Postura de la Cámara Empresaria
Bono de fin de año: “una exigencia que desconoce la coyuntura que atraviesa el sector que sostiene al país”
Desde el sector empresarial calificaron la disposición como una “arbitrariedad que ignora el esfuerzo del sector privado”. Proponen una solución "consensuada".
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Sin desestimar “la necesidad de que los salarios dejen de perder poder adquisitivo a manos de la inflación”, desde la Cámara Empresaria rechazaron el decreto del gobierno nacional que impone al sector privado el pago de un bono de fin de año de 20.000 pesos.
Y frente a ese marco plantearon la conveniencia de que el bono se concrete “en la medida que las empresas puedan deducir ese pago de los aportes y contribuciones patronales”.
Críticas y propuesta de consenso
La Cámara Empresaria de Tandil no dudó en manifestar su convencimiento de que, en sí misma, la medida en cuestión revela un llamativo desconocimiento “respecto a la coyuntura que atraviesa un porcentaje altísimo de pymes comerciales y de servicios Y si a eso le sumamos el bono, muchas de ellas serán empujadas al borde de la supervivencia”.
Para las autoridades de la entidad, en las actuales circunstancias la imposición del bono de fin de año no repara en el esfuerzo de pequeños y medianos empresarios ni tampoco la coyuntura general: “en diciembre se liquidan sueldos, aguinaldos y vacaciones”, precisaron, “y si a ello le sumamos la retracción de seis meses consecutivos que atraviesa la economía argentina resulta inconcebible que no se interprete que esta medida directamente pega en la línea de flotación de muchos”.
Asimismo, destacaron que el carácter forzoso del decreto “ratifica” la continuidad de medidas “que no aportan soluciones sino que complejizan aún el desenvolvimiento del aparato productivo y espiralizan la tendencia inflacionaria”.
En ese contexto reiteraron la conveniencia de consensuar la alternativa de deducción en el pago de aportes y contribuciones, herramienta que, aseguraron, brindaría una señal “realista” a la opinión pública respecto a la situación del sector privado y al mismo tiempo no se lo estigmatice como “culpable” de los estragos inflacionarios