Día del Fonoaudiólogo, una especialidad que crece al ritmo de una alta demanda

Valentina Fernández, licenciada en Fonoaudiología, explicó como base el rol de la especialidad: “El rol del fonoaudiólogo es muy amplio. Podemos trabajar en el área de la comunicación y el lenguaje, la audición, la voz, la deglución; en personas de todas las edades, desde bebés hasta adultos mayores. También se desempeña en el área de la educación, la docencia, la investigación”, una deconstrucción de creencias populares que la propia licenciada reconoció, ya que se cree que “sólo podemos trabajar con niños y que rehabilitamos únicamente dificultades articulatorias como la pronunciación de la “erre”, eso suele ser lo que más común se piensa, pero por supuesto que no es así”. 
Recibida en la Universidad FASTA de Mar del Plata, comentó que comenzó a estudiar por el deseo de trabajar en el área de salud y tras conocer a una especialista del hospital que le contó sobre la labor,  y aseguró que la fonoaudiología es mucho más que un trabajo porque “es acompañar a niños y a sus familias para afrontar juntos los desafíos presentados”. 
En cuanto al valor social de los fonoaudiólogos con la población, remarcó que la especialidad “está presente en la salud pública, desde la promoción y prevención, la evaluación y el tratamiento o la intervención”, no obstante, ese valor se ve atravesado por la complicación de no pertenecer a las áreas que trabajan en conjunto con las obras sociales. A duras penas lo hace, y la licenciada Fernández encontró la explicación: “Varía según qué obra social, pero la mayoría suele demorar mucho tiempo en concretar los pagos. Con la situación económica actual y la inflación constante, se vuelve muy difícil”, dijo. 
A esta problemática se suma la gran demanda que la especialidad posee, en la cual la fonoaudióloga agregó que “colegas tienen lista de espera porque no cuentan con disponibilidad, pese a una constante comunicación entre las fonoaudiólogas de la ciudad para poder responder lo mejor posible a la demanda”. 

Sin embargo, destacó que no es una realidad específica de Tandil, sino que “es una situación general también en otras localidades”. 
 Ahora bien, al respecto de la actualidad del área, fue atravesada por los efectos de la pandemia y su posterioridad. Sobre ello, y luego de asegurar que “no hay estudios concretos sobre cuanto creció”, a lo que Fernández alegó que se debe a dos causas: “El crecimiento del trabajo en la especialidad se debe primero a la dificultad de acceder a un turno presencial  y su posterior tratamiento durante el Covid, lo que generó que un atraso.  Por otro lado, hay un uso excesivo de pantallas y un incremento importante del uso de la tecnología en los niños pequeños, que sabemos que no es muy amiga del desarrollo del lenguaje y la comunicación. Incluso la Organización Mundial de la Salud recomienda que los niños no se expongan a pantallas, sobre todo los más chicos”. 
En cuanto a la posterioridad, remarcó que muchos profesionales aun usan la tele asistencia, ya que “fue un recurso que se instaló y permanece” y que en algunas áreas de la propia fonoaudiología como la comunicación y el lenguaje complejiza el tratamiento, “aunque se pueden sugerir a los padres ciertos seguimiento y reuniones o intervenciones pero el trabajo siempre es más favorecedor en la presencialidad, principalmente en niños pequeños”. 

Respecto a los cambios y demandas que atraviesa el fonoaudiólogo, agregó que “sería importante poder difundir más la importancia de la profesión y sus implicancias, así como también la carrera, para que se sumen más estudiantes y en un futuro haya más profesionales”.

Educación y la salud 

María Paz Fernández, una tandilense estudiante de fonoaudiología en el Instituto Superior de Formación Docente 9 de La Plata, también brindó su historia con la profesión y dijo: “Siempre me gustó la educación y la salud, sabía que la carrera que quería hacer era una que tenía que servir para ayudar a otros. Entre muchas carreras relacionadas a esos dos temas por separado que pensaba, descubrí que la fonoaudiología era la que mejor unía a las dos”.

Además, contó que su decisión también incluyó a una especialista del hospital tandilense que “hacía estimulación temprana del lenguaje y trabajaba con muchas familias carenciadas que llevaban a sus hijos de 2 o 3 años derivados por pediatras o salitas barriales”. 

Ello también la llevó a romper con las creencias populares que mencionaba la licenciada previamente:  “Cuando empecé la carrera solo pensaba que la fonoaudiología sólo trabajaba en lo que había visto en ese hospital, que sólo hacia estimulación del lenguaje o trataba de eso, siempre se dice eso de que sos la que corrige la “erre” y la verdad es que no. El lenguaje es sólo un área, otras son la audición, la voz y la fono estomatología, que fue personalmente la que más me interesó, donde trabajas cuestiones como deglución, succión, masticación y respiración”. 

Por último, remarcó las diferencias de la profesión entre ciudades como Tandil y otras como La Plata: “En las ciudades grandes como la capital de la Provincia hay muchos casos de cada patología específica, entonces a partir de eso te podes especializar no sólo en las áreas sino también en las patologías. A los hospitales públicos de La Plata se han venido a atender pacientes desde varios lugares de la provincia, de Tucumán y Santa Fe”. 

Sobre esto se sumó Valentina Fernández, que concluyó que “en las ciudades chicas uno no se caracteriza, porque atiende una mayor demanda y es bastante frecuente que tengas un paciente, un caso específico, que necesitas derivar porque no es tu especialidad pero es difícil encontrar alguien que tenga disponibilidad entonces uno suele tomar o aceptar ciertos casos hasta poder encontrar o derivar un especialista”.