Calor de Madre busca una transformación social a través de la autegestión de estufas
Desde Red Solidaria buscan visibilizar la eficiencia de estos artefactos de alto rendimiento que templan los ambientes y quitan la humedad, evitando la bronquiolitis. Las estufas de alto rendimiento y su “alimento” pueden ser construidos por cualquiera que tenga ganas de aprender. Los beneficios, además de sociales, son económicos y ambientales.
Ayer por la mañana, en la Sala de Prensa del Municipio, la referente de Red Solidaria Tandil, Laura Sarmoria, reveló que están en busca de visibilizar el proyecto en el que trabajan hace unos tres años y para el cual necesitan financiación y donaciones. El mismo pretende llevar soluciones de calefacción a hogares de los barrios con dificultades.
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Desde la fundación acompañan a familias que tienen en común un problema serio con el frío, y se propusieron como meta hacer algo al respecto más allá de llevar frazadas y camperas. Fue entonces que se aventuraron en el camino de generar un verdadero cambio dentro de la necesidad de abrigo que comienza en abril y se continúa hasta noviembre, por las condiciones climáticas locales.
“Son todas viviendas en común, que además de estar mal calefaccionadas son muy frías y húmedas. Entonces, tratamos de entender desde dónde podíamos ayudar con la mayor eficiencia”, explicó. Así llegaron a un modelo de estufas que existe hace muchísimos años en otros países, pero en Argentina fue el INTI el que desarrolló el proyecto alrededor de la estufa Rusa, mejorada, que llaman “Sara”.
Empezaron a estudiar el tema y vieron que se podía aplicar con muy bajo costo, de ladrillos rojos comunes y adobe, resultando fácil para llevar a la práctica rápidamente y lograr en cada vivienda el calor seco que da un tiro balanceado, que al tratarse de casas sin red de gas es difícil implementarlo. De esta manera, además de calentar, se puede disminuir la cantidad de humedad dentro del ambiente, cosa que no hace ningún otro tipo de calefacción.
Esta posibilidad de secar el ambiente trae muchos beneficios a nivel de la salud, ya que reveló que generalmente son lugares que tienen problemas con la bronquiolitis y de esta manera, la previenen. “Esta dificultad es angustiosa a nivel de estadística”, alertó la coordinadora de Red Solidaria.
Pensar en comunidad
El proyecto en realidad surgió hace tres años y lograron hacer estos ejemplares en algunas casas. Una vez que entendieron que la tarea iría más allá de la construcción de las estufas, sino también con el seguimiento de cada caso, el funcionamiento y las pérdidas de calor en cada ambiente fue que formaron el grupo al que decidieron llamar Calor de Madre.
Este equipo conformado por unas diez personas está en una etapa de desarrollo, donde la intención es generar lazos principalmente con las organizaciones barriales, que son las que abrirán las puertas para ingresar a los barrios y generar nodos de capacitadores. “Nos parece interesante generar un lugar específico que sea núcleo difusor de la técnica y de seguimiento, que por el vínculo afectivo se puede sostener en el tiempo”, manifestó.
Cabe destacar que ya están trabajando con varias agrupaciones y la receptividad que están percibiendo es destacable. “Obviamente que todo esto es un proceso social, un apasionante laboratorio en el que intervenimos a nivel grupo y barrialmente, no sólo con la comunidad sino también con la parte académica”, sostuvo Sarmoria.
Esto último, además refiere al trabajo que vienen desarrollando con la Universidad Barrial que el año que viene implementará un curso anual, ya aprobado y diseñado en la currícula de oficios. El objetivo es que los interesados puedan aprender a fabricar sus propios calentadores y la leña que los alimenta, que son las briquetas. “Esto nos parece interesante también desde el punto de vista del ingreso familiar, porque la briqueta tiene un uso renovable, con una combustión más sana y limpia”, detalló.
“Nosotros necesitamos apoyo y que se hagan eco desde todos los ámbitos”, comunicó, a sabiendas de que cuentan con un proyecto novedoso y con mucho potencial, con el que transitan un momento de conformación e intercambio de ideas.
Al respecto, aclaró que no quieren generar asistencia social, sino transformación social, que tiene que ver directamente con la autogestión. “Estamos apuntando a que cada persona pueda aprender a hacer su propia estufa, sin depender de que le traigan el combustible sino producirlo por sí mismo”, enfatizó.
Como si bastaran beneficios, estos artefactos de calefacción tienen triple impacto positivo, desde lo social, ambiental y lo económico.