Ante la intensa demanda, los cartoneros coparon la capacidad de su galpón y necesitan un nuevo espacio
Aunque envían más de cien toneladas mensuales de materiales enfardados a la industria, cada vez crece más la cantidad de reciclables que juntan y reciben por parte de la gente. Se vuelve apremiante encontrar un nuevo predio donde realizar los procesos de clasificación, recuperación y compactado. Esperan que el Municipio reconozca su trabajo y pueda ayudarlos a conseguirlo.
Todos los días las camionetas, carros, bicicletas y motos se estacionan en Irigoyen 1178, donde se ubica la Cooperativa de recuperados urbanos del MTE, para dejar los materiales reciclables recuperados de la calle, el basural y las casas vecinas de Tandil.
Recibí las noticias en tu email
Los cartoneros juntan la “basura” que la ciudad genera y la vuelven materia prima lista para reingresar a la industria, limpiando la ciudad, cuidando el ambiente y generando trabajo digno.
“Luego de una larga lucha por el reconocimiento de nuestro trabajo, el municipio local se comprometió a el pago de un subsidio que nos permite alquilar nuestra sede”, recordaron. Valorando ese aporte que les permitió arrancar y sostener el proyecto, consideraron central que desde el Gobierno local sigan apostando a su trabajo y los acompañe en esta nueva necesidad.
Es que desde que comenzaron no pararon de progresar y mes a mes se incrementan las toneladas de reciclables que procesan. “Este crecimiento, del que estamos tan orgullosos, nos trajo un problema porque nuestro galpón no da abasto, nuestra capacidad productiva está al límite y necesitamos otro predio para poder funcionar”, aseveraron.
La respuesta para lograrlo está en que las autoridades locales los escuchen y acompañen: “Necesitamos otro predio para poder seguir reciclando, cuidando a nuestra ciudad y nuestro ambiente y creando trabajo digno para los cartoneros”.
Más trabajadores, más materiales
Daiana Canziani, una de las recuperadoras de la Cooperativa y promotora ambiental, confirmó que tanto la cantidad de compañeros como el trabajo está creciendo día a día lo que ha vuelto que el lugar les vaya quedando chico.
Consideró que esta situación de pandemia que atraviesa a todos ha hecho que mucha gente se haya quedado sin trabajo y eligieran sumarse “a cartonear”, de hecho reveló que actualmente son entre 80 y 100 personas. Según dijo, optan por este sector porque saben que está siendo más considerado por los vecinos y que su trabajo es necesario para lograr el reciclado que la ciudad precisa.
“Ha venido mucha gente que se ha quedado sin trabajo y se ha sumado a nosotros para salir a buscar material reciclable”, explicó en conversación con el programa de radio “Buenas y Santas” que se emite por Tandil FM (104.1).
Vale recordar que todos esos materiales son clasificados, compactados, enfardados y se venden a Buenos Aires para que se vuelvan a insertar en la industria, permitiendo la reutilización de los mismos, cuidando el medioambiente en general y evitando que vayan como deshechos al relleno sanitario que ya está casi en el tope de ocupación, lo que además ahorra dinero de esa gestión de traslado al Municipio.
Capacidad al límite
El problema que están encontrando en este proceso que realizan a diario y cada vez tiene mayor demanda, es que el espacio donde se ubica el galpón de reciclado, en Yrigoyen 1178.
Si bien el predio tiene magnitudes considerables y los enfardados se envían a la industria con una periodicidad de dos veces por semana, superando las 100 toneladas de materiales al mes, es posible observar cómo en su interior ya casi no queda espacio para albergar más materia prima.
Tal como refirió Canziani, además de lo que recolectan los cartoneros, es cada vez más la gente que apoya el trabajo y acerca al galpón los materiales que separó previamente en su casa. Cabe enumerar que allí reciclan desde plásticos, vidrios, metales, cartón, sachets, tetrabrick y papel, entre otros, siempre lavados y secos. “Material hay mucho y nos falta un montón para hacer y también concientizar a las personas”, dijo.
Ante este panorama, los recuperadores urbanos salen a la lucha por conseguir un nuevo espacio para poder realizar su trabajo y absorber así la demanda. “Necesitamos otro galpón urgente, porque ya no entra más nada”, apuró.
Por el momento, el Municipio les paga el alquiler del tinglado de Irigoyen, acuerdo que se logró en junio del año pasado luego de largas conversaciones, donde actualizaron el monto del subsidio y para los trabajadores, en cierta forma, significó el reconocimiento de su labor para la sociedad.
La intención es que desde el Ejecutivo puedan volver a poner en valor esa tarea y brindar las herramientas que permita que los cartoneros tengan un nuevo predio con la capacidad suficiente. Tal como anticipó, ya tuvieron el visto bueno para recibirlos, ahora queda que les confirmen día y horario de la reunión con la gestión municipal.