El desafío cotidiano que celebra medio siglo
“La clave es analizar la situación día a día, para ver qué hacer a la mañana siguiente. Así llegamos a los 50 años”, señaló Fernando Asensio, propietario de la firma destacada por la entidad empresarial.
A través de su presidente, contador Marcos Redolatti, la Cámara Empresaria de Tandil distinguió esta semana a una empresa de la ciudad que celebra sus 50 años de vida: Muebles Colombo.
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Fernando Asensio, titular de la firma, fue quien recibió el galardón de la entidad empresarial, y contó las claves que hicieron posible a Distribuidora Confortan “Muebles Colombo” alcanzar nada menos que medio siglo de vida en su local de 9 de Julio 666 en una historia económica repleta de vicisitudes, siendo testigo del nacimiento de comercios y de persianas que se bajaron para siempre.
“La clave, sinceramente”, dijo Asensio al momento de recibir la plaqueta homenaje, “es reunirnos y analizar la situación, día a día, para ver qué hacer al día siguiente. A nivel familiar la empresa tomó esa pauta y así cumplió 50 años. Sé que no es lo común en el mundo, pero acá sí. Hay que analizar la economía de uno cotidianamente”.
El empresario recordó a quienes iniciaron el recorrido: Miguel Américo Colombo y Enrique Sachetto “quienes con muchísimo sacrificio comenzaron con la la empresa en el mismo lugar donde continuamos nosotros”
Ajedrez cotidiano
Para quien logró sortear el “Rodrigazo”, hiperinflaciones varias y otros tantos quebrantos de la economía nacional, la crisis que desde marzo trajo la pandemia del COVID 19 tal vez no sea la peor. Ni la última. Pero siempre Colombo Muebles hará frente a situaciones adversas a través de aquel método propio.
Con una mirada retrospectiva, la supervivencia de este negocio reflejaría algo así como un milagro: ninguno de los negocios de ese tramo de la calle 9 de Julio quedó en pié. No obstante, Asensio habla de un “ajedrez, un análisis muy ajustado de la economía propia vinculada a la del país. Una empresa no depende de sí misma exclusivamente depende de los proveedores, del público y de los factores que cada día presenta el país. Y en las épocas malas eso lleva a trabajar el doble de lo que correspondiera si fuera una economía estable donde se pueda programar.
Acá uno mira qué puede pasar mañana y nunca se sabe.
-Cincuenta años. ¿Y de ahora en más?
-Es una incertidumbre difícil de despejar, pero hemos pasado épocas difíciles y no pensamos en bajar los brazos. Esto ha sido un emprendimiento familiar y en los momentos más terribles fue cuándo más apoyo nos dábamos para salir adelante. ¿Por qué? Porque sabemos que esas circunstancias no son de por vida: son transitorias. Los gobiernos duran uno, dos, cuatro u ocho años, pero pasan y el que queda es uno. Ahí es cuando hay que decir “me tengo que reafirmar en lo que tengo porque en algún momento las cosas se tienen que solucionar”. Después, no sé, vendrán años buenos y probablemente volveremos a caer, pero nunca se puede pensar que por que esté un determinado programa económico uno va a declinar sus esfuerzos, al contrario: ahí es cuando más hay que aferrarse al esfuerzo. El esfuerzo de 50 años no puede declinar ante una mala programación de la ciudad, provincia o nación o del entorno económico que provee a la empresa.
-¿Cuál sería el consejo para quien aspire a sostenerse medio siglo con su negocio en nuestro medio?
–Que le guste lo que está haciendo. Te pueden pasar cosas malas, pero si te gusta vas a seguir adelante. Hay gente que por el simple hecho de que algo le gusta lo hace “ad honorem”, de manera que si alguien hace algo por el sólo hecho de que lo apasiona, sin cobrar, ¿cómo nosotros, que estamos percibiendo un beneficio vamos a declinar? Es imposible. Porque nos gusta. Declinar sería algo muy contradictorio a nuestros principios. Es así de sencillo.