No están abiertas al público
A un año de la inauguración, las piletas del CEF 42 evidencian el deficiente manejo de la obra pública
El ciclo lectivo 2022 nunca se inició y el Consejo Escolar tiene la posesión del predio, que debió ser reparado en numerosas ocasiones. No obstante, hay quienes sostienen que el complejo no está apto para desarrollar las actividades educativas. La pintura se sigue descascarando y la climatización del ambiente no es la adecuada. Un año después de su apertura formal, el natatorio público se convirtió en una especie de "elefante blanco" sin demasiado rumbo.
Ayer hizo exactamente un año desde que el Gobierno local se dio el gusto de poner en marcha oficialmente el complejo de piletas climatizadas del CEF 42, ubicado en Rosalía de Castro 1131, y solventado con el Fondo de Financiamiento Educativo.
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Al borde de la veda para inaugurar nuevas obras que rige en el Código Electoral (se celebraron elecciones el 14 de noviembre de 2021), el intendente Miguel Lunghi encabezó en ese entonces el acto que contó también con la presencia de numerosas autoridades provinciales y distritales.
Lamentablemente, ese fue el inicio de un derrotero que puso en evidencia un mal manejo de la obra pública y severas fallas edilicias que hicieron que, hasta hoy, el ciclo lectivo 2022 no se haya iniciado y la comunidad no pueda disponer del primer natatorio climatizado estatal.
Actualmente, el predio cubierto se encuentra en posesión del Consejo Escolar y de la empresa que realizó la obra, Cooperativa Falucho S.R.L, que se tuvo que hacer cargo de los arreglos de infraestructura solicitados por el organismo provincial.
Se estima que en los próximos días, con las reparaciones terminadas, el dominio volverá a manos del CEF 42, la institución educativa que ha bregado todo el año por defender el espacio y ponerlo en condiciones para los 600 alumnos que se anotaron con el objetivo de tomar clases acuáticas. En este sentido, las actividades sólo se sostuvieron entre fines de noviembre del año pasado y enero de 2022 inclusive.
Falencias que perduran
No obstante, según pudo saber este Diario, las refacciones no serían las adecuadas y hay problemas que persisten: la pintura se sigue saltando –aunque ambas piletas se pintaron tres veces- y la climatización del ambiente no alcanza la temperatura necesaria para un predio de estas características.
En concreto, el espacio cuenta con una pileta semiolímpica con sus medidas reglamentarias, sus respectivos carriles para competiciones y un doble sistema que utiliza la calefacción tradicional con calderas, bombas y losa radiante. La otra piscina mide 6 por 10 metros, tiene una profundidad de 1,20 metros, rampa de acceso y fue construida, principalmente, para tareas acuáticas de bajo impacto.
En este momento, las dos se encuentran con agua, luego de haber sido vaciadas en tres oportunidades desde su inauguración a causa de diversos inconvenientes, pero no se usan aún. La gran discrepancia aparece entre quienes creen que el lugar no está apto para habilitarse y quienes quieren dar curso a las actividades pedagógicas de cualquier manera, para que el predio se use durante el verano como sede.
El problema es que de certificarse el final de obra e iniciarse las actividades en el lugar, no habría marcha atrás con ningún tipo de reclamo ni garantía. Sería una forma de aceptar que “está todo bien" cuando "no es así”, de acuerdo a lo comunicado a este medio por diversas fuentes.
Una obra atravesada
El día del acto de apertura, el intendente Lunghi reconoció los problemas que hubo y, quizás parafraseando algunos titulares, dictaminó que “cuatro años después Tandil tiene sus piletas, las obras no tienen color político, son de todos”.