El Monte Calvario de Tandil, un nuevo aniversario del más parecido al Gólgota de Judea

Este año se cumple el 76 aniversario de la creación del Calvario en la ciudad y de su primer Vía Crucis. Es justamente uno de los lugares más pintorescos e importantes a nivel religioso y turístico de Tandil, y que fue llamado así por su gran similitud con el sitio donde transcurrió la verdadera historia de la Pasión de Cristo en Jerusalén.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailTodo comenzó con la idea que tuvo el sacerdote y obispo Monseñor Fortunato J. Devoto de levantar en ese cerro, que era de su primo Pedro Redolatti, un monumento religioso de trascendencia nacional.
Así fue que le sugirió a su familiar la donación del terreno, que finalmente accedió en octubre de 1940. Tras alcanzar este objetivo, Devoto lo ofreció a la Sociedad San José que se encargara de la tarea de concretar la idea.
El 10 de enero de 1941, día de la Sagrada Familia, se terminó de formalizar la donación de las nueve hectáreas. En ese mismo año Monseñor Devoto falleció y no pudo ser testigo de los resultados.
La Sociedad, que no disponía de los fondos suficientes como para llevar adelante una obra de magnitud y que todavía no estaba definida a través de un proyecto, debió analizar sus características fundamentales, descartando la construcción de un templo, dado la cercanía de los ya existentes.
Expuesta la idea general, la señora Ernestina Lavallol de Acosta efectuó la primera donación en nombre de su madre Doña Ernestina Ortiz Basualdo de Lavallol, ex presidenta de la Sociedad. Aquellos 15.000 pesos de moneda nacional serían la base de la obra, que en abril de 1941 vio delineado su futuro al proponer la Sra. Elisa Bosch Alvear, marquesa de Kerhué y fina artista, que se levantara allí un Calvario, aprovechando la similitud extraordinaria del Monte con el Gólgota.
Aprobada la propuesta, Exequiel Bustillo, presidente de la Comisión de Parques Nacionales, donó la madera para la gran cruz que coronaría el conjunto, de coihue o de alerce-según los cronistas de la época- y de 17 metros de altura.
Esta cruz, enclavada al fondo de la avenida, a la que se le agregó luego una Piedad y un Descendimiento, fueron las primeras obras que dieron origen al actual Calvario de Tandil. La Municipalidad forestó, asimismo, con numerosos olivos ambos laterales de la avenida.
Finalmente, la Sociedad aprobó la iniciativa de Bosch Alvear de completar lo realizado con un Vía Crucis que ascendiera por el faldeo del cerro Redolatti hasta llegar a la gran Cruz, el que se ejecutaría con la participación de los más importantes escultores de la época. Se encomendó la dirección de tal obra al prestigioso arquitecto e ingeniero Alejandro Bustillo, quien luego de relevar el terreno y efectuar los estudios correspondientes, propuso el proyecto final.
El tradicional Vía Crucis del Monte Calvario de Tandil
Donaciones e inauguración
Los costos que exigía el arquitecto eran grandes, pero inmediatamente comenzaron a llegar las donaciones oficiales y privadas. La Nación contribuyó con 50.000 pesos de moneda nacional, la Provincia con 25.000 y el Municipio con 10.000. Se recaudaron, finalmente más de 150.000 pesos que permitieron cristalizar la obra merced; además los artistas cotizaron sus propias obras a precios mínimos.
Finalmente el 10 de enero de 1943, a dos años de nacida la inquietud, se inauguró el monumento al Calvario, Vía Crucis y Escala Santa, como se denominó. Las obras inauguradas incluían la gran Cruz, que había sido de dificultosa erección por su tamaño y peso, y trece grupos escultóricos más del Vía Crucis, entre los que se encontraban “La Piedad” y el “Descendimiento” que habían sido los primeros colocados y además Cristo orando en Getsemaní.
Una multitud calculada en cuarenta mil personas se agolpó para que a las 10 de la mañana, y con la presencia del Presidente de la Ramón Castillo, el vicegobernador de la Provincia, el Nuncio Apostólico, el Obispo de Azul Monseñor Caneva, el Intendente Municipal William Leeson, Monseñor D’Andrea y el Párroco de Tandil Julio Chienno fueron testigos y protagonistas de ese hecho histórico.
El Gólgota en Jerusalem.
Paseo descriptivo
Entre los cientos de eucaliptus, olivos y pinos se alzaban estas esculturas originales de los artistas José Fioravanti, Carlos de la Cárcova, Horacio Cerantonio, Santiago Berna, Pedro Tenti, Roberto J. Capurro, César Sforza, Ernesto Soto Avendaño y Ricardo Musso. Se fundaba así una expresión de lo más representativo de la escultura argentina.
Años después fueron remplazadas algunas de las estaciones por su deterioro, perdiéndose obras de gran valor, como las de la Cárcova y Tenti y la Cruz de madera fue reemplazada en 1949 por una de cemento, que continúa en la actualidad con cinco metros más de altura que la original.
Una gran escalinata de piedra culmina con el Cristo de mármol francés crucificado a 20 metros. El sendero del Vía Crucis con los grupos escultóricos recuerdan las distintas estaciones del Calvario. La capilla dedicada a Santa Gemma de estilo romántico y la reproducción de la gruta de Lourdes complementan un marco espectacular por su belleza incomparable.
Situado en cercanías de la ciudad, el monte alza sus grises granitos de redondeados contornos, como muñones implorantes que de suyo imponen silencio al alma. Convenientemente forestado por eucaliptus, pitas y algunas coníferas se transforma a la vista de cualquier visitante en un monumento por sí solo.
Esta disposición natural que ofrece al recogimiento, se ve desde la lejanía aumentada por la presencia culminante del imponente Cristo que, integrado al paisaje, da la característica esencial a esta conjunción de arte y religión.
La conmemoración de la Semana Santa en Tandil resulta desde hace medio siglo una de las más importantes en la República Argentina y aún en Sudamérica.
Su solemnidad, la multitudinaria expresión del espíritu religioso, la representación de la Vida, Pasión y Muerte de Jesús en el gran Anfiteatro ubicado al pie del cerro Independencia y las expresiones culturales que integran la Semana, tienen como majestuoso punto de partida el Monte Calvario.