Natalia Álvarez Barrios se encuentra, desde hace un par de años, al frente de la Asociación de Peluqueros y Peinadores de Tandil.

Lleva un cuarto de siglo ejerciendo la profesión y también es miembro de FAPYA (Federación Argentina de Peinadores y Afines).

Con motivo de la celebración del Día del Peluquero, recibió en su local a El Eco de Tandil para brindar detalles vinculados a su tarea:

“La Asociación de Peluqueros y Peinadores de Tandil fue fundada en 1920. El objetivo principal es conseguir la unión entre los colegas. Es eso lo que buscamos fomentar. Aparte de hacer perfeccionamientos, talleres y cosas que nos hagan crecer en cuanto a lo profesional, una de las funciones principales es unir a los peluqueros, lograr que pertenezcamos a un espacio. Como ocurre en cualquier ámbito, hay peluqueros que son parte de la Asociación y otros que no”, comenzó contando Natalia.

Desde la Comisión Directiva vamos analizando cómo marcha el panorama desde la parte económica, permanentemente tenemos aumento de los productos de peluquería. A los asociados, les acercamos una tarifa sugerida, pero no tienen que respetar ese precio a rajatabla, es para que tomen como referencia, en la búsqueda de que todos estemos más o menos nivelados en cuanto a los precios.

-¿Ante la difícil situación económica que mencionás, el cliente opta por dejar de visitar la peluquería, por asistir con cierta austeridad…?

-Hay de todo. Pero son muchos los que han disminuido sus gastos, hay quienes venían muy seguido y hoy lo hacen de manera más esporádica. Algunas clientas, cada veinte días venían y la han ido estirando, quizá vienen una vez al mes o cada cuarenta días. También se nota el ahorro en los productos, hay shampoos que cuestan 50 mil pesos y otros, 20 mil.

-¿Qué porcentaje de los peluqueros tandilenses está afiliado a la Asociación?

-Es muy bajo. Tenemos algunos socios que son vitalicios por estar hace tanto tiempo afiliados a la institución, no sé la cifra exacta pero deben ser unos veinte. En total, seremos entre 60 y 70 socios. Lamentablemente, la parte económica afecta, a pesar de que nuestra cuota es bajísima. Habitualmente, se cobraba el valor de un corte y hoy está por debajo de esa referencia. Nos cuesta sostener la Asociación, por gastos de Personería Jurídica y demás. Y eso que no tenemos un espacio propio, algo que siempre deseamos. Cuando se nos presentan algunos eventos, solemos alquilar espacios.

-¿Qué celebraciones proyectan para su día?

-Todos los años realizamos una fiesta. Esta vez será en el local Chapeaux. Los distribuidores de distintas líneas nos entregan productos y se sortean con la misma entrada de la fiesta. Incluso, cuando la situación económica era mejor, sorteábamos herramientas. Los socios sólo abonan la mitad de la entrada a la fiesta.

-¿Con qué otras ventajas cuenta el asociado?

-Con descuentos en distintos atelieres o perfeccionamientos. También dispone de rebajas cuando se realiza un viaje a alguna exposición en lugares como Buenos Aires, Mar del Plata u otra ciudad de la zona. Solemos armar un grupo de viaje, y la asociación se hace cargo de una parte de los costos.

Y, por otro lado, buscamos un espacio para estar unidos y que eso se valore, porque siempre la primera pregunta es: “¿Qué ventajas tenemos?”. Está bueno colaborar con una institución que está vinculada a lo que es su profesión y uno ama. Aparte, la cuota es accesible.

-¿Cómo viene siendo tu recorrido en la profesión?

-Me dedico a la peluquería hace veinticinco años. En la Asociación estoy hace ocho o nueve y, como presidenta, llevo dos. Soy una persona a la que no le gusta quedarse estancada, todo el tiempo estoy buscando capacitarme. Siempre estoy metida en algo, ahora tengo el evento Arte y Estilo, campeonato a beneficio de JANO por Todos, en el que me consagré campeona de varias categorías el año pasado.

Está el peluquero de ese mismo perfil, inquieto, y otro que se concentra en su trabajo rutinario del día a día.

Orígenes

El Día del Peluquero en Argentina se celebra cada 25 de agosto en conmemoración al Rey Luis IX de Francia (fallecido ese día de 1270), quien fue una figura simbólica para su época al designar a su peluquero como "hombre libre" y al elevar su jerarquía social.

En el siglo XIII, en Europa, trabajar en el área de la peluquería no tenía el mismo reconocimiento que los demás profesionales. De hecho, el oficio era de status plebeyo y solo se ejercía para la nobleza que, sobre en todo en Francia, utilizaba pelucas y no cabello natural.