Ante la inacción municipal y la falta de soluciones, volvieron a exponer el peligro del basural a cielo abierto

En abril último, un informe confeccionado por la Mesa Girsu puso en evidencia la impresionante acumulación de basura en un predio ubicado en las proximidades de la Ruta 30, entre La Porteña y Cerro Leones. Pasado este tiempo, no hubo acciones concretas al respecto y el lugar sigue funcionando como un basural clandestino a cielo abierto, con todas las consecuencias que eso conlleva. 

En tanto, la representación local de la ONG Jóvenes por el Clima volvió a alertar acerca de esta problemática y los peligros de la inacción estatal para frenar esta práctica ilegal. 

“Todos los días varias empresas ingresan y dejan sus residuos de contenedores privados, como si lo que hacen estuviera bien. En el predio se puede ver como los residuos ya desbordan. Se encuentran residuos electrónicos, desechos de construcción y demolición, residuos industriales, bidones de agroquímicos, reciclables y más, todo en las mismas cavas”, detallaron.

Al no contar con suelo impermeabilizado, los basurales a cielo abierto resultan un foco de contaminación muy grave, tanto por la generación de líquido lixiviado (líquido que se produce cuando los residuos sufren el proceso de descomposición y el agua), como por la emisión de gases de efecto invernadero, gases que se encuentran presentes en la atmósfera terrestre y que dan lugar al fenómeno denominado “efecto invernadero”.

Un problema de larga data 

El problema no es nuevo, ya que en septiembre de 2017 el concejal e integrante de la mesa, Rogelio Iparraguirre, denunció la presencia de un basural a cielo abierto en inmediaciones al cruce las rutas 226 y 30 que derivó en su clausura inmediata.

En un informe publicado en su página, desde la Mesa Girsu indicaron que en septiembre de 2018 los vecinos de este predio entre La Porteña y Cerro Leones denunciaron públicamente la formación de un “enorme basural a cielo abierto” que con los años no ha hecho más que acrecentarse. 

Asimismo, desde la agrupación juvenil remarcaron que “los tandilenses vivimos esta historia desde hace mucho tiempo; denuncias sin acciones reales. El Municipio de Tandil debe tomar acciones reales ante esta enorme problemática que vivimos todos”. 

Trazabilidad de los contenedores 

Además, repararon en que en el año 2018, desde la Mesa Girsu se presentó por Banca 21 en el Concejo Deliberante un proyecto de ordenanza para que exista una trazabilidad del destino de los contenedores privados, pero la propuesta sigue cajoneada y no hubo ningún avance real sobre el tema. 

En esa oportunidad, con la premisa de poner en agenda la problemática ambiental de la ciudad, en particular la atinente a la gestión de desechos urbanos, en la sesión del Concejo Deliberante, el concejal mandato cumplido Antonio “Tony” Ferrer, usó la Banca XXI para presentar ante los ediles y la opinión pública una propuesta de la mesa de Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos (Girsu), cuyo objetivo es generar una ordenanza para modificar la trazabilidad de los contenedores urbanos de residuos y materiales colocados en la vía pública por empresas privadas.

El proyecto comentado detecta un  problema en la trazabilidad de los contenedores privados de residuos distribuidos en el partido de Tandil  y el inconveniente de los basurales a cielo abierto que se generan porque los ciudadanos suelen descartar desechos en cualquier lugar no habilitado a tales efectos. 

La contaminación producida a partir de que se arroja basura de manera indiscriminada y la falta de tratamiento sobre determinados tipos de desechos encendió la alarma de la mesa Girsu; “la gente tira basura en cualquier lado, es algo que se denuncia constantemente. Están fuera de la ley”, precisó Ferrer en esa ocasión.