Reducción de personal en Loma Negra Barker generó un paro de trabajadores que temen por su fuente laboral
La empresa insignia del cemento le comunicó a sus empleados de la planta de Barker que no se renovarán contratos ni se cubrirán vacantes de personal. Los operarios de la fábrica que aglutina a 350 trabajadores decretaron un paro total por tiempo indeterminado y sospechan que puede ser el inicio de un proceso de vaciamiento irreversible, pese a que el sector no está en crisis. Las partes se reunirán en la delegación juarense del Ministerio de Trabajo de la Provincia.
Los trabajadores de la planta de Loma Negra ubicada en Barker, localidad del vecino Partido de Benito Juárez, determinaron llevar adelante un paro total de actividades por tiempo indefinido, ante la decisión de la firma de no renovar contratos o cubrir puestos vacantes, ni tampoco efectuar pases a planta permanente de los contratos vigentes.
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Este hecho encendió la alarma de los trabajadores, que temen que se inicie un proceso de reducción de personal que derive en el vaciamiento de la planta fabril que emplea a 350 personas.
Si bien por el momento son cuatro los puestos que no se renovarán, la raíz primigenia del conflicto surgió en el pueblo nucleado alrededor de la producción cementera, a partir de la ampliación de la planta de la ciudad de Olavarría. Los operarios sospechan que cuando la obra esté terminada podría absorber la matriz productiva de Barker, desencadenando nefastas consecuencias.
Martín Isasmendi, titular de la Asociación de Obreros de la Minería Argentina (AOMA), delegación Barker, en comunicación con El Eco de Tandil, manifestó que “hasta ahora no había pasado nada, la planta marchaba con normalidad y se reponían los puestos de trabajo que quedaban vacantes, pero el lunes de la semana pasada nos reunimos con responsables de recursos humanos y jefes de producción y mantenimiento, y nos informaron que desde AOMA nacional bajaron esa directiva de no renovación, ya sea de personal propio o tercerizado”.
Esta decisión implicaría, según los obreros, una reducción de personal que comienza el 31 de marzo y “no se sabe cuándo ni dónde termina”.
Con el frente de conflicto abierto, las partes acudirán a una audiencia fijada en la delegación ministerial de la cartera laboral bonaerense de Juárez para acercar posiciones y dirimir el problema
La incertidumbre laboral
Frente a la falta de certezas y garantías de continuidad laboral, AOMA Barker realizó una asamblea con los trabajadores en la que se planteó lo comunicado por la empresa y se definió iniciar la medida de fuerza, con el propósito de evitar que se inicie un proceso de reducción paulatino.
En la jornada de la antevíspera, sólo ingresaron a la planta los empleados jerárquicos que están a cargo del horno a garantizar el funcionamiento del mismo, que por una cuestión técnica debe mantenerse encendido, y los demás operarios permanecieron apostados en el acceso a la fábrica.
“El pueblo en su totalidad nos brinda su apoyo. A las 10 se produjo una concentración en el ingreso y a las 19 proyectamos una película que recuerda la situación vivida en el año 2001, que puso a la empresa al borde del cierre; no queremos eso vuelva a pasar”, esgrimió el referente sindical.
Y añadió que: “desde la comunidad exigimos garantías de previsibilidad a la compañía, no queremos vivir en una agonía sin saber qué puede llegar a pasar cuando la otra planta empiece a funcionar”.
Industria próspera
Por otro lado, Isasmendi se ocupó de aclarar que la situación de la industria del cemento no es homologable a la de otros sectores, como el automotor o textil, que sí padecen los efectos de una pronunciada crisis, fruto de las políticas económicas concomitantes y de la caída del consumo. “La industria cementera no está como otros ámbitos que lamentablemente en el país están viviendo un mal momento, por eso no encontramos lógica a estas circunstancias ni nos dan respuestas respecto de esta decisión”, señaló.
Los números lo amparan, porque según los informes de la Asociación de Fabricantes de Cemento Portland, en febrero de 2019 se despacharon 929.494 toneladas de cemento, lo que significa un incremento del 1,5 por ciento con respecto a igual mes del año anterior -periodo en el cual se registraron 916.029 toneladas-, y representó un aumento del 5 por ciento en comparación a enero 2019.
La tradicional cementera Loma Negra, emblema de esta región, supo ser propiedad de la familia Fortabat pero fue adquirida en el año 2005 por una compañía de Brasil denominada Camargo Correa. En la actualidad el holding empresario se amplió y opera bajo el nombre InterCement, con plantas de producción en diversos puntos del planeta y capitales extranjeros. Hoy, Loma Negra conserva su acervo cementero, y se ha convertido en un dinámico centro de producción y transporte. La actividad económica que se destaca en la zona, es la explotación minera. Su mayor referente es la cantera de granito rojo. También existen canteras de piedra caliza y arcilla, materias primas para la fabricación del cemento portland.
Consultado sobre los volúmenes de producción de la planta de Barker, el gremialista informó que “hay menos despacho que el año pasado, pero sólo a nivel local, si uno mira las estadísticas del cemento a nivel nacional se mantienen en valores cercanos a lo que fue el 2015, año de récord histórico de venta de cemento, si bien se está un poco abajo son años buenos. En volumen se habla de 12 millones de toneladas anuales, son buenas cifras”.