Sobre la importancia de la industria del software en la Argentina
Puede parecer un poco raro hablar de inversiones en nuestro país cuando estamos atravesando un proceso electoral y una incertidumbre económico-política, sea cual sea el resultado. Pero lo cierto es que en estos años las inversiones extranjeras en Argentina son del 8% del total de Latinoamérica, y teniendo en cuenta nuestro peso comercial en la región, ese número todavía es muy bajo. Podemos buscar varias razones y vamos a caer en “cambio de reglas de juego, problemas de institucionalidad, inestabilidad política” sumado a lo vulnerable que es nuestra económica a los movimientos externos, podemos decir que es un cóctel muy difícil de digerir para cualquier inversor y nos queda un camino para revertir esta coyuntura.
Recibí las noticias en tu email
Si nos enfocamos en lo tecnológico, y frente a una economía global cada vez mas sostenida en la información y el conocimiento (entre las diez empresas más grandes del mundo se listan Microsoft, Google, Apple, Facebook y Amazon) ahí también Argentina es un territorio con mucho potencial, con los casos exitosos de Globant, MercadoLibre y el nuevo unicornio, Auth0, así como también la empresa BairesDev se ubica en la empresa de mayor crecimiento en América Latina por cuarto año consecutivo, con más de 1.250 proyectos ejecutados a empresas de primer nivel. Pero a pesar de esto, ¿Se invierte en software en la Argentina? ¿Somos un país que genera intereses de inversiones extranjeras?
A través de varios proyectos de promoción la industria del software creció en nuestro país, con más de 1.500 proyectos financiados se impulsó de manera sostenida la creación de empresas dedicadas a la generación de software y tecnología.
Otro tema a tener en cuenta es la generación de empleo y plazas disponibles, año a año, quedan cinco mil puestos laborales sin cubrir, y donde la mayoría de las capacitaciones corre por cuenta de las empresas dado que toman empleados con poca experiencia y deben afrontar los costos no solo de moldear a sus empleados sino que también terminar de formarlos.
Además, el profesional argentino en sistemas es muy codiciado a nivel mundial: son versátiles, tienen capacidad para la toma de decisiones, buen manejo de situaciones complejas y buena respuesta a la alta exigencia. La devaluación de nuestra moneda dificulta la tarea de las empresas de retener a sus empleados, sumado a que en el país más de un 10% del capital capacitado trabaja de manera freelance para el exterior.
A principio de año el gobierno decidió poner la marca retenciones a la exportación de los servicios informáticos, teniendo en cuenta que en los últimos años la exportación de software alcanzó los USD 1.700 millones y se estima que pronto se va a romperá la barrera de los USD 2.000, esta medida no es una señal nada buena para los inversores. Estas retenciones no solo abarcan el software sino también la nanotecnología, la investigación, la robótica y todo aéreas vinculadas a las industrias 4.0.
Si miramos a nivel regional, nuestro país tiene recursos humanos con buen nivel educativo, una buena infraestructura de comunicaciones y bajos costos relativamente es un mercado en permanente expansión con gran demanda interna.
Respecto a la propiedad intelectual, otro punto fuerte a tener en cuenta a la hora de invertir, en Argentina hay que acelerar procesos en la gestión de patentes (su demora puede volver inútil todo el desarrollo), control de estándares y repensar la falta de protección de datos y derechos de autor, que influye directamente en la protección del secreto comercial.
Aunque este no es un territorio virgen en el país y en la región, ya con varias empresas posicionadas mundialmente, el potencial que tenemos debe ser mejor explotado, desde la formación de su mano de obra, tener condiciones laborales competitivas y un apoyo mas fuerte del estado en materia de inversión e impositiva, es una oportunidad de oro, ya sabiendo que los grandes actores del mundiales tienen un ojo puesto en nuestro país, no es momento de quedarnos en un compilación eterna, es hora de ejecutar.
(*) Docente de la Fundación UADE. Conferencista y especialista en tecnologías emergentes.