Por el barrio situado en Lavalle al 1700
Adjudicatarios de Tarraubella ya casi no tienen esperanzas a 30 años de la estafa
Cerca de 200 familias vieron truncado el sueño de la casa propia cuando se frenó la construcción de las torres emplazadas en Lavalle al 1700. Tras años de lucha, ganaron el juicio pero nunca cobraron un peso del dinero que abonaron por los departamentos, que hoy en día permanecen usurpados por unas 12 familias.
“La verdad yo creo que nunca vamos a cobrar”, dijo una de las adjudicatarias estafadas por Tarraubella hace casi 30 años en la construcción del barrio que nunca se terminó y que está ubicado en Lavalle al 1700. Fueron cerca de 200 las familias que vieron su sueño de la casa propia desvanecerse luego de que el barrio quedara inconcluso, llevándose todos sus ahorros e ilusiones.
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Mes a mes, las personas que ingresaron al plan de viviendas pagaban su cuota en la sucursal de Tarraubella situada en la calle 9 de Julio al 300 o en el Banco Río. Jamás pensaron que todos sus ahorros, todos los años de sacrificio, se esfumarían de un día para el otro.
La primera torre comenzó a construirse con mucha velocidad, y en pocos meses estaba prácticamente terminada. Las familias veían el sueño cada vez más cerca. Pero de pronto, un día la construcción se frenó. Cuando buscaron explicaciones se encontraron con que la Municipalidad no accedía a llevar las cloacas por el costo que implicaba y tampoco la empresa quería hacerse cargo.
A partir de ahí una odisea fue la que vivieron. Tras el juicio y la sentencia favorable que ordenó que la firma les devolviera el dinero, nada sucedió porque los terrenos no están a nombre de Tarraubella y por lo tanto, no se pueden embargar.
La torre, años después fue completamente usurpada por 12 familias, que hoy en día siguen allí.
“Lo tengo por perdido”
Marta Aquilano, una de las adjudicatarias, admitió que “ya lo tengo por perdido”.
“El abogado nunca me llamó para comunicarme nada, nunca nos dijo si se había ganado el juicio, cuándo se hizo. Cada vez que iba me decía que no hay ninguna novedad”, explicó.
Marta Maíz, otra de las damnificadas, recordó que en 2003 lo citaron a su marido para decirle que habían ganado el juicio pero que estaba “todo encajonado en Azul”.
“Yo tenía 40 años, ahora tengo 68, anduve mucho en ese momento atrás de todo esto”, contó.
Aquilano rememoró que accedieron a formar parte del plan de viviendas entre 1991 y 1992 y eran unas 200 familias.
“Todos los que estábamos inscriptos íbamos a tener la casa y después se iba a sortear cuál departamento era para cada uno. Yo pagaba en el Banco Río, se empezó a construir y en un momento la Municipalidad paró toda la obra porque no estaban todos los papeles hechos, por las cloacas. Tenía que hacer ellos una planta depuradora propia porque en esa época no había cloacas, se paró y nunca más se retomó”, indicó.
El Municipio frenó la obra porque Tarraubella “no presentaba los papeles como correspondía, a nosotros nos citaron una vez en la Municipalidad para explicarnos cómo era el problema, Tarraubella estuvo en la reunión”.
Se frenó la construcción entre 1995 y 1996.
Marta Maíz recordó que “yo pagué 3 años y eran 5 que había que pagar aproximadamente. Yo alquilaba y me tuve que ir a vivir con mi suegra a raíz de esta situación. Había pagado alrededor de la mitad del departamento”.
Aquilano contó que en su caso, vivía en una casa que le había prestado su padre. “Al principio no sabíamos qué hacer porque además no nos conocíamos entre nosotros”, afirmó.
Lamentó que “Tarraubella jamás hizo ninguna oferta, nada, nunca dieron la cara, solamente en una reunión en la Municipalidad que era Zanatelli el intendente, nos citó a nosotros y ellos y el prometió que se iba a hacer cargo de la planta depuradora pero eso nunca ocurrió”.
