Bromatología tranquilizó a la población sobre la reserva de vacunas antirrábicas para humanos
Luego de la advertencia emitida por el Colegio de Veterinarios, el director de Bromatología dijo que si bien hay una disfunción a nivel internacional, se está elaborando otra opción en el país. En Argentina no hubo casos, pero hay que estar atentos y vacunar a los animales. “No es tan así”, apuntó sobre la falta de dosis, aunque reconoció que hay que saber administrar el uso para los que realmente necesitan.
La semana pasada, el Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires manifestó públicamente su preocupación ante la falta de vacunas antirrábicas de uso en humano. De esta manera, instó a extremar recursos y esfuerzos ante el alerta sanitario rábico, debido a que el sistema de salud carece de dosis para tratar a personas en riesgo de padecer la enfermedad.
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Ante esta problemática y la intranquilidad que se generó en la comunidad, el director de Bromatología Federico Sánchez Chopa informó que hay una disfunción a nivel internacional, ya que el único laboratorio que producía la vacuna Verorab la dejó de fabricar. A partir de esto es que el Ministerio de Salud de la Provincia retomó la elaboración de otro tipo de tratamiento llamado Fuenzalida Palacios, que es con la que se cuenta hoy.
De todas maneras, el funcionario aseguró que aún hay en la provincia disponibilidad de una tanda de la Verorab, que sería la más indicada y la que menos costos tiene. “El tratamiento para una persona que es mordida por un perro y se le indica la vacunación antirrábica preventiva, con esta vacuna son solamente cuatro dosis, mientras que con la Fuenzalida son nueve”, explicó.
Por su parte, Héctor Fernández, secretario del Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires, también aclaró que hubo retraso en la entrega de las dosis que ya se estarían incorporando la semana próxima, y el año que viene estarían en producción 90 mil aplicaciones de Fuenzalida-Palacios. “Lo que se está proponiendo es un trabajo en conjunto para las campañas de vacunación en caninos y felinos”, sostuvo el secretario de los matriculados.
El riesgo está en la frontera
Para el titular de Bromatología, lo que transmitió el Colegio de Veterinarios con el comunicado sobre la escasez de vacunación para las personas fue un poco alarmante. “Nos pone a todos atentos sobre lo que está pasando, pero no es tan así, ya que el Ministerio de Salud tiene vacunas y lo que hay que hacer, en lo posible, es minimizar el uso del tratamiento en humanos para evitar malgastar las vacunas que son la única vía para poder salvar al que sí haya sido afectado por una mordida de animal”, reflexionó.
Asimismo, explicó que estas vacunas preventivas serán aplicadas a aquellos que tengan riesgos reales, ya que no es similar a alguna de las incluidas en el plan vacunatorio o calendario, lo que involucra a personal de zoonosis y veterinarios, entre otros similares.
Si bien destacó que en el país hay que estar totalmente tranquilos, manifestó que en las fronteras de Jujuy y Salta con Bolivia, país donde hay casos en humanos, están un poco más complicados, por eso es ahí donde desde la Nación están poniendo todos los esfuerzos. “En Argentina no ha habido casos en humanos pero no estamos exentos”, dijo.
Es fundamental prevenir
La gravedad del asunto es que una vez que se empieza con la sintomatología de la enfermedad, la muerte es segura. “No hay tratamiento porque genera alteraciones a nivel del sistema nervioso central”, explicó y dijo que lo que hay es una cuestión preventiva. Esto sería para el caso de contagio de rabia a través de una mordida y mientras el virus avanza por los nervios periféricos uno puede realizar el tratamiento con vacunas, sin que lleguen a manifestarse los síntomas. Además explicó que hay otra opción extra que es con gammaglobulina y también está disponible en la provincia de Buenos Aires, aunque en menor cantidad.
Para identificar esos signos, describió que se detecta con la fase furiosa, donde uno está fotofóbico, muy atento, alerta y violento ante el mínimo ruido, que equivale a cuando el animal está babeando, enfurecido y fuera de sí.
“El virus se mantiene vivo en la naturaleza a través de las mordidas, porque ingresa al sistema nervioso central y llega a las glándulas salivales, se elimina por saliva, y es ahí donde el animal en la etapa furiosa contagia”, detalló Sánchez Chopa.
En estos casos, para el tratamiento lo único que se puede hacer es agarrarlo a tiempo y vacunar a las personas y/o a los animales. En este sentido contó que la mayor incidencia en humanos se da a raíz de las mordeduras de perros, no desde murciélagos ni desde gatos, aunque eso no descarta el riesgo. De todas formas, según la Guía para la Rabia 2017, las tres mascotas más complicadas con respecto a la trasmisión son perro, gato y hurón.
Lo importante es que ante cualquier mordedura, los agentes de salud deben observar al animal durante diez días, ya que si está contagiado con la enfermedad a los cinco días se muere. Pero duplican el período de observación para asegurarse en el caso de que no presente sinología.
“Muerto el perro, se acabó la rabia”
Desde aproximadamente 1970 que en Argentina no hay casos reiterados o graves de humanos con rabia, aunque en 1998 y 2012 ha habido algún caso aislado. Lo más complicado ocurrió en la década del 70, cuando surgió en primer lugar la Ley provincial antirrábica que dio lugar a una legislación nacional después.
De acuerdo a lo explicado por Sánchez Chopa, el concepto de estas normas dio origen al reconocido refrán “Muerto el perro se acabó la rabia”. Pero en ese caso y por esos tiempos había 30 mil perros contagiados por la calle, mordiéndose entre sí.
“Ahora la idea es cambiar esa concepción por ‘vacunado el perro, se acabó la rabia’”, indicó el titular de Bromatología, incentivando a la vacunación anual de mascotas y a la toma de medidas necesarias para prevenir la aparición de la enfermedad.
Cabe destacar que en el transcurso de este año, desde el Municipio han dado la antirrábica a más de 18 mil animales en la ciudad.