciativa para la concreción de un Código de Convivencia. Así, ambos coordinadores analizaron el estado de situación y determinaron que el Código de Faltas, sancionado en 1981, sufrió al menos 69 reformas locales y atravesó dos Constitucionales.
Entonces, desplegaron un trabajo interno junto a las instituciones para conocer la problemática actual y qué aspectos debería incluir un Código de Convivencia rumbo al bicentenario de la ciudad.
De ese marco, surgieron las principales inquietudes, como ruidos molestos, tránsito, medioambiente y como “punto interesante” se generó en el debate que “la pena no necesariamente tiene que ser el pago de una multa, inhabilitación o clausura”.
“El concepto de sanción es un poco más amplio e incluso hay códigos que tienen previsto el perdón, realizar tareas comunitarias o prohibición de acceso a determinados espacios”, planteó el abogado.
En esa tarea, hubo encuentros con las áreas técnicas del Municipio para obtener un diagnóstico de situación en función de las demandas actuales, como la Secretaría de Legal y Técnica, de la que dependen los Juzgados de Faltas, Protección Ciudadana y la Dirección de Estadísticas.
Asimismo, los coordinadores relevaron y analizaron los códigos existentes o en elaboración para acceder a otras experiencias.
“El Código de Faltas describe la conducta y aplica la sanción, mientras que el Código de Convivencia Ciudadana tiene que ver con describir la conducta, aplicar una sanción y va a un concepto más amplio al incluir la prevención del conflicto o la promoción de derechos. Es decir, no llegar al momento de la comisión de la falta, sino que tenga instancias previas”, resaltó el funcionario.
Marco normativo
-¿El Código de Convivencia reemplaza al Código de Faltas?
-Sí, la idea es reemplazarlo. Será un código que tendrá una parte general, con descripción de aspectos comunes, las faltas, procedimientos y demás, y una parte especial sobre lo que se entiende de una falta contra la salubridad, el espacio público.
-¿Y qué pasará con las ordenanzas vigentes que tratan temas que contemplará el código?
-Cuando salga el código, van a dejar de aplicarse. Las va a sustituir. Después hay que ver qué es lo que actualmente está vigente de ese Código de Faltas, que tiene nueve capítulos. Uno de ellos refiere a las obras privadas, pero después se sancionó el Código de Edificación, por lo que allí hay superposición de normas. La autoridad de aplicación será el Juzgado de Faltas, que habrá que ver si podemos incluir la modernización del procedimiento, son cuestiones que se analizarán.
-¿Cuáles son las experiencias y antecedentes que analizan?
-Entre los códigos que estuvimos analizando están el de San Nicolás, el de Mendoza, el de Barcelona. Y tuvimos reuniones en Rosario para conocer cómo fue el proceso que llevaron adelante para tener un marco legal propio. Desde 2014 estuvieron trabajando con la Universidad de Rosario y ya lo sancionaron. Muchas de las ideas seguramente las tomaremos de ahí, que es bastante completo.
-¿Qué expectativas de avances tienen? ¿La idea es llegar al 4 de abril del año próximo con el código en vigencia?
-La idea es poder llegar al bicentenario con un trabajo para presentar. No creo que llegue a la sanción sino a mostrar el desarrollo que hizo la comisión para que se discuta en el Concejo Deliberante.
-¿Cree que la ciudad requería avanzar con este marco normativo?
-La misma realidad te lleva a aggiornar la normativa. El código de 1981 no quedó de forma estática, hubo 69 reformas de las que detectamos, pero sí avanzar en otros aspectos como la cuestión de género, los adultos mayores, la modernización. No quedarse únicamente con la sanción en la multa o la clausura, sino también otras acciones, tener en consideración la situación socioeconómica de quien es sancionado. Son nuevas exigencias que demanda la realidad. Y estamos muy contentos de que se haya tomado como un proyecto a concretar dentro del Acuerdo del Bicentenario.
Los ejes de trabajo
Con más de un año de trabajo, la apuesta es avanzar hacia la firma de un convenio entre el Municipio y la Universidad para la creación de una comisión redactora. En paralelo, los responsables de la iniciativa mantuvieron una reunión con concejales para solicitarles que “al diagnóstico que tenemos con todas las normas presentadas ellos también hagan algo similar para ver si estamos obviando alguna norma”. Y, en tercer lugar las encuestas.
“El diagnóstico y las encuestas van a enriquecer la redacción del Código de Convivencia”, destacó.
En ese sentido, Pissani adelantó que “hicimos un análisis de 69 normas que encontramos y que tienen relación directa o indirecta con el proyecto de Código de Convivencia” y lo remitieron a todos los bloques legislativos.
En ese proceso, citaron la ordenanza de ruidos molestos, el Código de Edificación e incluso la ordenanza de Covid, una norma “muy específica” que podría incorporarse en el nuevo esquema bajo un apartado puntual. “Como todo código, tendrá una parte genérica y otra específica en la que se van a tratar temas salubridad, manejo de espacio público”, describió.