El Municipio firmó un acuerdo con Globant y evalúan el impacto que tendrá sobre las huertas comunitarias

El área de responsabilidad social empresarial de la firma Globant y la Secretaria de Desarrollo Productivo y Relaciones Internacionales, a través de la Dirección de Asuntos Agropecuarios con la coordinación agroecológica, tomaron una iniciativa que consiste en la creación de un compost con residuos orgánicos desechados desde la empresa con el fin de utilizar su excedente, el cual será trasladado a las huertas orgánicas comunitarias.

Por su parte, el personal de maestranza, limpieza, seguridad y todos los empleados que trabajan de manera presencial en las oficinas de Pinto 968, son quienes desecharían aquellos productos reciclando lo orgánico. Con la finalidad de disminuir la huella de carbono que genera la empresa desde el centro de la ciudad, para luego distribuir su excedente a los tres invernaderos municipales. 

El de mayor tamaño ubicado en el barrio de La Movediza, Villa Aguirre y el más pequeño del barrio de Villa Italia. Son unidades productivas, donde los vecinos trabajan durante todo el año para generar alimentos de consumo personal y lo que sobra venderlo al público.

En diálogo con El Eco de Tandil, la coordinadora de agroecología, ingeniera agrónoma, Lorena Quiróz, apuntó al alcance que lleva el proyecto y definió su perspectiva. “Nosotros lo que hacemos es ir midiendo esos volúmenes compostados, la periodicidad con la que se realizan, cuál es el destino y demás, o sea es una acción concreta . Y parece pequeña, no es tan significativo el aporte al volumen que se necesita pero es acumulativo”.

En la misma línea, Quiróz detalló el proceso, detallando que “Globant hace el compost, lo reparte entre la gente interesada que trabaja ahí y lo que queda nos los dan a nosotros. Yo retiré el viernes el equivalente a 20 litros, que generaron en el término de tres o cuatro días o sea tienen una buena producción”. 

En paralelo, la ingeniera agrónoma informó que el compost es un insumo para la producción orgánica de las huertas. Y el resultado de ello más tarde es utilizado para que los colaboradores realicen  alimentos procesados tales como dulces, conservas, entre otros. 

Asimismo, cada huerta cuenta con su propio compost que pretende acumular junto a los que aporta la empresa de software y “nunca tiene daños por exceso de aplicación, entonces siempre es bueno sumar” agregó Quiroz.

Este tipo de reciclaje orgánico requiere de un proceso de varios meses, en épocas de invierno desde cuatro a seis meses y en verano dentro de los tres meses demora en la descomposición que requieren esos residuos para aportarle fertilidad a la tierra. 

También “para mejorar la calidad física, las propiedades químicas y la nutrición del suelo, repercutiendo directamente en los cultivos”, detalló la coordinadora, fomentando a la creación de este tipo de reciclaje para todos los hogares de Tandil. Aconsejando a las familias sobre el consumo de alimentos sin agroquímicos.