Avanzan los pasos para que la Economía Popular se considere un sector más de la producción organizada
Funcionarios de la Oficina de Empleo, de Desarrollo Productivo, analizaron con trabajadores d la UTEP propuestas para la rama textil y gastronómica. La intención de las organizaciones es avanzar en medidas urgentes y de mediano plazo, que sienten al sector como parte de la economía local. ¨Hay mucho que desandar, hoy por lo menos nos reciben¨, dijeron.
Ayer por la mañana, como estaba previsto, el titular de la Oficina de Empleo, Martín Freiría; el subcoordinador de la misma, Juan Manuel Quaranta;y el referente territorial, Matias Artiguenave recibieron en las oficinas de Desarrollo Productivo a integrantes de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) con el fin de avanzar en una mesa de trabajo, que se desdobló y abordará las temáticas por separado.
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En esta ocasión, las propuestas presentada por Daniel Fernández, Florencia Villamur, Clara Valentini y Lorena Calvo se especificaron sobre la rama textil y el sector de producción de alimentos, mientras que la semana las partes se comprometieron a continuar con lo referido a construcción y reciclaje junto al titular de Obras Públicas, Luciano Lafosse. De esta manera irán progresando con todos los temas que aún quedan pendientes.
La intención de las reuniones es empezar a trabajar en conjunto sobre cuestiones concretas que permitan llegar a medidas específicas y que la UTEP sea finalmente reconocida como un sector de la economía de Tandil.
Los trabajadores presentaron por escrito dos propuestas, una por cada sector, detallando en primer lugar las necesidades urgentes de cada espacio para potenciar lo ya existente y reforzarlo en el contexto de pandemia, principalmente desde el punto de vista económico. Por otro lado, en ambos casos, apuntaron una serie de medidas pensadas hacia el mediano plazo, exponiendo la problemática que afronta gran parte del sector al desempeñarse en los propios hogares.
Además, reforzaron un pedido expreso que le realizaron colectivamente como UTEP a Marcela Petrantonio, secretaria de Desarrollo Productivo, 50 aportes no reembolsables, para distribuirlo entre las distintas áreas.
Potencialidad y urgencias
¨Si bien ahondamos sobre las necesidades más apremiantes y vulnerabilidades, también queremos caminar hacia una mejora de fondo en nuestra forma de organizarnos y de producir, para lo que necesariamente precisamos de la mano y acompañamiento del Estado¨, reflexionó Daniel Fernández, referente de la UTEP, quien se manifestó muy entusiasmado con la continuidad de esta mesa.
Por su parte, los funcionarios vieron con buenos ojos la organización a la que llegaron los trabajadores, sin embargo estos les mencionaron que hace ya años que están funcionando de esa manera, solamente que nunca antes les han dado la posibilidad de reunión en estos términos. De hecho, recordaron que hace tres años presentaron la Ordenanza de la Economía Popular, que planteaba algo similar a lo charlado ayer, pero nunca se trató.
¨Hoy la diferencia es que nos reciben y nos podemos sentar a dialogar como un sector más de la producción organizada, entonces le ponemos mucha expectativa a que podamos avanzar en medias reales y de fondo¨, sostuvo, con la necesidad de que se lo entienda como un espacio más de la economía de Tandil, organizado, con toda su potencialidad y con sus urgencias. ¨El Municipio tiene que empezar a entender cuál es nuestro contexto y marco de trabajo, porque el que no labora hoy mañana no come, y eso no entra en la lógica del emprendedor tradicional al cual apuntan¨, aseveró, buscando herramientas en ese sentido. ¨Hay que desandar mucho¨, dijo con esperanza.
Este primer encuentro sirvió para exponer ambas cuestiones y derivó en un próximo compromiso, dando continuidad a la mesa conformada, por lo que en 15 días podrán obtener más detalles sobre los documentos presentados y trabajar sobre programas existentes.
La rama textil
Como en cada caso, la idea es lograr una articulación entre el Gobierno municipal y las cooperativas de la economía popular, así que acercaron algunas propuestas que pueden garantizar la demanda de ciertos insumos de uso médico/hospitalario y así generar trabajo en la ciudad.
En este rubro, Fernández reveló que existen unas 30 personas trabajando de forma asociativa, aunque muchas otras lo hacen desde sus casas.
