DEUDA EXTERNA
“Un acuerdo de facilidades extendidas con el FMI nos hundiría todavía más”, evaluó Noemí Brenta
La economista pasó por Tandil para disertar en las jornadas de Relaciones Internacionales organizadas por la Facultad de Ciencias Humanas de la Unicen. Estudiosa de las relaciones entre el FMI y la Argentina, señaló que a ningún país le fue bien con las recetas del Fondo y que la salida es negociar el repago sin condicionarse con otro acuerdo que haga naufragar la coyuntura.
En el marco de las jornadas “A cien años del inicio de las Relaciones Internacionales como Disciplina Académica”, organizadas por el Departamento de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Humanas de la Unicen, que se celebraron el 24 y 25 de septiembre, especialistas, estudiantes, investigadores y docentes se acercaron al Centro Cultural Universitario para participar de diversos paneles y conferencias.
Recibí las noticias en tu email
Dentro de las actividades propuestas, se destacaron algunas presencias de peso y renombre en el ámbito académico que expusieron sobre sus temas de investigación, todos ellos anclados en la coyuntura actual y con una perspectiva teórica que habilita un lúcido análisis del cuadro de situación que se avecina en términos económicos y de relaciones bilaterales con los mercados externos. Una de las invitadas de lujo fue Noemí Brenta, doctora en Economía (UBA), coordinadora académica e investigadora del Instituto de Estudios Históricos, Económicos, Sociales e Internacionales (Idehesi) del Conicet, que disertó en la mesa “Argentina y el Fondo Monetario Internacional” y realizó la presentación de su libro Historia de la deuda externa argentina.
Incansable investigadora de la deuda externa y el FMI, en sus trabajos intenta abordar esta “costumbre” argentina que ha signado durante décadas el rumbo del país provocando severas crisis y que hoy ocupa las tapas de los diarios de nuevo, como un ciclo demencial que está condenado a repetirse.
La crisis financiera
Entrevistada por El Eco de Tandil, Brenta distinguió que la crisis actual es sustancialmente distinta a la de 2001 porque en aquel entonces las condiciones eran muy diferentes al venir de décadas formateadas por la economía neoliberal, en contraposición a este período que coronó diez años de economía “fresca”. Además, a comienzos del siglo XXI el mercado financiero estaba fuertemente bimonetizado porque la convertibilidad había igualado el peso y el dólar, de modo que las operaciones se efectuaban de manera indistinta en moneda local o extranjera.
Según las estimaciones del Indec, la deuda en dólares representaba hace dos años el 30,4 por ciento del PBI; en junio de 2019 esa relación subió hasta el 58 por ciento, representando un valor total de 283.500 millones de dólares. Un número que es difícil de imaginar y dimensionar para el ciudadano común.
“El daño está controlado por ahora, el Fondo debería seguir desembolsando y en septiembre de 2021 recién empiezan los pagos. El acuerdo indica que en 4 años hay que devolver un año de exportaciones; hay un año que tenemos que pagar 40 mil millones de dólares en capital e intereses”, graficó.
Qué hacer con el Fondo
La especialista expuso que para la administración de gobierno que asuma el 10 de diciembre lo mejor sería no hacer nada y esperar a 2021, porque establecer un acuerdo de facilidades extendidas sólo nos hundiría más. El acuerdo de Argentina termina en junio de 2021 y después queda el repago de la deuda. Ante este panorama, Brenta señaló que no es urgente renegociar la deuda porque los acuerdos con el Fondo son muy condicionantes y conviene esperar el desenvolvimiento de la economía y la sociedad.
“En lo inmediato, tenemos que pagar muchísimos dólares como intereses y Argentina es típicamente escasa en dólares. Además hay que devolver la deuda, vos la tomás y la tenés que ir devolviendo. Para eso necesitas dólares también. Tenemos por un lado ese apretón de la escasez de dólares y, por otro lado, el Estado que es el principal deudor, el que tomó más deuda externa, y tiene que pagar los intereses achicando el resto del gasto. El dinero del Fondo no se puede usar para financiar el déficit fiscal ni la salida de capitales. Es una decisión de la política económica haber tomado semejante deuda; y en los plazos y tasas de interés grandes con las que se tomó”, explicó.
Las consecuencias de tomar deuda
Además, Brenta definió que la gestión del actual Gobierno dejó indicadores “pésimos” en todos los niveles y que a ningún país le ha ido bien con las recetas del FMI. La economista evaluó que hay más pobreza, más concentración del ingreso, menos soberanía, caída del PBI y pérdida de bienes estatales.
“En la dictadura y el menemismo se contrajo un endeudamiento por encima de toda capacidad de repago. La deuda da control al acreedor sobre las políticas del deudor”, detalló.
Consultada acerca de si el acuerdo del FMI fue producto de una mala gestión que se vio desbordada o si formó parte de un plan deliberado, Brenta consideró que “uno puede suponer que hay gente que entendía lo que estaba pasando y lo hicieron igual. El tipo de Gobierno que nos mete en estos problemas siempre es el mismo; la dictadura, el menemismo y ahora Macri, todos de corte neoliberal. De esa transferencia hacia los sectores de los grandes capitales sale el empobrecimiento de la población”.