Se renueva el reclamo por el mal estado de la Ruta 74, calificada como una “trampa mortal”
Cristina Quintela, del grupo "Víctimas de la Ruta 74", expuso que son necesarias las mejoras en la cinta asfáltica que une Tandil con Ayacucho y atraviesa varios partidos del sudoeste bonaerense. Apuntó al tránsito pesado como el responsable de los grandes baches que dificultan la circulación por esa vía.
Hace trece años, María Cristina Quintela perdió a uno de sus hijos cuando volvía a Tandil luego de una jornada de trabajo en un campo cerca de Desvío Aguirre y sufrió un vuelco que le costó la vida.
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Desde entonces, Cristina asumió una militancia para pedir por mejoras en la Ruta 74 que une Tandil con la vecina localidad de Ayacucho. A través del grupo “Víctimas de la Ruta 74” ha llevado a cabo acciones para exigir la repavimentación de la cinta asfáltica que surca varios distritos de la Provincia y así evitar siniestros producto de los innumerables pozos registrados en diferentes tramos.
“Es importante, ya que nace en Pinamar y recorre una zona muy rica de la Provincia. Transita gente que va de turismo o a realizar trámites, ya que empalma con las rutas 2 y 29 que van a La Plata. Además, entre Ayacucho y Tandil hay un tránsito muy fluido, con mucha gente que va y viene”, detalló en comunicación con el ciclo televisivo y radial Tandil despierta (ECO TV y 104.1 Tandil FM).
Luego de más de una década de reclamos, el estado de la ruta sigue siendo calamitoso y no se han aportado soluciones integrales y definitivas a la problemática. Es destacable considerar que la vía de circulación provincial no esta incluida dentro de ninguno de los planes de infraestructura vial en ejecución.
Según describió Quintela, “la ruta está terrible, entre Ayacucho y Las Armas hay pozos impresionantes, lomadas de tierra, es muy peligroso. Entre Tandil y Ayacucho se ha deteriorado mucho, están saliendo los pozos viejos. Hay dificultades para transitar sobre la cinta asfáltica y esos parches tan malo hechos son los que causan después los pozos peligrosos para todos los que transitan”.
Uno de los problemas señalados corresponde al tráfico continuo de tránsito pesado que supera el límite máximo permitido de carga y generan roturas en el pavimento rutero.
“El problema son los camiones sobrecargados de piedras que van para la ruta 11. Para arreglar una ruta están rompiendo otra que es muy transitada y necesaria. En algunos tramos tenes que agarrar por la banquina porque no hay un camino firme”, sostuvo.
Además, la entrevistada advirtió que en el cruce de Fulton existe un gran pozo inmediatamente después del paso de las vías de ferrocarril, lo que obliga a circular muy despacio y puede ser una “trampa mortal” para aquellos que no conocen el camino, que carece de señalizaciones
Con respecto a la intervención política en el asunto, refirió que no está en conocimiento de que concejales u otros actores políticos estén abocados al tema. “Yo no tengo conocimiento de que estén hablando el tema, los de Tandil están en otras cosas pero este es un año electoral, ya pasó en 2015 que se arregló el trayecto entre Tandil y Ayacucho y no duró nada, ni siquiera llegó a fin de año”,
Quintela, con reparos, deslizó que quizás en tiempos electorales puedan conseguir algún tipo de arreglo o mejora, y lamentó que las únicas veces que les prestaron atención fue cuando se organizaron y movilizaron para visibilizar el reclamo que se prolonga en el tiempo.