El inicio en la sexualidad se da cada vez más temprano en los adolescentes, en Tandil promedia los 15 años
La edad del debut amoroso baja año tras año en todo el país y se refleja en la ciudad. Mientras que el embarazo adolescente ha bajado mínimamente, no como en el resto de Latinoamérica. Incentivo para que jóvenes y padres desinformados den lugar a las inquietudes a través de un profesional y no desde las redes sociales. La vigencia e importancia de los métodos anticonceptivos.
La última Encuesta Nacional sobre Salud Sexual y Reproducción (ENSSyR) sostiene que el 62 por ciento de los varones y el 54 de las mujeres de entre 15 y 19 años de todo el país ya han tenido su primera relación sexual. De éstas, el 17 por ciento tuvo su debut antes de los 15 años; mientras que un 60, entre los 15 y 16 años y el restante 23, entre los 17 y 19 años.
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Los especialistas coinciden en que la edad de iniciación baja año tras año, en Tandil se ve reflejado lo que se viene registrando en el resto de Argentina y está promediando los 15 años, según confirmó Rosana Fullone, quien está al frente de la Unidad de Ginecología Infantojuvenil que funciona en el Hospital Ramón Santamarina.
Información propiciada tras un relevamiento de las sociólogas del Conicet Silvia Necchi y Marta Schufer logrado a raíz de consultar a 420 varones de entre 15 y 19 años determinó que el 55 por ciento ya estaba iniciado sexualmente, mientras que unos 170 chicos tuvieron su primer encuentro entre los 14 y 16 años. Según este informe, el 41,6 por ciento recurrió a una prostituta, el 26,6 se inició con sus novias, el 20,2 con amigas, y el 10,7 con parejas ocasionales.
En este sentido, la profesional aseguró que el tema hoy por hoy son las prácticas, ya que la iniciación no solamente tiene que ver con la penetración, sino también con otros actos como el sexo oral o anal. Asimismo, indicó que actualmente el adolescente prueba varias actividades sexuales, no solamente en relaciones heterosexuales sino con jóvenes de su mismo sexo, aunque eso no siempre es lo que va a definir la sexualidad.
Por esto mismo, a la hora de hacer la prevención se centra la atención en educar, lo que significa explicar tanto los métodos anticonceptivos para evitar el embarazo, como el uso de preservativo para impedir las enfermedades de transmisión sexual en cualquiera de las prácticas.
Por otro lado, con relación al embarazo adolescente, contó que en la ciudad se ha constatado una leve disminución de casos entre 2017 y 2018, pero según aclaró la especialista se mantiene en un número muy similar y no solamente depende de la llegada de los métodos anticonceptivos sino de causas culturales y sociales. Al respecto recordó que hay un consultorio específico para cuestiones relacionadas con la Interrupción Legal del Embarazo (ILE), donde generalmente llegan pacientes derivadas desde Servicio Social.
“Si hablamos de inicio de relaciones sexuales no podemos desconocer que existen y van a seguir existiendo en edades tempranas, a los 15 años o antes, y que lo importante en esto es llegar antes para la prevención del embarazo no deseado y para evitar las enfermedades de transmisión sexual”, consignó.
Desde las distintas áreas del Hospital trabajan continuamente en el dictado de charlas informativas y talleres de prácticas de métodos. “Es importante poder llegar no solamente a los adolescentes, sino también a sus familias, tutores o referentes docentes, para que sepan que lo mejor que puede tener un joven es inquietud, preguntar y no buscar la respuesta en los medios sociales, sino que puedan recurrir a los profesionales”, enfatizó.
Que las chicas se empoderen
Hablando del sistema público, en el consultorio de adolescencia del Hospital la mayoría de las chicas que reciben llegan acompañadas por sus mamás, aunque a veces también de amigas o hermanas.
Según detalló Fullone, el procedimiento básicamente consiste que en las dos personas ingresen al consultorio, donde se escucha el motivo de visita que expone la madre y posteriormente se la invita a retirarse, para continuar una conversación con la adolescente y conocer más sobre sus inquietudes. “Esto es así porque no siempre lo que motiva a los padres coincide con los cuestionamientos que puedan tener las jóvenes”, reveló. Es ahí donde le explican que dentro de ese despacho ellas cuentan con el derecho a la confidencialidad, a la autonomía y la capacidad de decidir, garantizando que nada de lo que se hable va a ser revelado, salvo que corra riesgo su vida.
“Tratamos que la adolescente se empodere de su situación, que si va a tener relaciones sexuales sean consentidas, con una persona que conozcan, que no estén bajo el efecto del alcohol, rescatando la importancia de que el cuerpo es de cada uno y que nadie lo tiene que tocar si no se quiere”, enfatizó.
De todas maneras, advirtió que, aunque en un bajo porcentaje, existen familias en las cuales se prefiere que no se hable del tema, por temor a que a raíz del conocimiento empiecen a recurrir a prácticas que desconocían. “Hoy con el acceso a las redes sociales y al estímulo que tienen es importante que los padres sepan lo indispensable de acudir a una consulta, ya que es preferible eso a que piensen que por no hacer preguntas sus hijos no tienen relaciones”, incentivó.
