Cientos de fieles se acercaron a la parroquia de San Cayetano para pedir “pan y trabajo”

Conseguir trabajo, conservar el que se tiene, mejorar la economía familiar y, en algunos casos, simplemente agradecer. En grupo, en pareja, en soledad, con niños y con bebés… así fueron llegando a la parroquia de San Cayetano los fieles con pedidos y agradecimientos en lo que fue una nueva celebración por el patrono del Pan y el Trabajo.

Como cada 7 de agosto, la figura de San Cayetano convocó a cientos de devotos de la ciudad, que desde la mañana hasta entrada la noche se congregaron en el edificio eclesiástico ubicado en la calle San Francisco 2148, en el barrio 25 de Mayo, para llegar con sus tradicionales espigas, velas y estampitas y, posteriormente, participar también de la procesión que comenzó pasadas las 15.30.

Minutos antes del inicio de la recorrida por el barrio, el padre Juan Paso, sacerdote a cargo de la parroquia, dialogó con El Eco de Tandil y se refirió la necesidad de “fortalecer la fe del pueblo en este momento en el que tenemos que pasar por algunas dificultades, sobre todo la gente más pobre y más sufrida”.

Además, el cura párroco aseguró que este año notó un incremento en la cantidad de fieles que se acercaron. “A pesar de ser lunes, vinieron muchas personas”, señaló el sacerdote, y agregó que “viene gente que está pasando por muchas dificultades”. 

Antes de encabezar la procesión junto al obispo de la Diócesis de Azul, Hugo Manuel Salaverry, Paso cerró con un mensaje dirigido para la feligresía: “Renovamos en este día nuestra fe y el amor a Dios, a la Virgen y a los Santos, especialmente a este Santo tan querido por el pueblo argentino”, remarcó.

Luego de la procesión que recorrió con cánticos las calles del barrio, Paso brindó una misa, oficio religioso que se repitió a las 18.30 y, nuevamente, a las 20.

Marta, una vecina de Villa Aguirre que se acercó con sus dos hijas adolescentes hasta la parroquia de San Cayetano, expresó que “vinimos a agradecer que con mi marido tenemos trabajo, pero también a pedir que nunca nos falte”. 

Daiana, una joven madre del barrio 25 de Mayo, fue con su bebé en brazos a pedir “trabajo para mí y para mi papá, que desde hace dos años está desempleado”.

Carmen, de Villa Gaucho, le agradeció “al Santo por el trabajo y la buena salud de mi familia”. 

Pan con mate cocido

Cerca de la entrada de la parroquia, la organización Cáritas repartió panes y mate cocido para los devotos que llegaron hasta el lugar. 

“Como todos los años, prestamos este servicio para los peregrinos: les ofrecemos el mate cocido y el pan bendecido”, contó a este Diario Silvia, la encargada de llevar adelante el operativo. 

Esta actividad que realizó la organización de la Iglesia Católica, habitual en este tipo de festividad, debió ser interrumpida a partir de 2020 por las restricciones y cuidados sanitarios que impuso la pandemia de coronavirus, y recién pudo ser retomada durante la jornada de ayer.

“Tuvimos que suspender por el Covid, pero ahora hemos retomado esta linda costumbre de compartir entre todos el pan, que siempre pedimos que no falte en nuestra mesa”, dijo Silvia.

Y destacó que “me parece propicia esta oportunidad para agradecerle a toda la gente que viene a saludar al Santo pero también se acuerda de los hermanos que necesitan, y que siempre están trayendo algún alimento, ropa de abrigo o calzado”.

Frente a la mesa de Cáritas, la Cruz Roja montó entre las 10 y las 18 una carpa para asistir a los presentes en materia sanitaria. 

“Nuestra función principal fue acompañar el evento para que saliera lo mejor posible”, dijo a este Diario Delfina, una de las encargadas del operativo de salud.

“Estuvimos más que nada atentos a la toma de tensión de las personas que se acercaron”, añadió.

Las organizaciones nucleadas en la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) también se ubicaron con sus gacebos a las inmediaciones de la parroquia, donde realizaron una asamblea por “Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo”.

La UTEP, que nuclea a las personas excluidas del mercado laboral y brinda asistencia en diversos comedores y merenderos de la ciudad, reclamó, entre otras cuestiones, por un salario básico universal y por mayores definiciones políticas para el sector de la economía popular.

Quién fue San Cayetano

Cayetano de Thiene fue un presbítero fundador de la Orden de Clérigos Regulares Teatinos que nació el 1° de octubre de 1480 en Vicenza, Italia.

Aunque estudió Derecho, a los 26 años se mudó a Roma para continuar con su vocación religiosa. 

Gaetano -como se lo conoce en italiano- era famoso por ayudar a los pobres y a los enfermos de las ciudades que visitaba.

Falleció el 7 de agosto de 1547 en Nápoles, a los 66 años, cuando ocupaba el cargo de superior de su orden, pero recién el 8 de octubre de 1629 fue beatificado por el Papa Urbano VIII y casi medio siglo después, el 12 de abril de 1671, fue canonizado por el Papa Clemente X.