Dia mundial de la Diabetes
La importancia del acompañamiento profesional y familiar en la diabetes infantojuvenil bajo la mirada de una especialista
En el Dia Mundial de la Diabetes, la especialista en endocrinología y diabetes infantojuvenil, Cintia Ojea refirió al acompañamiento de niños que padecen esta afección.
El 14 de noviembre se celebra el Día Mundial de La Diabetes, creado en 1991 con la intención de concientizar acerca de esta enfermedad, que afecta al 10 por ciento de la población de mundial. La elección de esta fecha se debe al aniversario del natalicio de Frederick Banting, quien, junto con Charles Best, concibió la idea que les conduciría al descubrimiento de la insulina en 1921.
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El Día Mundial de la Diabetes es la mayor campaña de sensibilización sobre esta enfermedad en el mundo, con una audiencia global de más de mil millones de personas y a lo largo de 165 países. La misma llama la atención hacia problemas de máxima importancia para el mundo de la diabetes y mantiene esta afección bajo el punto de mira público y político.
El paciente debe seguir una rutina de cuidados basados en la nutrición, la autoadministración de la insulina, y la realización de actividad física para reducir en gran medida los padecimientos que genera la enfermedad. En niños este proceso requiere de un acompañamiento de los padres y de las instituciones a las que asiste para que el tratamiento pueda realizarse eficazmente y no le traiga mayores complicaciones.
El Eco se comunicó con Cintia Ojea, médica de planta especialista en endocrinología y diabetes infantojuvenil en el Hospital de Niños “Dr. Debilio Blanco Villegas”, para conocer más acerca de la diabetes en la niñez y de su correspondiente tratamiento.
En cuanto a la importancia de una detección temprana, Cintia explicó que la diabetes en niños puede ser de distintos tipos, pero generalmente es una diabetes tipo “1”, y hay dos momentos de aparición, uno es en la edad preescolar, en los primeros años de la primaria y el segundo es al inicio de la pubertad. Estos son los dos picos máximos donde puede aparecer el diagnostico de diabetes, pero en realidad se puede diagnosticar hasta un tipo de diabetes que es neonatal, es decir de nacimiento, que tiene que ver con otras cuestiones, pero la diabetes en los niños puede aparecer a cualquier edad. Y de acuerdo a esa edad se investiga cual es el motivo por el que se produce.
Una detección temprana es favorable en el sentido de cómo llegue el niño al momento del diagnóstico, si llega en una situación compensada, es mejor y mucho más favorable para su salud a futuro.
Una vez diagnosticada, el tratamiento es un desafío tanto para el niño y su familia como para los profesionales, quienes realizan un trabajo en conjunto con las distintas áreas: “La forma de trabajarlo es interdisciplinaria”, detalló Ojea, “armando un equipo donde haya un pediatra, un diabetólogo, un licenciado en nutrición capacitado en diabetes, y lo ideal es que haya un especialista en salud mental y trabajadores sociales, con todo ese equipo se trabaja en forma interdisciplinaria.”
Es muy importante, y aquí juegan un rol importante las instituciones a las que el niño asiste, lo que se conoce como “educación diabetológica”. “Tienen que entrenarse en lo que sea aplicarse la insulina, controlarse las glucemias y en la educación alimentaria de controlar los carbohidratos que comen para sumar la insulina. Así que requiere de un trabajo bastante importante desde que se internan con el diagnostico. Generalmente en una semana, y con todo el equipo, hacemos la educación diabetológica, donde los enfermeros juega un rol importante, y cuando se van a su casa tiene que saber tanto los padres como el niño/a, aunque sea las cuestiones básicas para poder manejarse en su día a día”, dijo Ojea, y resaltó la importancia de hacer consultas muy frecuentes aunque sea el primer año de diagnóstico y luego continuarlas, aunque luego de este plazo pueden ser más espaciadas.
En la cotidianeidad las niñeces pasan varias horas del día en escuelas, clubes y demás instituciones, en las que se encuentran sin el control de sus padres, por lo que estas últimas requieren de una infraestructura y capacitación para acompañar al menor en su tratamiento, aspectos que según la especialista no se están trabajando de la mejor manera.
“Este año hay una falla en la capacitación de los docentes, muchos nos han planteado la necesidad de querer aprender o de tener un espacio donde se les brinde información a los que trabajen con niños con diabetes, los docentes tiene que estar capacitados porque es un lugar donde los niños están cinco horas, juegan, hacen educación física y tienen que saber sobre la diabetes.”
Para hacernos una idea de la magnitud del tratamiento, es importante considerar que un niño con diabetes generalmente se tiene que inyectar cinco veces por día y se tiene que hacer al menos cinco controles diarios de glucemia, lo que serían como mínimo diez funciones diarias. No es difícil de imaginar lo que este proceso diario puede significar para ellos, y sobre todo si no tiene el acompañamiento necesario de profesionales y familiares.
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