Colectivamente propusieron la posibilidad de establecer lazos que no sólo fomentan el trabajo cooperativo y asociativo, sino que también promueven nuevas formas de consumo y/o producción a nivel local que considere al sector y quienes lo componen.
¨La posibilidad de hacer crecer estas relaciones impulsa el desarrollo de las unidades productivas y pequeñas cooperativas, habilitando su inserción en el mercado laboral, con aspiraciones de mejoramiento tanto de las condiciones como de las posibilidades laborales¨, asentaron.
Asimismo, consideraron que en el recorrido transitado lograron construir un equipo de trabajo inter-cooperativo, además de articular con diversas instituciones tanto del Estado como de la sociedad civil, y así dar respuesta a sus demandas en tiempo y forma. Tal como garantizaron, la rama textil puede ofrecer la producción de ropa de cama, blanquería y mantelería, cubrecamillas, kits sanitarios, barbijos de uso exclusivo médico SMS y mascarillas sociales lisas o con logo, mantas para traslado y/o espera de atención de pacientes, uniformes de trabajo y remeras de algodón o modal, entre otro tipo de indumentaria.
¨En base al actual contexto y siendo trabajadoras autogestionadas, es que solicitamos de su parte la garantía de un adelanto del 30 por ciento del valor del trabajo para poder asegurar la compra de insumos básicos para cumplir con lo que se pactare¨, indicaron, resaltando que más allá de las opciones mencionadas, están abiertas a sugerencias y consultas por otros productos con el mayor interés de prestar sus servicios.
La producción de alimentos
A raíz del actual contexto de pandemia y el efecto que ésta genera en la economía de la población, el sector de la producción de alimentos ve un crecimiento exponencial en su oferta, es así que decidieron presentar colectivamente algunas propuestas que pueden darle la posibilidad de mejorar sus condiciones de producción y venta.
Según indicó Daniel Fernández, en esta rama el alcance es más masivo y es justamente la dinámica del sector lo que impide tener un número concreto, aunque estimó que al momento el piso es mínimo de cien trabajadoras que cocinan y venden en el barrio. En este sentido, destacó que una de las líneas de trabajo que persiste e intentan erradicar son las casas propias como lugar de actividad. ¨Queremos buscarle la vuelta para que esa forma de ganarse el pan sirva y alcance, y más adelante apuntar hacia lo que son las cocinas comunitarias¨, señaló.
¨A través de la economía popular proponemos establecer lazos entre los trabajadoes del sector y la secretaría de desarrollo productivo, para no solo fomentar el trabajo cooperativo y asociativo, sino también promover nuevas formas de consumo y/o producción¨, plantearon, con el afán de poder impulsar el desarrollo de las unidades productivas y pequeñas cooperativas, posibilitando su inserción en un mercado más amplio, mejorando las condiciones y posibilidades laborales.
Con el camino transitado y los logros obtenidos es que propusieron al Estado un trabajo que, articulado con las huertas y productores de hortalizas de la UTEP, provea de alimentos de calidad, agroecológicos, sin explotación laboral y con inclusión social. De esta forma, ofrecieron abastecer al Municipio de productos elaborados sin conservantes, de forma artesanal y localmente para cubrir la demanda de comedores escolares y de Jardines Maternales Municipales, talleres y espacios municipales donde se trabaje con niñez, geriátricos y Hospitales,y entrega de alimentos a través de programas de refuerzo alimentario.
Para ello consideraron necesario que se trabaje de manera conjunta en dos lineas. En primer lugar en una excepción para la producción durante seis meses, de los espacios propios productivos de alimentos de las organizaciones de la UTEP. ¨Este permiso, nos permitirá crecer en nuestras posibilidades materiales concretas de venta y poder así, financiar las ultimas refacciones que requerimos para la habilitación de los mismos¨, explicaron.
En segundo lugar, propusieron poder hacer uso de las cocinas que el Muncipio ya posee en los distintos centros integrados comunitarios (CIC) y espacios municipales barriales, donde ya funcionan distintos talleres de elaboración y alimentación saludable. ¨Los mismos pueden ser adaptados para su funcionamiento como salas comunitarias elaboradoras, descomprimiendo los pedidos de uso de la sala de Colón y potenciando la producción de alimentos locales, con la garantía de asegurar las condiciones de salubridad e higiene; a través de inversiones ya no individuales o particulares sino de aprovechamiento para toda la comunidad¨, reflexionaron.