Juan Carlos Miraglia, pintor informalista
Juan Carlos Miraglia, pintor y escenógrafo, incorporado al informalismo luego de una trayectoria artística no breve, en las primeras etapas de su obra era mencionado como uno de los pintores figurativos consagrados al tema boquense.
Nacido en Azul, provincia de Buenos Aires, en el año 1900 regresó a Italia junto a sus padres permaneciendo una década en aquel país. A su regreso, junto a sus progenitores, se radicó en Bahía Blanca. Su padre pretendía de él que fuera arquitecto, por su afición por el dibujo, pero decidido a estudiar pintura buscó un guía en el decorador italiano Juan Ferrari y lo siguió durante cuatro años.
Inició sus estudios artísticos en Bahía Blanca, continuándolos más tarde en Buenos Aires, primero en el taller del maestro Malinverno y luego en la Escuela Nacional de Bellas Artes. A mediados de la década de los años cincuenta dejó atrás su pintoresca temática boquense para inclinarse decididamente hacia la no figuración manchista y pronunciarse, más tarde, por el informalismo.
Dentro de esta última orientación se mantuvo fiel al procedimiento del óleo y a su larga experiencia en el orden de la composición equilibrada de la obra y la armonización y contrastación de los colores.
Como Miraglia, otros creadores -luego de cumplido un largo itinerario artístico- se orientaron hacia el informalismo de este artista, como Abel Laurens, Laura Mulhall Girando, Gowland Moreno; sin acudir a otra materia que el óleo y aplicando en la realización de sus obras lo que podríamos llamar la ciencia y la técnica tradicionales de la pintura.
Este movimiento conquistó en nuestro medio de manera realmente avasallante, durante los años de su mayor desarrollo, la adhesión de numerosos jóvenes, muchos de los cuales hicieron, dentro de esa orientación, sus primeras armas en la pintura y sus incipientes presentaciones públicas, como Juan Carlos Badaracco, Paulina Berlatzky, Bela Ban, artista húngaro, que se radicó en la Argentina, realizando obras orientadas dentro del informalismo, con ningún otro material que no fuera el óleo.
Juan Carlos Miraglia alcanzó a residir en Italia, ya adulto, menos de un año. De allí trajo una visión clara y una paleta de tonos aireados, limpios fluidos. Ese momento se ilustró en el Salón de Bahía Blanca en el año 1931.
Luego evolucionó hacia otras directivas, las de avanzada, inducido a ello, quizá, por el ejemplo de Pronsato. El predominio de éste llegó a ser evidente, así como había sido decisivo el de Miraglia. En este artista el cambio consistió en reducir el cromatismo a los tonos cada vez más bajos, conforme puede apreciarse en muchas de sus obras, dando la nota más rigorista en la supresión de la luz, en su obra Dock Sur.
Su obra ?Fachada roja?, seleccionada en el XIII Salón de Arte de Tandil en el año 1952, pertenece al patrimonio de este Museo Municipal de Bellas Artes.*
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