Furor por la selección
Argentina pasó a cuartos y la fiesta fue total, primero en la Isla del Lago y después en el centro
La selección da un paso más en este mundial, y la gente enloquece contagiada por el juego y la entrega del equipo. A pesar del agobiante calor, la Isla del Lago se llenó de gente para ver el partido en pantalla grande, y tras la victoria, la fiesta se trasladó al centro de la ciudad.
Como sucedió en la segunda y tercera fecha de fase de grupos, la pantalla gigante puesta por la Secretaria de Desarrollo Productivo en el marco de la iniciativa “Kilometro 0”, convocó nuevamente a una gran cantidad de público, que se bancó el calor, bailó al ritmo de la cumbia en la previa, y terminó celebrando a lo grande tras el pase a cuartos de los dirigidos por Scaloni. Esta vez se volvió a repetir la sede de la segunda fecha, al aire libre, en la Isla del Lago, ya que el partido anterior, por cuestiones climáticas, fue ubicada en el polideportivo de Unión y Progreso.
Recibí las noticias en tu email
Las puertas abrieron desde muy temprano, a las 12, aunque el público comenzó a llegar pasando las 14. El calor, aún más intenso que en la anterior jornada, hizo que la gente optara por almorzar en la casa, en un ambiente más fresco, y se acercase a alentar a la selección más cerca del encuentro. En el lugar, al igual que frente a México, había servicio de cantina con sándwiches de parrilla y bebidas de todo tipo, juegos inflables y venta de pochoclos para los más chicos, y dos gazebos dispuestos por la organización para resguardarse del sol.
Para las 14.30, la sombra de los árboles y los gazebos comenzó a llenarse, la gente asistió con heladeras portátiles, reposeras y mantas para armar el picnic, muchos se trajeron su propia comida y otros optaron por comprar en la cantina. Para las 15, mientras la banda probaba el sonido y hacia los últimos ajustes, no había más lugar a la sombra. A los pocos minutos, comenzó el show de “La Re Band”, grupo de cumbia que alegró la tarde y apaciguó los nervios de la gente, que pudo disfrutar del show, y más de uno se paró para bailar un rato.
Justo enfrente de la pantalla había un gran espacio sin ningún lugar con sombra, pero eso no iba evitar que, mientras transcurría la presentación de la banda, se termine de llenar por completo, ya que los asistentes empezaron a sentarse en pleno sol asegurándose un buen lugar, aunque de a ratos se iban a refugiar bajo los árboles. La banda finalizó a falta de 15 minutos para el comienzo del partido y la ansiedad se empezó a sentir, aparecieron los cánticos, los saltos, y el revoleo de camisetas, la fiesta estaba armada.
Pasó el emocionante Himno Argentino, que se cantó como siempre a flor de piel y con mucho respeto, y comenzó el encuentro. La selección tuvo unos primeros 30 minutos de un control absoluto de la pelota, aunque sin llegadas claras gracias a la rigidez defensiva de los oceánicos, por lo que se vivió con nervios, pero con la tranquilidad de tener el partido controlado. Alguna cara de preocupación se dejó ver cuando por un pequeño tramo de algunos minutos los australianos robaron el control de la pelota, pero el rosarino que viste la 10 de la selección, al igual que el partido frente a México, frotó la lámpara y destrabó el trámite del partido armando una jugada a pura velocidad que culminó definiendo con sutileza a un palo del arquero. En la Isla explotaron los festejos, la gente saltaba, se abrazaba, tiraba agua para arriba y los niños corrían de acá para allá.
En el entretiempo, la gente que quedó al sol dejo sus cosas para guardar el lugar y descansó bajo los árboles y gazebos, el calor fue realmente intenso, y a base de mucha bebida los fanáticos pudieron soportarlo.
El complemento se vivió con más alegría que nerviosismo, por cómo se daba el trámite del partido no parecía que los liderados por Lionel Messi fueran a sufrir algún sobresalto, aunque en el fondo, las ganas de gritar segundo gol estaban latentes. Cuando ya el sol dejaba de ser sofocante, una presión bien arriba del incansable Rodrigo De Paul obligó a una gambeta larga del arquero australiano, que permitió el anticipo y la rápida definición de Julián Álvarez con el arco vacío, para marcar el gol de la tranquilidad, que se gritó en la isla acompañado de un suspiro de serenidad, ante la inminente victoria del conjunto nacional.
Pero minutos después llegó el susto de la tarde, cuando por una carambola tras un remate australiano, la pelota se metió en un palo del arco del “Dibu”, que venía teniendo un partido en el que casi ni tuvo contacto con la pelota, y que nada pudo hacer ante el rebote inesperado. Tras el descuento se dejaron ver los rostros de la preocupación, el equipo argentino seguía teniendo ocasiones y no las podía concretar, y eso levantó nuevamente el nerviosismo de los presentes. Para colmo, en la última del partido, se pararon los corazones cuando Martínez atajó lo que era el empate de Australia tras hacerse gigante achicándole el espacio al delantero y tapando el disparo con su mano izquierda. Pitazo final y la alegría se esparció por toda la isla, ante una nueva victoria de los dirigidos por Lionel Scaloni.
Luego de un rato de festejos en el lugar, con música, baile, saltos y cánticos, la fiesta se trasladó al centro de la ciudad, donde se juntaron cientos de tandilenses a festejar el pase a cuartos, llenando la esquina de Pinto y Belgrano, con una bandera larga que cruzaba por encima de la multitud, con el ruido de las cornetas y bocinas, la espuma de carnaval volando por el aire y la esperanza de toda una ciudad que esperara con ansias que llegue el viernes, cuando Argentina enfrente a Países Bajos por los cuartos de final, partido que coincidirá con la realización de La Fiesta del Queso Tandilero, por lo que desde la organización adelantaron que la pantalla será ubicada en el portada del Parque Independencia, en lo que promete ser otra tarde inolvidable.