Cultura
A 28 años de su fundación, el Club de Teatro inauguró su “casa definitiva” en la esquina de Roca y Marconi
Referente de la cultura independiente de Tandil, el Club abrió las puertas de su nuevo espacio.
El Club de Teatro inauguró su “casa definitiva”, un espacio propio para el proyecto que comenzaron Marcela Juárez y Alejandra Casanova el 16 de mayo de 1996. Con una sala para 120 espectadores y otra para clases y ensayos, la esquina de Roca y Marconi se transformó desde ayer en la sede de una de las instituciones referentes de la cultura, pero en particular del teatro independiente de Tandil.
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Por eso hubo una ovación de todos los presentes tras el grito de “viva el teatro independiente” que lanzó Pepo Sanzano, encarnando junto a Marcos Casanova a los personajes de su obra Norma y Teté, que supo hacer del Club su casa.
“Hacer teatro es elegir una razón de ser”, dijo la docente, actriz y directora Marcela Juárez. “Se actúa, se dirige, se lee, se escribe, se espera, se confía, se ordena, se proyecta, se sueña, se insiste, se reniega, se agradece, se llora, se construye, se suelta, se sostiene, se lucha, se abandona y se duda, se comprende, se intenta, se consigue y se pierde, se defiende, se niega, se pronuncia, se calla, se promulga y se veta, se abandona y se acuna, se proclama y se crea”, compartió tras recordar a su compañera Alejandra, poco antes del corte de cinta y la apertura formal de la sala.
Tal como fue anunciado, pasadas las 18 se dio inicio a la jornada inaugural. Con motivo del acto se cortó el tránsito en Roca entre Marconi y Garibaldi, y se dispusieron sillas y un escenario sobre el frente de la flamante sede del Club.
A lo largo de la tarde fueron pasando diferentes números musicales y teatrales. Uno de ellos fue el de Norma y Teté, el mencionado espectáculo de Pepo Sanzano y Marcos Casanova, parte de la casa del Club. Los hijos de la fundadora Alejandra Casanova leyeron unas palabras en recuerdo de su madre, para luego dar paso al grupo de samba reggae Reketupá, que puso ritmo al momento previo a la inauguración.
Acompañaron la apertura el Intendente Miguel Lunghi junto a la concejal Guillermina Cadona y las autoridades de la subsecretaría de Cultura y Educación, Alejo Alguacil y Micaela Saconi. También estuvieron la decana de la Facultad de Arte, Daniela Ferrari, referentes de diferentes salas de la ciudad, Jorge Suárez, padrino del espacio, el impulsor de la Escuela de Teatro Juan Carlos Catalano, así como alumnos, profesores y ex docentes del Club.
Tras el corte de cinta, se abrió el portón de entrada a la nueva sala principal, con capacidad para 120 espectadores. Los presentes pudieron acomodarse en las gradas para disfrutar, como no podía ser de otro modo, de un número teatral.
Ser siempre un club
La inauguración de la “casa definitiva” motivó el compartir parte de la historia del lugar. Fundado un 16 de mayo de 1996 por Marcela Juárez y Alejandra Casanova, el espacio tuvo su primera sede sobre la calle Rodríguez entre Pinto y San Martín, en lo que fuera parte del antiguo teatro Cervantes. Allí comenzó a consolidarse como una institución referente de la ciudad tanto en la promoción de la cultura como en la formación de actores y actrices.
“Desde ese momento se llenó de talleres y de espectáculos, se convirtió en testigo de la formación de grupos y fue sede de muchos festivales. Pero mantuvo siempre su condición inicial, que fue la de ser un club”, comentaron los relatores de la inauguración.
En 2011 el Club se mudó a la calle Chacabuco al 500, lugar en el que contaba con dos espacios escénicos que le permitieron programar una diversidad de espectáculos y afianzar su proyecto.
En el año 2017 obtuvieron un subsidio del Instituto Nacional de Teatro para la compra de una instalación propia, que le fue otorgado solo a otras 6 salas de todo el país. Con esos fondos lograron adquirir la casa de Roca y Marconi, y poner manos a la obra en un proceso que todavía continúa.
“Durante estos siete años, y gracias a los fondos propios, a los esfuerzos colectivos, a la colaboración de artistas y a la compañía de la comunidad, hubo un gran empuje por creer que esto se haga realidad. El edificio logró acondicionarse y se convirtió en un teatro, un teatro que será para siempre un teatro”, expresaron los conductores.