Adolfo Loreal aseguró que el aislamiento trajo aparejada una “crisis de valores”
El psicólogo y exconcejal resaltó que “fue un tiempo de oportunidad de ver la propia vida desde otro lugar y hacer un balance”. Y sostuvo que es un momento en el cual “todos nos replanteamos con qué cosas nos queremos quedar de la vieja vida que teníamos y cuántas cosas queremos mantener de esta vida que transitamos en estos días”.

Claro está que el aislamiento social obligatorio que se estableció a raíz de la pandemia que azota el mundo puso a la humanidad en una situación única, inédita que merece un análisis profundo para dilucidar qué sensaciones, sentimientos y emociones habitan hoy en día en la mente de las personas, que deben enfrentarse a una situación que jamás vivieron.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailAl respecto, el psicólogo y exconcejal Adolfo Loreal planteó que en primer lugar el virus provocó una “amenaza de muerte”, con la consecuente decisión gubernamental de establecer el aislamiento obligatorio.
“Cada uno de nosotros teníamos un formato de vida, se interrumpió esa continuidad del existir, de repente esto alteró de un día para otro. Hoy se quedan encerrados en casa y mañana cambió el ritmo. Ya no ibas a tu oficina o a tu estudio, te quedas viviendo con tu familia de una manera que hacía años o que nunca habías vivido, toda la familia junta. Nos sacó de nuestra zona de confort y nos ubicó de otra manera en nuestras propias vidas, en relaciones distintas, alejados de vínculos, nos aisló. Es decir, quedamos encerrados y solos”, señaló.
Crisis de valores
Eso, consideró, trajo aparejada una “crisis de valores” porque “cada uno a su tiempo tuvo que encontrar una nueva forma de transitar el día a día, primero con incomodidad y hasta con cierta desesperación, gente que hizo disparates como cargar la tabla de surf e intentar irse de vacaciones. Esa amenaza hizo que nos viéramos desde otro lugar, en una forma de vida distinta, vinculándonos de una manera diferente”.
“La crisis implica que se me presenta un problema y tengo que resolverlo, tengo que volver a encontrar un orden, entra en la vida de cada uno un elemento nuevo, que lo desacomoda, entonces necesito un tiempo para volver a acomodarme”, afirmó.
Y sostuvo que “algunos necesitaron más tiempo, otro menos, de volver a encontrar un día a día que resultara satisfactorio, algunos pudieron disfrutar del día a día y de sus afectos, de su casa y de sus cosas de una forma diferente, otros quedaron desacomodados y aún no logran acomodarse”.
En ese contexto, la “crisis de valores” significó que “todo lo que yo tenía en mi vida fue visto desde otro lugar, mis vínculos, mi trabajo, las cosas que hacemos, las relaciones. Al estar viviendo de otra manera lo puedo ver desde otro lugar, esto en principio hace crisis, pero después hace un replanteo que hace que todos, y más por lo prolongada que está siendo esta cuarentena, nos replanteemos con qué cosas nos queremos quedar de la vieja vida que teníamos, a qué cosas queremos volver, y cuántas cosas queremos mantener de esta vida que transitamos en estos días”.
“Las cosas dependen del color del cristal con el que se miran, nosotros miramos nuestras vidas desde un determinado punto de vista, al sacarnos de ahí, meternos en casa y encerrarnos y quedar distantes de un montón de cosas, vimos nuestra vida desde otro lugar y esto hace que valoremos lo que tenemos y lo que no tenemos, lo que alcanzamos y lo que no. Esto ha sido sumamente provechoso, ha provocado de todo, para algunos sigue desacomodado, lo viven entre la hipocondría y el ataque de pánico, con mucho miedo a la enfermedad y en algunos casos con un incremento de la ansiedad brutal”, sostuvo.
Un tiempo de oportunidad
No obstante, resaltó que “fue un tiempo de oportunidad de ver la propia vida desde otro lugar y hacer un balance, lo cual permite decidir a qué cosas quiero volver y voy a intentar volver de mi vieja vida y con cuántas cosas me voy a quedar de esta vida que vine transitando durante todo este tiempo”.
“Ese vínculo que te liga afectivamente con tu trabajo, con tu casa, con tu barrio, con tu pareja, con tus padres, son como hilos que nos conectan a diferentes cuestiones del mundo, a veces a personas, a veces a situaciones, y a veces a cosas, con mi casa, con mi barrio, con mi club, esos vínculos son los que pasan a nueva escala de valor, en este sentido cuando digo a que quiero y no quiero volver, que vínculos que descubrí en este tiempo quiero mantener, estoy diciendo que de algún modo uno se dio cuenta de que se gastaba mucho tiempo en cosas que no valían la pena, cuando la vida te pone ante esta situación, descubrir que lo verdaderamente valioso era algo distinto o a lo cual no le habías dado la importancia suficiente, que tenia en aquel otro formato de vida y se perdía mucho tiempo en cuestiones que no lo valían.
La importancia del tiempo de
producción por sobre el tiempo reloj
Por otro lado, Loreal planteó que si bien hace tiempo de venía pensando el tema del trabajo remoto, el aislamiento “lo precipitó, lo empujó de manera brutal y la mayoría de la gente está trabajando de manera virtual. Hay muchas tareas que se pueden hacer de ese modo”.
“Hay cantidad de gente que estaba ocho horas en una oficina donde lo que valía era el tiempo reloj. Y algo que se toma en valor es que deja de considerarse la importancia del tiempo reloj para pasar a considerar la importancia de tiempo de producción. Alguien puede estar en su casa y en tres horas trabajando intensamente resuelve todos los temas de su trabajo y luego tiene un tiempo precioso para disfrutar de su casa, de sus hijos, de su compañera, compañero y no gastando cinco horas en una oficina dando vueltas, tomando mate, cosas que no tienen ninguna trascendencia”, remarcó.
