Adopción de menores
Adoptar Tandil vuelve a la presencialidad y apunta a revertir la falta de apoyo estatal en adopciones
La entidad retomará sus encuentros presenciales y vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de que exista un mayor acompañamiento y guía para las personas que desean adoptar. La falta de licencias laborales adecuadas para los adoptantes es otro de los temas cruciales para abordar la temática.
Adoptar Tandil vuelve al ruedo de manera renovada tras los dos años de pandemia que modificaron por completo sus encuentros y actividades. De este modo, se prepara para regresar a las reuniones presenciales, que otrora se llevaban a cabo en la Ludoteca municipal, pero ahora van por nuevos horizontes. Rafael Collebechi, referente de la entidad, conversó con este medio y enfatizó la importancia de generar estas instancias de diálogo y apertura en torno a la temática de la adopción.
Recibí las noticias en tu email
Esta asociación de bien público surgió a partir de la necesidad de él y de su pareja de contar con un espacio donde poder canalizar inquietudes y hallar contención en medio del período de adopción, que puede ser muy largo y estresante.
“La idea es poder juntarnos para poder charlar de las historias y momentos que cada persona o pareja está viviendo. También gente que esté inscripta en algún juzgado. Por supuesto, seguiremos convocando profesionales que estén involucrados con la temática, para poder juntos, charlar, aprender y debatir”, expresó a modo de resumen.
Espacios que se necesitan
El grupo Adoptar Tandil Un Camino Diferente se formó hace cinco años para ofrecer un espacio de contención a aquellas personas que quedaban a la espera de un llamado para saber si era posible acceder a la vinculación con un niño.
Ese compás de espera siempre genera dudas e incertidumbre en los postulantes, así como todo el proceso previo y posterior a anotarse y recibir en guarda a un menor. Asimismo, hay una vacancia en torno a este tema en el Estado, que no pone a disposición la suficiente cantidad de herramientas para abordar este camino.
Aunque Rafael y su esposa lograron adoptar a un menor hace poco más de tres años y ahora están en proceso de vinculación con una niña, su trabajo no se detiene y bregan por poder ayudar a otros embarcados en el mismo deseo.
“No hay una preparación o un lugar al que acudir para evacuar dudas, más allá de las tareas de los dos Juzgados de Familia. En un proceso así es importante encontrarse con otros que atraviesen o hayan pasado por lo mismo, y también con profesionales, para conversar, acompañar y salvar dudas”, ponderó el entrevistado.
Equipos profesionales
Por su parte, Collebechi sostuvo que lo que se intenta hacer a través del grupo es dotar a los adoptantes de la mayor cantidad de herramientas posibles para que no fallen esas vinculaciones, sobre todo por los niños, que muchas veces cargan a sus espaldas trayectorias de vida complejas y un historial de institucionalización.
“Faltan lugares para recibir acompañamiento profesional, por eso debe generarlos la sociedad y eso que en los últimos años se ha avanzado mucho”, consideró, pero afirmó que “en la Provincia se siente la necesidad de contar con distintos sectores de apoyo”.
Así, remarcó que ha mantenido reuniones con personal del área de Salud Mental del Sistema Integrado de Salud Pública de Tandil para conversar sobre la problemática y con otros actores, con el afán de que se puedan armar equipos de profesionales capacitados en adopción para contener estas demandas. “Hace falta trabajar más porque quedan agujeros”, observó.
Licencias insuficientes
En tanto, reparó en los problemas que presentan las licencias laborales por adopción, que no contemplan con equidad a todos los gremios y sectores, y que tampoco otorgan el tiempo suficiente.
Al respecto, es preciso señalar que en Argentina, la Ley de Contrato de Trabajo establece la licencia por adopción cuando se acredita el otorgamiento de la guarda con fines de adopción de uno o más niños, con goce de haberes por un término de noventa (90) días corridos, a partir del día hábil siguiente de haberse dispuesto legalmente la misma.
Pero esto no resulta satisfactorio porque no considera los plazos propios de los procesos adoptivos, desde los trámites en sedes administrativas o judiciales hasta las etapas de vinculación y convivencia, fundamentales para el desarrollo de la relación padre-hijo.
En la mayoría de los casos, la licencia se da una vez que se tiene la sentencia o guarda de adopción que, muchas veces, llega casi un año después de que los chicos empezaron a vivir con la familia o incluso se ponen límites de edad de los niños para decidir si se les da la licencia o no.
Por otra parte, en noviembre de 2021, el gobernador Axel Kicillof amplió las licencias de este tipo para los trabajadores estatales de la Provincia, con el fin de lograr el fortalecimiento de los vínculos con la nueva familia. Así, la licencia pasó de 90 días a un período de entre 120 y 180 días, según la edad la edad del menor.
Asimismo, quienes adopten un niño o niña de seis a diez años podrán acceder a una licencia de 150 días corridos con goce de sueldo. Pero este enfoque no es una alternativa para muchos trabajadores de otros niveles del Estado y del sector privado.
En esta línea, explicó que “son muy pocos los gremios adheridos a darles licencias adecuadas a los padres y madres en estos casos, y sin embargo, es algo muy importante porque los primeros meses es cuando más hace falta esa conexión para crear el vínculo con los niños”.
Y profundizó que “el adulto tiene que adaptarse al niño. De repente se encuentra con un chico que ya tiene ciertas costumbres, hábitos, gestos y modos adquiridos, entonces hay que entender en profundidad de qué va a esto, es un tema muy delicado hacerse cargo de un menor y los adultos tienen que saber a lo que se exponen, cuál es el camino que se elige y qué es lo que implica”.
Los interesados pueden ubicar al grupo a través de las redes sociales como Adoptar Tandil Un Camino Diferente.