Anticonceptivos de hoy y de siempre
Con respecto a los métodos de prevención, si bien hay varios nuevos, el preservativo sigue siendo el de mayor importancia y no pierde vigencia, por su doble propósito.
“Nosotros explicamos su uso correcto, siendo importante que también la mujer lo lleve consigo y no dependa del hombre solamente la implementación del método”, insistió Fullone.
Entre las opciones para evitar el embarazo en adolescentes contó que se priorizan los sistemas que son denominados de larga duración, como la colocación del Dispositivo Intrauterino (DIU) y el implante subdérmico, que hoy las jóvenes conocen como “chip”.
“Vamos a desmitificar el DIU, porque si bien hace muchos años atrás no se podía utilizar en esas edades por no estar indicado para mujeres que no habían tenido hijos, eso ha cambiado y en la actualidad se ha convertido en un excelente método que dura hasta diez años”, aseveró.
En tanto que el “chip” es una varilla plástica flexible del tamaño de un fósforo que se coloca en el brazo y tiene una duración de tres años. Lo que hace es liberar una hormona, que al principio puede generar una menstruación irregular, pero luego provoca la falta de la misma haciendo que la capa del endometrio no se forme. Cabe destacar que necesita controlarse entre una y dos veces por año, y está destinado a toda persona con capacidad de gestar que no cuente con cobertura del subsistema de obras sociales o del subsistema privado, haya tenido o no un evento obstétrico. Los expertos descartan que la aplicación sea dolorosa o que provoque aumento de peso.
También remarcó que existen los anticonceptivos por boca, que sí dependen del compromiso de la usuaria de tomarlos cada día a la misma hora, y los inyectables que pueden ser mensuales o trimestrales.
“A las chicas se les explican todas y cada una de las técnicas disponibles para que por sí misma decida cuál es el mejor, aunque a veces el profesional puede inducir según las características que tenga el paciente”, informó.
Por otro lado, con respecto al uso de la pastilla del día después o “anticoncepción de emergencia” como se lo denomina, no hay un número real de cuánto es el uso porque son píldoras que en los Centros de Salud y Hospitales se entregan gratuitamente. “Se debe usar en todos los casos que haya habido una falla en cualquiera de los métodos y no tiene contraindicación alguna”, subrayó, además recomendó que se suministre lo antes posible luego de una relación donde no haya existido ningún tipo de cuidado.
Embarazo adolescente
Cada año nacen dos millones de niños de madres que tienen entre 15 y 19 años en América Latina y el Caribe. La región tiene la segunda mayor tasa de embarazo adolescente del mundo, con 66,5 nacimientos por cada mil jóvenes, un número que solo es superado por África subsahariana, cuando la tasa mundial promedio es de 46.
No se trata únicamente de un problema de salud pública, sino también de desarrollo, derechos humanos e inequidad. El 15 por ciento de todos los embarazos de la región se producen entre menores de 20 años, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras entidades.
Los expertos coinciden en que el embarazo adolescente es multicausal, y en América Latina sobresalen dos factores: la falta de acceso a una educación sexual integral y a servicios de prevención y anticoncepción.
Aunque el registro en Tandil haya disminuido levemente, las estadísticas del resto de Argentina indican que, a pesar de que no tiene una tasa muy alta, es el único país latinoamericano en el cual aumentó, lo que se explicaría, entre otras causas, por el incremento de la pobreza y el descenso de la escolarización en algunas provincias.
Las redes y la precocidad
“Sexting” y “Selfies hot”, son los términos y usos que últimamente quitan el sueño tanto a los padres como a los profesores y maestros. El primero hace referencia al intercambio de mensajes, fotos y videos sexuales en clase, mientras que el otro significa autofotografiarse en poses eróticas o mostrando partes íntimas, lo que ya está ocurriendo en los chicos de apenas 13 años. Una y otra vez, son las redes sociales el factor común. Es que son ellas las que permiten hacer contactos tan fugaces como inmediatos.
Finalmente, pareciera que Internet habilitara toda una parafernalia de dispositivos para anticipar el despertar sexual adolescente.
En tiempos en que las fronteras entre lo íntimo y lo público empezaron a correrse, la sexualidad se exterioriza, escandalizando y preocupando a los padres y maestros, que muchas veces se distraen del problema de fondo: la incomunicación y la desinformación que atraviesa a todas las generaciones.
Según Evangelina Narvaja, becaria doctoral del Conicet que investiga el sexting entre adolescentes, desde 1999 hasta hoy, la edad media de iniciación sigue siendo alrededor de quince años para chicos y chicas. “Puede que haya aumentado un poco el porcentaje de los más precoces, pero el promedio se mantiene. Lo que es innegable es la información a la que los teenagers tienen acceso a través de Internet, que incluye el consumo de pornografía”, advirtió.
Por este mismo motivo, es que la titular de la Unidad de Ginecología Infantojuvenil que funciona en el Hospital Ramón Santamarina, remarcó lo fundamental de que los padres se involucren, guíen y acompañen a sus hijas a una consulta ginecológica, ya que hoy con el acceso a las redes sociales y al estímulo que tienen el despertar temprano es casi inevitable.