“Dijo que por ahí teníamos que pagar un poco más la cuota para hacer la planta, pero que lo iba a hacer, pero nunca lo hizo. Había 6 departamentos terminados y otros 6 a medio terminar. Eran muy lindos”, expuso.
Marta Maíz confió que “la verdad que yo creo que nunca vamos a cobrar”.
Y contó que hace tan sólo 18 años que pudo acceder a su casa propia. “Yo alquilaba y pagaba la cuota, tuve que ir a vivir con mis suegros”, indicó.
Aquilano, en tanto, pudo comprar su vivienda hace 15 años.
Maíz señaló que “a una señora Corradetti le dijo que consiguiéramos un comprador, pero eso tiene que ir a remate judicial, porque yo hablé con un abogado de mi marido. Yo tengo 40 años y había gente grande que seguramente ya falleció”
A su vez, Aquilano recalcó que “nadie a nivel político nos ayudó a lograr algo, no tenemos apoyo de nadie. Una vez nos hicieron hacer una carta con el concejal Ferrer que nos recibió en la Municipalidad, dijo que se la mandaba al Gobernador pero no pasó nada”.
“Una vez lo vi a Tarraubella abrazado con Menem y le dije a mi marido ‘le vamos a cobrar el día de la escarapela’. Yo no tengo esperanzas, pero si me llaman a una reunión voy. Es nuestra plata, a nosotros nos costó mucho pagar esa cuota todos los meses”, manifestó.
En tanto, Maíz expresó que “la esperanza es que aunque sea mis hijos puedan cobrar algo”.
El juicio y la situación legal del barrio
La situación del barrio es compleja ya que si bien los adjudicatarios ganaron el juicio con una sentencia que obliga a los empresarios a devolver el dinero, hasta ahora no se hizo efectiva debido a que no figuran bienes a nombre de ninguno de los condenados.
Cada una de las personas que estaba pagando para acceder al barrio había pagado una cantidad diferente de cuotas, desde aquellos que habían abonado prácticamente la totalidad de la vivienda, hasta los que habían pagado el 50 por ciento, otros el 30 hasta aquellos que solo habían abonado 5 cuotas.
La construcción del barrio se frenó porque era necesario realizar una planta depuradora cloacal y la intendencia no estaba dispuesta a hacerse cargo del costo de llevar los servicios hasta el barrio. Por tal motivo solo se llegó a construir una única torre con cuatro departamentos por piso.
Los damnificados, con el patrocinio del abogado Rodolfo Corradetti iniciaron una demanda por “Daños y perjuicios” y “Daño moral” cuya sentencia fue favorable para los damnificados en el año 2008. Luego fue apelada por la empresa y la Cámara de Apelaciones ratificó la condena en 2011.
En ese sentido, se condenó a Tarraubella Emprendimientos Urbanos S.A., Jorge Tarraubella, Eduardo Tarraubella, Mariel Tarraubella, Alejandro Tarraubella, y a la sociedad de hecho denominada Tarraubella a reintegrar a los actores las sumas percibidas por el negocio frustrado adicionándoles los intereses que aplica el Banco de la Nación Argentina en sus operaciones comunes de descuento a 30 días, desde la fecha de cada una de las erogaciones realizadas hasta el efectivo pago sujeto a liquidación.
La sentencia dice además que debe aplicarse el 30 por ciento más de lo que cada uno de los damnificados abonó en concepto de “daño moral”.
A pesar de la condena favorable a los damnificados, hasta ahora ninguna pudo cobrar el dinero que la firma adeuda porque, según explicó el abogado en su momento, no detectaron bienes a nombre ni de las personas, ni de las empresas, por tal motivo realizaron una medida cautelar de inhibición de bienes para que, en caso de que tengan bienes, no puedan deshacerse de ellos.
Sucede que el predio, que tiene aproximadamente 5 hectáreas no está a nombre de Tarraubella, sino a nombre del anterior propietario, entonces por tal motivo no se pudo embargar.
Como no se ha descubierto hasta ahora ningún bien a nombre de la firma o de los propietarios de la misma, la única alternativa sería que se venda el predio para que los damnificados puedan cobrar lo que les corresponde.