En ese sentido, resaltó que “el tiempo de trabajo incluye por necesidad, porque uno no puede estar ocho horas sin interrupción alguna, un corte como higiene mental. Es decir te tomás un rato, esas interrupciones son un entretenimiento con gente que tal vez no es tan importante en la vida de uno más que como compañeros y tal vez ni siquiera tenemos demasiado afinidad ni seremos grandes amigos”.
“Hay mucho tiempo que se gasta, se pierde y eso generaba mucho malestar, había mucha gente que iba a trabajar y volvía enojada a su casa, con mal humor o que arranca el lunes y lo único que hace es esperar que llegue el viernes a la tarde porque necesita su tiempo libre”, afirmó.
Por tal motivo, consideró que “pareciera que ese es uno de los grandes cambios que se van a dar en las comunidades, no en nuestro país, en el mundo en general, poner más en valor el tiempo de producción y no el tiempo reloj en el que la gente tiene que estar en un lugar de trabajo, y esto haría que las cosas se organicen de otra manera”.
El verdadero valor de las cosas
En ese sentido, Loreal planteó que “al aparecer cercenada la posibilidad de encuentros en vivo, los puso mucho más en valor, la expresión sería parece que nos damos cuenta del verdadero valor que tenía algo en la medida que al menos transitoriamente estuvo perdido”.
“Yo creo que es un aprendizaje maravilloso, ha sido la posibilidad ante una situación crítica de poner en valor las vidas que teníamos, dar otra dimensión a algunas cosas a las que no le dábamos la verdadera importancia. Estábamos gastando tiempo en personas o situaciones o haciendo cosas que realmente no tenían un gran valor, y en ese sentido es la posibilidad de tener vidas más auténticas, que la vida sea más parecida a lo que uno quiere para uno y no a formatos que había que mantener”, concluyó.
La psicóloga Baroni consideró que “podemos elegir
cómo vivimos la cuarentena y salir fortalecidos”
La psicóloga Jorgelina Baroni trazó su análisis de la cuarentena y cómo la gente la está atravesando.
En ese sentido, planteó que desde su perspectiva hay dos posibilidades, una de vivirlo de modo positivo y otra, negativo.
En cuanto a lo negativo, “han surgido muchos trastornos de ansiedad, con una expectativa de angustia hacia el futuro, hacia el porvenir, influyó el tema económico, mucho días sin trabajar y también hay fobias, gente que volvió a salir y no se sintió cómoda saliendo”.
“Ver el vaso medio lleno es un aprendizaje evolutivo para la vida que fue genial, saber que me puedo arreglar con menos dinero, que puedo valorar otras cosas, que se que no puedo planear a futuro porque tengo que anclar mi vivir al presente. Yo creo que trajo muchos más aprendizajes que desventajas esta situación”, manifestó.
No obstante, señaló que “tenemos la capacidad humana de pararnos donde decidimos pararnos. Entonces si lo quiero aprovechar como un aprendizaje será fabuloso y sino lo viviré como el peor trastorno de mi vida. Pero los seres humanos tenemos la capacidad de decidir cómo vivirlo. La cuarentena nos ancla en el presente, en disfrutar cosas que antes no disfrutábamos, en replantearnos la vida, qué queremos, cómo ocupábamos el tiempo”.
Hacer hincapié en lo positivo
Remarcó la importancia de “hacer hincapié en lo positivo. Tengo que vivir a pleno hoy, las proyecciones las tengo que hacer a corto y mediano plazo. Yo considero que no va a volver el mismo orden que antes. Esto es la primera vez que sucede, marca un antes y un después”.
“Los vínculos se han afectado, o se pueden haber cortado los que no quería seguir manteniendo, y tuve como una limpieza de vínculos, o por el otro lado puedo ansiar el contacto más que en otras ocasiones, por ausencia, o puedo valorar más un cumpleaños que lo que hacia anteriormente. Pero me parece que trajo una gran limpieza de con quién quiero estar y con quién no, una gran elección porque estuve mucho tiempo en introspección obligada, estar mucho conmigo misma, o con mi núcleo familiar. Es un replanteo de la vida que quiero vivir”, enfatizó.
Y agregó que “más allá de que pueda ser traumático o provocar trastornos de ansiedad, lo positivo es que me las tengo que ver conmigo, con mi estado emocional, por eso es tan importante el aprender a estar con uno mismo. Me he cruzado gente que está fantástica y que de esta experiencia va a salir fortalecida y gente que es lo peor que le pasó y es el peor año de su vida, y eso marca cómo podemos elegir dónde pararnos”.
“Crisis significa crecimiento, así que puede ser una oportunidad para sacar recursos, la creatividad está a pleno”, indicó.
Trastornos de ansiedad
Aseguró que hubo un incremento de trastornos de ansiedad pero aclaró que eso es una señal de que “estoy viviendo mal, el factor externo de la cuarentena puede incidir, porque antes yo tenía distintas líneas de evasión, pero ahora no, entonces el sistema nervioso reacciona al encierro”.
“Pero evidentemente también algo pasa a nivel personal, sino no manifiesto un trastorno de ansiedad, la cuarentena puede aumentar mi malestar pero cuando se desata un trastorno de ansiedad no solamente es por la cuarentena, sino que la cuarentena agrava lo que yo ya tengo, sino la mayoría de la población estaría con un trastorno de ansiedad. Lo importante es que podemos elegir cómo lo vivimos y podemos salir fortalecidos”, concluyó.
Por último, observó que “esto ha cambiado el paradigma que tenemos de sociedad, de país, de humanidad. Así que vamos a ver cómo se genera un nuevo orden”.