Juego online
Historia del juego en la Argentina y cómo podría cambiar pronto la legislación
El juego está en auge en la Argentina, hasta el punto de que, en la última década, los ingresos derivados de las apuestas se han doblado en el país, sobre todo gracias al fútbol, al baloncesto y a los juegos de casino.
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Sin embargo, la legislación del juego actual no refleja la demanda existente en el país. A pesar de la introducción de algún que otro cambio, la legislación argentina está muy desfasada respecto a los modelos más avanzados existentes en múltiples países europeos y asiáticos.
En este artículo analizaremos qué hay detrás de la legislación del juego en la Argentina, y qué debe hacer el país para satisfacer las necesidades del creciente mercado del juego online.
Breve historia de la legislación del juego en la Argentina
Durante los primeros 75 años de historia de la Argentina como país independiente, el juego estaba totalmente prohibido. La población del país, de mayoría católica apostólica romana, lo consideraba una actividad inmoral, lo cual ha influido en la legislación del juego desde entonces.
En 1893, sin embargo, se produjo el primer cambio importante. El congreso aprobó la lotería nacional, que se convirtió en la primera forma de juego legal en la historia de la Argentina. Ahora bien, se trataba de una lotería de beneficencia, centrada en la creencia cristiana de la caridad, y el dinero obtenido se destinaba a buenas causas.
Las cosas no cambiaron mucho durante el siglo siguiente: se legalizaron algunas formas de apuestas deportivas, como las apuestas hípicas, pero apenas se produjeron cambios importantes en la legislación.
Todo cambió en 1999. La Corte Suprema aprobó un decreto por el cual el país seguiría un modelo federal: sus 23 provincias, más la capital, Buenos Aires, tenían potestad para legalizar varias modalidades de juego dentro de sus fronteras.
Además, los diferentes municipios tenían ciertas competencias secundarias, como las relativas a las comprobaciones de seguridad.
A pesar de la magnitud del cambio, dejó múltiples aspectos sin resolver. Por ejemplo, el decreto no tuvo en cuenta el juego online. ¿Cómo podían legalizar las provincias algo que técnicamente no existía?
De hecho, el auge del juego online puso de manifiesto todas las carencias del sistema. Los operadores con sede en paraísos fiscales tenían muy fácil el acceso a mercados locales sin regular, e incluso las casas de apuestas físicas tuvieron muchos problemas burocráticos.
A medida que el siglo XXI avanzaba, la Argentina iba quedándose atrás respecto a muchos países europeos y asiáticos en materia de legislación de juego, incluso respecto a sus vecinos latinoamericanos, en un continente famoso por la laxitud de su legislación.
Las acciones del gobierno resultaron incoherentes e ineficientes. Empezó a repartir licencias para operadores de póquer online en 2002, pero intentó prohibir el juego en internet seis años más tarde. El juego online continuó creciendo como en la mayoría de los países del mundo. La legislación del país permitió que los operadores de paraísos fiscales entraran fácilmente en el mercado nacional y se hicieran con los negocios de las empresas locales, sin preocuparse demasiado por la seguridad de los jugadores. Era necesario actuar.
La legislación del juego actual
La Argentina continúa con el modelo federal creado por el decreto de 1999 que cedió la competencia normativa a las provincias. Desde entonces se han producido algunos pequeños cambios que han dibujado el escenario legislativo actual.
En 2018, los dos principales distritos del país –la ciudad de Buenos Aires y su provincia– aprobaron una legislación básica que permitía a las empresas privadas ofrecer juegos de azar, de habilidad y de apuestas mutuas en línea.
Desde entonces, 14 provincias más han seguido su ejemplo, incluidas Santa Fe y Corrientes, aunque todavía quedan 16 zonas que no reconocen formalmente el juego online y, por lo tanto, no pueden legislarlo.
Con una legislación tan complicada, se han producido varios intentos por coordinar la regulación del juego en todo el país.
En noviembre de 2020, el gobierno aprobó una ley para aumentar el impuesto a las apuestas online del 2 % al 5 %. También se incrementó un 10 % el impuesto para las empresas que operan desde paraísos fiscales.
Ello permitió al país obtener parte de los más de 2000 millones de dólares que genera el juego online y marcó el camino hacia una legislación nacional más exigente.
Aunque reconocer el juego online es indispensable si los países quieren aumentar sus ingresos y poder luchar contra los problemas de adicción que genera el juego, algunos expertos consideran que estas medidas no son suficientemente ambiciosas. Matej Novota, director de los equipos de análisis y reclamaciones de Casino Guru, un sitio web dedicado al juego online, lo explica de la manera siguiente:
“La legislación descentralizada de la Argentina ralentiza cualquier avance. El sistema actual implica la existencia de grandes diferencias de una región a otra, de lo que se aprovechan los operadores sin licencia. El marco legal no incluye tampoco medidas básicas para la seguridad de los jugadores, como normas de juego responsable y ayudas en caso de adicción. El país necesita apuntalar los cambios recientes con medidas más avanzadas si quiere ser considerado un mercado maduro”.
El futuro de la legislación del juego en la Argentina
Cuanto más demore el país la reforma de la legislación del juego, peor para la salud de su economía y de sus ciudadanos. Así lo ven organizaciones como la Asociación de Loterías Estatales de Argentina (ALEA), que pidió una mayor regulación del juego online a raíz del auge de la actividad durante la pandemia de COVID-19.
Es una opinión muy compartida en todo el país, ya que las reformas del juego en otros países latinoamericanos, como Brasil y Colombia, podrían dejar atrás a la Argentina. Y eso que los avances en el continente se quedan cortos comparados con los de muchos países europeos y asiáticos, donde se han tomado acciones decisivas para tratar el auge de las apuestas en internet.
Según los expertos, la necesidad de una reforma es evidente. Los hechos demuestran que una mala legislación provoca muchos problemas. Los operadores sin licencia podrían aprovecharse de los jugadores vulnerables, lo cual es un caldo de cultivo para los problemas de adicción al juego. Además, el país deja de ingresar mucho dinero al no poder cobrar licencias ni impuestos a los operadores.
¿Cuál será el marco legal de la Argentina en un futuro? Matej Novota considera que podría tomar diferentes caminos, pero el objetivo debería ser un modelo de licencias abierto. Con este sistema, podría otorgarse un número ilimitado de licencias, pero, para obtenerlas, los operadores deberían cumplir unos requisitos muy exigentes, así como respetar la legislación y pagar el precio de la licencia.
Este modelo es muy popular en Europa por varios motivos:
- Maximiza la oferta para los jugadores
- Deja en manos del mercado la erradicación de los malos operadores, en lugar de dejarlo al criterio (a veces limitado) del estado
- Genera mayores ingresos fiscales y más oportunidades laborales
- Su enfoque liberal permite combatir también el problema de la ludopatía con herramientas más sofisticadas
A pesar de las ventajas que supondrían estos cambios, su implantación conlleva mucho tiempo y esfuerzo. Según Novota, es necesario un poco de paciencia:
“Es crucial que la preparación se haga con cuidado. Los países que adopten este modelo no deberían tener prisa, sino analizar la situación de los países que lo han implantado antes y ver qué han hecho bien y qué se puede mejorar. Los reguladores deben crear una base sólida que permita introducir mejoras en el futuro”.
Si la Argentina decide tomar esta vía, el camino hacia un mercado del juego avanzado será largo y con múltiples obstáculos. Los defensores de la reforma del juego la consideran imprescindible en la nueva era digital, y cuanto antes empiece a implantarse, mejor.