Braian Ruiz, el ilustrador detrás de la gata Luna, el personaje que recorre las redes sociales
Tiene casi 64 mil seguidores. La mayoría se sumaron desde julio del año pasado. Comparte una imagen por día y es compartida por miles de personas. Una paloma, una lombriz, y su gata Luna, algunos de los personajes que suele utilizar en su proceso creativo.
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Las redes sociales son excelentes para potenciar talentos y abrir caminos impensados. Así le sucedió a Braian Ruiz, que en base a sus ilustraciones tomó fuerza su contenido teniendo gran repercusión en sus seguidores y con ofertas de trabajo concretas.
Ruiz egresó el año pasado del Instituto de Profesorado de Arte Tandil (IPAT) y desde julio de 2018 a la fecha pasó de tener de unos pocos seguidores en su cuenta de Instagram (@braianruiz_ilustraciones) a los casi 64 mil de la actualidad.
En diálogo con El Eco de Tandil relató su trayectoria y crecimiento en corto tiempo y destacó además la importancia de la constancia en el trabajo para darle contenido a sus seguidores.
-¿Cómo comenzó este recorrido?
-Me gradué en 2018 en Artes Visuales en el IPAT, pero lo que venía haciendo particularmente es dibujo. El dibujo es una de las expresiones primeras de las personas. Cuando uno es chico ya dibuja, pero el tema es no cortar. El que dibuja y se dedica, es que no cortó nunca. Yo desde el 2014, 2015, empecé haciendo palomas y lombrices. Pensaba en cuestiones que no estaban dibujadas. Toda mi vida leí a Caloi, a Quino, a Fontanarosa. Aparece Liniers fuertemente y vi que tiene un gato. Entonces yo también pensé en tener un personaje y así comencé a jugar. Hice palomas, lombrices, se me iba acotando el campo, y venía mi gata y se acostaba arriba de los papeles, me tiraba las cosas y entonces decidí agregar a mi gata que es Luna. Entonces así había una paloma, una lombriz y un gato. Ahí empecé a hacer otro tipo de recorrido. De a poco se armó un mundo que solo se fue dando, yo no lo imaginaba como tal. En IPAT, Mariano Schettino que es un gran amigo, me dijo por qué no lo editaba y lo ponía en un mismo formato porque realmente era todo un desastre.
-¿Y cómo es el proceso de creación?
-Empecé a incorporar temáticas para no aburrirme. Por ejemplo con la gata Luna trabajo mucho con lo que es visión felina y la visión humana. Con esas cuestiones empecé a jugar con la gata. Después con las palomas ya pensaba en otras cosas, así empieza la imaginación y el humor. Bromear con lo cotidiano de las personas con personajes más sencillos y humildes. Esto me sirvió mucho para encontrar un estilo. Entonces el que lo lee baja un cambio.
-¿Imagino que debe llevar muchas horas el trabajo?-
Muchas horas lleva el proceso y hace unos meses fui padre, con lo que lleva varias horas más y de madrugada. Es muy gratificante ver en el tiempo como los personajes evolucionan. Las personalidades que se van puliendo hacen aparecer nuevas situaciones y chistes.
-¿Así llegó el primer libro?
-Después de que Mariano me dice que me ordene un poco, me entusiasmé en serio con la idea de publicar. Hice la tapa y me lo edite solo. Lo imprimí y lo pegue y empecé a buscar editoriales para publicar. Una editorial independiente que se llama Ediciones Croupier me aceptó la propuesta. Había que hacer una pre venta de 50 ejemplares que se pagaba la tirada de 200 ejemplares y lo hicimos en dos semanas. Esto fue en 2016. Fue muy del boca a boca.
-También aparece el vínculo con las redes y tu crecimiento…
-Instagram era una red que no me servía para nada, en lo personal estoy hablando, porque si o si es imagen y no le veía la gracia a publicar una foto mía. Pasados los meses, empecé a seguir ilustradores que me gustaban. Seguía por ejemplo a Nicolás Vilela, que está fuerte en Instagram, veía las cosas que hacía y eso me incentivó a probar. Y así fue que cada 15 días subía un dibujo. Al principio no pasaba nada, hasta que un día Nicolás comparte una imagen mía y la recomienda, y masivamente se suman personas a la cuenta y se generó una responsabilidad de darle contenido a esas personas. A medida que fue creciendo fue mayor la responsabilidad. Hoy tengo casi 62 mil seguidores, que crecieron fuertemente en los últimos 7 meses, a los que les dejo un dibujo por día. Siempre en crecimiento.
-¿Todos los días podés compartir algo?
-Empecé a incorporar muchas cosas. Leo mucho las estadísticas de los seguidores para analizar bien lo que publico. A veces subo las ideas que tengo porque no doy a basto, tengo mis dos trabajos, mi hijo y en mis ratos libres tengo para dibujar. Me entusiasma mucho seguir haciendo esto. Se contactaron mucho por Instagram. Hago dibujos personalizados si me los piden y por ejemplo la Editorial Barlovento de Córdoba me contrató para unas agendas. Es muy impactante. Me da fuerza para pensar que un libro puede andar bien. Con esta editorial estamos viendo si hacemos la segunda versión de Garabatos.
-¿Qué sucede cuando el artista ve reflejado en mundo real todo lo que hace de forma online?
-Cuando se materializa lo virtual en lo real es muy raro. Yo estuve en un par de ferias para experimentar y me dicen muchas personas que los dibujos lo conocen, pero a mí en particular no. Y se llevan productos. Es muy gratificante. El arte es vocacional. No se hace plata tan fácil. Después de varios años empezó a registrarse movimiento y compensar un poco el tiempo. Para las agendas, por ejemplo, tuve que hacer 400 dibujos, nunca hice tanto. Desde el 2015 a la fecha no paré nunca. La perseverancia es fundamental. Es una responsabilidad y estoy motivado a seguir esforzándome. Este año quiero publicar el nuevo libro. Tengo el prologo de Piñón Fijo, para mí un referente de la cultura , del humor y de los niños. Yo lo contacté por las redes y con una humildad grande me dijo que si le servía lo hacía sin problemas. A los dos días lo tenía. Es otra manifestación de afecto que no sería posible si no fuese por las redes.