Tandil comprende una zona endémica del síndrome urémico hemolítico y reforzaron los conceptos de prevención
Tras conmemorarse el día de lucha contra el SUH recordaron cuáles son las principales causas de contagio y las formas de cuidado. Como es una enfermedad sin tratamiento ni cura lo esencial está en la prevención. En Argentina se registran más de 400 casos anuales. Aunque la mortandad es baja, generalmente termina influyendo en la calidad de vida de las personas.
En el Día nacional de lucha contra el Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) se reforzaron las medidas preventivas para contrarrestar la enfermedad, así como los síntomas que la identifican y el alcance que tiene, fundamentalmente para los más chicos.
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Como todos los 19 de agosto, se conmemoró la fecha, en homenaje al maestro de pediatras Carlos Gianantonio, quien contribuyó ampliamente al diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad. Con motivo del día de lucha, recordaron que es la causa más frecuente de insuficiencia renal aguda en menores de cinco años y la segunda causa de trasplante renal en esta población.
De acuerdo a la información propiciada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) la Argentina tiene la mayor incidencia en el mundo de este síndrome, el cual afecta principalmente a niños menores de seis años, dejando secuelas de por vida o en el peor de los casos, llegando a causar la muerte. Puntualmente, la directora Médica del Hospital de Niños Blanco Villegas, Manuela Beazley, indicó que Tandil y toda la zona de la Pampa húmeda son regiones endémicas.
“El número de casos por año es variable y son más frecuentes en primavera verano”, explicó, revelando que en lo que va del año se han registrado algunos diagnósticos de este tipo. Para evitarlo, aunque consideró que la gente tiene mucha información al respecto, contó que se trabaja fuertemente en prevención junto con Infectología y Bromatología, ya que no tiene cura o vacuna.
En este sentido, desde la dirección de Bromatología del Sistema Integrado de Salud Público (SISP), recordaron que con una correcta manipulación de los alimentos, es posible evitar complicaciones en la salud de los más pequeños.
Atención a los síntomas
Es válido destacar que el SUH es una enfermedad endémica que ocasiona más de 400 casos anuales en nuestro país, siendo la principal causa pediátrica de insuficiencia renal aguda y la segunda de insuficiencia renal crónica.
En la mayoría de los casos, el SUH es provocado por infección con Escherichia coli productor de toxina Shiga (STEC), que influye sobre los glóbulos rojos produciendo una anemia sobre el riñón, que “son los órganos blancos más importantes”, aunque mencionó que también puede afectar al sistema nervioso central. La principal vía de transmisión es fecal-oral, frecuentemente a través de la ingestión de alimentos o agua contaminada con heces de ganado vacuno o por contaminación cruzada durante la manipulación. También puede transmitirse por contacto directo con personas o animales infectados, a través de aguas de recreación o entornos medio-ambientales no adecuados.
“A veces a pesar del seguimiento minucioso y arduo de los distintos componentes, es difícil determinar de dónde provienen los contagios”, dijo, refiriéndose básicamente a aquellos que viven en el campo, donde los chicos juegan afuera, o trabajan en ese ámbito.
Asimismo, sobre los síntomas Beazley apuntó que en general se presenta con un episodio de diarrea inicial, que la mayoría de las veces se ve con sangre. A partir de ese cuadro, los padres siempre consultan y se realiza un seguimiento con pautas puntuales de acuerdo a cada caso. Desde allí se sigue de cerca la sintomatología de cerca para determinar si se trata de una diarrea común o el laboratorio da índices de que sea SUH.
Contagio y afecciones
En el extremo de gravedad, esta enfermedad puede llevar a la muerte, sin embargo la pediatra aseguró que la tasa de mortandad no es alta, aunque hay consecuencias en la rutina de vida diaria.
“En algunos casos hay que hacer diálisis, y si bien la gran mayoría evoluciona favorablemente, generalmente requieren seguir con una dieta muy estricta y terminan teniendo un impacto en su calidad de vida”, explicó.
Por otro lado, aunque siempre la enfermedad es más recurrente en los niños desde que empiezan con la alimentación complementaria y hasta los seis años, no se descarta que pueda darse en otras edades más avanzadas e incluso en adolescentes. Según señaló, esto tiene que ver con factores inmunológicos, entre otros.
El Síndrome Urémico Hemolítico tiene múltiples causas siendo la más frecuente y típica la transmitida por alimentos producida por una bacteria llamada escherichia coli productora de toxina shiga.
Esta, tiene su reservorio en el ganado vacuno y porcino principalmente, y se contagia a través de carne cruda y mal cocida, lácteos y jugos no pasteurizados, agua no potable, frutas y verduras contaminadas.
Afecta principalmente intestino, riñón, sangre y sistema nervioso central. Los síntomas son diarrea con sangre, vómitos, dolor abdominal, fiebre, palidez, manchas rojas en la piel llamadas petequias, oligoanuria (hacen menos pis o no hacen por el daño renal), descenso de plaquetas, anemia, somnolencia, irritabilidad decaimiento y convulsiones.
La prevención está en tus manos
El procedimiento para la enfermedad es actuar en los síntomas, ya que no hay tratamiento específico, no hay antibiótico ni vacuna, entonces la clave está en ser precavidos y cuidadosos.
Con motivo de la fecha, desde Bromatología del SISP compartieron una campaña denominada “la prevención está en tus manos”, allí la serie de sugerencias apunta principalmente a sumar hábitos para una adecuada higiene.
– Al guardar los alimentos preparados o viandas en la heladera ubicarlos en los estantes superiores, en recipientes tapados, y en los inferiores colocar los alimentos crudos. Así se evitará la contaminación cruzada.
– Evitar que los niños jueguen o se bañen en canales, piletas, lagunas, lagos, ríos o agua de mar contaminadas por cloacas o residuos de criaderos de animales.
– Consumir leche, quesos y jugos pasteurizados.
– Lavarse las manos con agua segura, luego de hacer las compras y antes de tocar alimentos a consumir. Durante 20 segundos con agua y abundante jabón, frotar palmas, dorso, entre los dedos Y nudillos. Secarse con toalla.
– Lavar con agua segura las frutas y verduras que se consumirán crudas.
– Cocinar completamente las carnes, principalmente los preparados con carne picada, hasta observar que no quede ningún rastro de jugos o trozos de color rosado. Lograr cocción homogénea, la bacteria se inactiva a 70º.
– Si se trabaja con ganado, separar la ropa y calzado a lavar antes de ingresar a la casa.
– No cambiar el pañal de los bebés en la misma superficie donde se preparan alimentos.