Se produjeron 7,7 millones de muertes
Una de cada ocho muertes estuvo relacionada con infecciones bacterianas, según un estudio
Las infecciones bacterianas comunes fueron la segunda causa de muerte en 2019 y estuvieron relacionadas con una de cada ocho muertes en el mundo, según un estudio publicado en la revista The Lancet.
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En total, se produjeron 7,7 millones de muertes asociadas a 33 infecciones de estos patógenos, de los cuales cinco bacterias (S. aureus, E. coli, S. pneumoniae, K. pneumoniae y P. aeruginosa) estuvieron relacionadas con más de la mitad de todas las muertes.
Según detalló el estudio, los patógenos más mortíferos y los tipos de infección variaron según el lugar y la edad, informó el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).
Las muertes asociadas a estas bacterias representaron el 13,6 por ciento de todas las muertes mundiales, y más de la mitad de todos los fallecimientos relacionados con la sepsis.
Más del 75 por ciento de los 7,7 millones de muertes bacterianas se produjeron a causa de tres síndromes: infecciones respiratorias bajas, torrente sanguíneo y peritoneal e intraabdominales.
Estos cinco patógenos fueron responsables del 54,2 por ciento de las muertes entre las bacterias estudiadas.
La bacteria asociada a más muertes en todo el mundo fue S.aureus, con 1,1 millones de fallecimientos.
En tanto, el resto se asociaron a más de 500 mil muertes cada uno: E. coli con 950.000 muertes; K. pneumonia, con 790.000; y Pseudomonas aeruginosa, con 559.000.
Los autores destacaron que la reducción de las infecciones bacterianas es una prioridad de la salud pública mundial, y para disminuir la carga de la enfermedad causada por las infecciones bacterianas comunes se deben aplicar "medidas de control y la optimización del uso de antibióticos", como así también la "creación de sistemas de salud más fuertes con una mayor capacidad de laboratorio de diagnóstico".
"Es de suma importancia poner estos resultados en las iniciativas sanitarias mundiales para que se pueda realizar una inmersión más profunda en estos patógenos mortales y se realicen las inversiones adecuadas para reducir drásticamente el número de muertes e infecciones", afirmó Christopher Murray, coautor del estudio y director del Instituto de Métrica y Evaluación Sanitaria (IHME) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington.
En 2019 hubo más muertes relacionadas con dos de los patógenos más mortíferos -S. aureus y E. coli-, con 864.000 muertes, que por VIH.
Estudio
Este nuevo estudio proporcionó los primeros cálculos mundiales de la mortalidad asociada a 33 patógenos bacterianos comunes y 11 tipos de infecciones principales, que conducen a la muerte por sepsis.
Para este trabajo se realizaron estimaciones para todas las edades y sexos en 204 países y territorios, utilizando datos de los estudios Global Burden of Disease 2019 y Global Research on Antimicrobial Resistance, donde usaron 343 millones de registros individuales y aislamientos patógenos para estimar las muertes asociadas a cada patógeno y el tipo de infección responsable.
Las tasas de mortalidad estandarizadas por edad variaron según el lugar, al igual que los patógenos más mortíferos.
El África subsahariana registró la mayor tasa de mortalidad, con 230 muertes por cada 100 mil habitantes.
En comparación con la región de ingresos más altos -que incluye países de Europa Occidental, Norteamérica y Australasia- registró la tasa de mortalidad más baja, con 52 muertes por cada 100 mil habitantes.
S. aureus fue la principal causa bacteriana de muerte en 135 países, seguida de E. coli (37 países), S. pneumoniae (24 países), y K. pneumoniae y Acinetobacter baumannii (cuatro países cada uno).
“Estos nuevos datos podrían servir de guía para ayudar a abordar la carga desproporcionadamente alta de las infecciones bacterianas en los países de ingresos bajos y medios" señaló Authia Gray, coautora del estudio e investigadora en el IHME.
Los autores reconocieron algunas limitaciones de su estudio, muchas de las cuales se deben a la falta de datos, en particular, para muchos países de ingresos bajos y medios, donde la carga estimada de la enfermedad es mayor. (Télam).