Cartas de lectores
El virus de la inflación
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Señor Director:
Al parecer la inflación es una “enfermedad” que en Argentina habría comenzado a gestarse a través de un “virus” a fines del año 1953.
Según opinión de especialistas esta “enfermedad” se relaciona con descuidos en la salud de la Nación, es decir, estarían actuando diversos factores patológicos que han venido debilitando el organismo de la República, quitándole sus defensas de manera que teniendo en cuenta que la “enfermedad” se viene transmitiendo de una generación a otra, desde unos 56 años, sin que todavía se haya descubierto un antibiótico adecuado para su tratamiento, los especialistas coinciden, con pesimismo, que esta “enfermedad” por su complejidad, será difícil su curación mientras subsistan problemas muy profundos en el país.
Preguntando a los mismos cuáles serían las causas que debilitan el organismo de la República, facilitando la acción virósica, dicen que el factor principal es la división que se ha producido en la sociedad, por los desencuentros en la política, sin voluntad de “poner el hombro”, piensen lo que piensen, lo que ahora se ha dado en llamar grieta.
Por lo tanto los aprovechadores de siempre encuentran un terreno propicio para especular y enriquecerse.
Otro factor importante que afecta a la salud en cuestión, es la irresponsabilidad de algunos políticos y analistas-económicos que confunden a la población con sus críticas destructivas, fogoneando la desesperanza.
No escapa a estos factores adversos los procedimientos poco claros del proceso productivo y la cadena de comercialización que deben ser honestos en la formación de precios y su agregado hasta llegar al consumidor, lo justo, sin abuso.
No obstante, esos profesionales nos dejan una ¡última oportunidad! Nos dicen que al final del túnel hay una lucecita con un indicador del lugar que se encuentra el “antibiótico” que buscamos para derrotar el virus maligno, pero, hay que dejar de discutir inútilmente y darnos los argentinos un fuerte abrazo, abriéndose entonces la posibilidad de brindar trabajo digno para todos.
Ismael Alfredo Fuentes
DNI 5.355.846
Estamos tristes, enojados. Hartos de estar hartos
Señor Director:
Me pregunto si la clase política argentina en casi su totalidad es consciente de su estrepitoso e indisimulable fracaso histórico. Es una pregunta retórica, ya que la respuesta es más que clara. Nuestros dirigentes carecen de la más mínima autocrítica. Los ciudadanos hemos estado y seguimos estando a merced de individuos ineficientes, corruptos, necios, ególatras, inescrupulosos, incapaces de sacar el país adelante. Si a eso sumamos una justicia miope, siempre ligada al poder de turno, empresarios insensibles, una seguridad inexistente, entonces el inevitable resultado es esta desazón generalizada que afecta a nuestra sociedad, que convengamos también somos responsables en el tiempo que vamos a votar.
Estamos tristes, enojados, decepcionados. Estamos hartos de que nos sigan mintiendo, mientras tanto lo que tienen el sartén por el mango siguen “emparchando” al país, cuando las medidas para salir de este estancamiento son medidas de largo alcance, que solamente se llevan a cabo con éxito, con honestidad y diciéndole a la sociedad que no hay otra manera de recuperar el país, exigiendo cosas básicas, derechos inalienables: educación, salud, trabajo, economía, seguridad, igualdad de oportunidades; en definitiva, un país normal, para evitar la “grieta”, y que no nos sigamos matando, sin ningún argumento válido. ¿Es mucho pedir?
Irene bianchi
29.214.586