La oposición bielorrusa convocó a una huelga general para sacar a Lukashenko
Bielorrusia es escenario de protestas sin precedentes contra la reelección del 9 de agosto pasado, considerada fraudulenta. El presidente se mantiene en el poder desde 1994 al frente de un modelo que muchos identifican inspirado en el sistema soviético.
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La líder de la oposición bielorrusa Svetlana Tijanóvskaya convocó a una huelga general a partir de este lunes, después de otra multitudinaria manifestación en la capital Minsk contra el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, que terminó en represión.
“El régimen volvió a mostrar a los bielorrusos que la violencia es lo único de lo que es capaz”, aseguró Tijanóvskaya, que se exilió en Lituania, en su canal de Telegram (aplicación de mensajería móvil). “Por este motivo, el 26 de octubre, empezará una huelga nacional”, afirmó, según reportó la agencia AFP.
Bielorrusia es escenario de protestas sin precedentes contra la sexta reelección consecutiva de Lukashenko, que está en el poder desde 1994, en la elección del 9 de agosto a la que la oposición denuncia como fraudulenta.
El escrutinio oficial dijo que el presidente convocó más del 80 por ciento de los votos, mientras que su seguidora, Tijanóvskaya, rondó el 10 por ciento.
El movimiento opositor sufre desde entonces una constante presión de las autoridades, que ha conducido a la detención o al exilio en el extranjero de todas sus principales figuras.
Como todos los domingos desde la elección, más de 100.000 personas llenaron las calles de Minsk para expresar su rechazo al gobierno de Lukashenko, en otra protesta marcada por la represión policial.
Las fuerzas de seguridad lanzaron granadas de dispersión y efectuaron numerosos arrestos, según los canales de Telegram de la oposición, en los que se publicaron imágenes de pánico de los manifestantes que huían de la primera línea de la marcha.
Más de cien personas ya habían sido arrestadas durante la tarde, según la ONG defensora de los derechos humanos Vesna.
Como en las manifestaciones precedentes, las estaciones de metro del centro fueron cerradas, para disuadir a la gente que se congregue. Además, el internet móvil quedó limitado.
Ultimátum
Tijanóvskaya lanzó este mes un ultimátum a Lukashenko dándole hasta ayer domingo para que se retire, bajo la amenaza de convocar una gigantesca manifestación y una huelga general.
“¡Huelga!”, gritaron los manifestantes en repetidas ocasiones durante la protesta en la capital de Bielorrusia.
En ese ultimátum fijado para este 25 de octubre, Svetlana Tijanóvskaya reclama el fin de las presiones policiales y la liberación de todos los “presos políticos”.
La oposición afirma que las elecciones fueron fraudulentas y Tijanóvskaya reivindica la victoria, y pide nuevas elecciones.
Tijanóvskaya tiene el apoyo pleno de la UE y dirigentes como la alemana Angela Merkel o el francés Emmanuel Macron, aunque a raíz de esos respaldos Rusia -aliada de Bielorrusia- y el ejecutivo de Lukashenko denuncian un complot occidental.
De hecho, esta semana el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó públicamente que Rusia no se mete en los asuntos internos de Bielorrusia y que espera que ningún otro país lo haga.
Llamado
La cadena Telegram Nexta Live, que coordina en parte la protesta, lanzó un llamado a sus dos millones de abonados a congregarse este domingo en el centro de Minsk en este “último día del ultimátum del pueblo”.
Nexta, basada en Polonia, ha sido colocada esta semana por la justicia bielorrusa en la lista de fuentes “extremistas”.
Tras haber llevado a cabo una dura represión en los días posteriores a las elecciones, las autoridades han amenazado este mes con disparar con balas reales para dispersar a los manifestantes, si “ello fuera necesario”.
Las protestas han dejado desde entonces al menos tres muertos y decenas de heridos.
El jueves, el Parlamento Europeo otorgó el Premio Sájarov de Derechos Humanos a la “oposición democrática” contra el presidente Alexander Lukashenko.
Con el apoyo de Rusia, Lukashenko excluye cualquier concesión importante, prometiendo una vaga reforma constitucional para salir de la crisis y un simulacro de diálogo con los opositores encarcelados. (Télam).