Daniel Di Battista, abocado a la industria textil en la ciudad, dialogó con El Eco de Tandil contando pormenores del impacto de la crisis actual en su rubro. “En cuanto a lo textil, hay algunas islas de mucho consumo. Hay bastante trabajo, generado desde empresas que demandan ropa laboral, de sectores como el agroindustrial. Distinto es lo que tiene que ver con la parte metalúrgica, la demanda de ropa para el obrero está planchada, no le renuevan la indumentaria. Pero, obviamente, vestirse es una necesidad básica. Por otra parte, Tandil es una isla en esta crisis, aunque tenga una industria textil que no es de las más importantes. Así y todo, existen varios talleres que están trabajando, atendiendo la demanda local. También entra ropa de afuera, traen desde La Salada, de Once, de Flores… como también hay importación”.

-También ropa usada…

-Claro, está entrando en gran cantidad. Es por eso que vemos la proliferación de tantas ferias. En los momentos de crisis, se ve que hay una considerable demanda de ropa usada a muy bajo precio. También existe mucha venta a través de las redes sociales, son comercios que no están habilitados y venden de esa manera. Es una competencia desleal para el comerciante instalado.

Pero, dentro de todo, la industrial textil, tan castigada en otros años, se va adaptando, por ejemplo recurriendo a talleres externos. A veces, se busca no dotarse de mucho personal para no sufrir un alto gasto fijo.

-¿La actual es la crisis más impactante que le ha tocado soportar?

-He pasado por varias, porque estoy en el rubro textil hace aproximadamente 35 años. Esta vez, lo que me salvó fue la implementación de mano de obra intensiva propia. Tuve colaboración de mi familia y así pude achicar costos. No tuve que despedir gente, generé más trabajo e incorporé tecnología. Invertí y aposté.

-¿Por qué cree que Tandil se constituye en esa ‘isla’?

-La ciudad tiene un ingreso genuino y externo de dinero muy grande. No nos olvidemos de que la Universidad maneja un presupuesto igual o más grande que el del Municipio. También tenemos el Ejército, la Fuerza Aérea, el Polo Informático… Eso genera una activación económica muy grande.

-¿Cómo avizora el panorama económico del país a corto plazo?

-Tengo cierta esperanza por el solo hecho de que soy optimista, no es que tenga argumentos para pensar que va a ir todo bien. Pero preferiría esperar antes de dar una opinión. Con ‘el diario del lunes’ vamos a tener una referencia más clara. Obviamente, en la situación en que veníamos ya no se podía seguir. Alguien tenía que hacer un cambio y se hizo con este Gobierno, no sé si es la mejor opción. Espero que hayamos tocado fondo y que lo que venga ahora sea crecimiento. El país tiene los recursos y el capital humano para lograrlo. Está la decisión de salir adelante, confío en que lo logremos desde la democracia, la cultura de trabajo y el sentido común. Hoy, quien tiene un oficio y trabaja bien, tiene trabajo. Fijate que cuando necesitás un plomero o electricista, a veces te dan turno de acá a un mes.

-¿Llegó a considerar la idea de cerrar?

-No, para nada. He pasado otros momentos muy difíciles.

-¿En 2001, por ejemplo?

-Ahí fue cuando empecé a crecer. Estaba muy endeudado y no tenía cómo responder. Me la jugué y me fue bien. Fue un momento difícil porque uno en ese entonces no estaba preparado para cambios, seguía trabajando igual. Hoy, en Argentina ya sabemos que tenemos que ‘aggiornarnos’ permanentemente, siempre hay que estar previendo que va a cambiar algo.

-Establecieron un convenio con el Centro de Formación Laboral…

-Exacto, con Daniel López. Estamos buscando que haya empleo, capacitación permanente, que la gente tenga recursos para salir adelante. En Apymet, donde soy vocal y prosecretario, tenemos la escuela de formación, es una dependencia del Centro de Formación Laboral. La gente que sale de ahí lo hace capacitada y con trabajo.

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Di Battista: “Tandil es una isla”