Con orgullo y alegría, el Jardín de Infantes 924 de Las Tunitas recibió el nombre de Francisco Juldain
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En un marco festivo la comunidad educativa del Jardín de Infantes 924, ubicado en la esquina de Bolivia y Thomas del barrio Las Tunitas, recibió ayer el nombre de Francisco Juldain, imposición ratificada por la resolución de la Dirección General de Cultura y Educación 4.354.
Encabezaron el acto el intendente Miguel Lunghi y la directora de la institución, Silvia Inorreta. Participaron además el presidente del Concejo Deliberante, Juan Pablo Frolik; la jefa distrital de Educación, Andrea Etulain; la jefa regional de la sección XX, Mónica Poumé; consejeras escolares; la ex presidenta del Consejo Escolar y actual concejal del bloque radical, Mercedes Fuentes, docentes, alumnos, padres y amigos.
Pasadas las 11, tras deleitarse con las canciones y el baile que presentaron los más pequeños, las autoridades procedieron a descubrir la placa conmemorativa a la fecha para luego dar paso a la bendición del jardín y a la entonación de las estrofas del Himno Nacional Argentino.
A la hora de los discursos, una de las encargadas de brindar unas palabras en tan especial ocasión fue la directora Silvia Inorreta, quien con un tinte emotivo saludó a los presentes y expresó que “a partir del 1 de abril de 2010, la comunidad educativa del jardín fue convocada para la selección del nombre, investigando e indagando para revisar el pasado de la comunidad en la cual está inserto el jardín, afianzando los principios de tolerancia, respeto, las creencias e ideas de todos los argentinos”.
Contó que la selección se dio a través de una consulta democrática, “promoviendo la participación activa hasta llegar por elección mayoritaria a un resultado”, tras elevarse seis propuestas, siendo la más votada la denominación de Francisco Juldain, lo que genera “un fuerte sentido de pertenencia en los niños y unión en la comunidad”.
Recordó a Juldain como “un inmigrante vasco, oficialmente el primer maestro de Tandil. Juan Fugl lo propuso como preceptor de la reapertura de la escuela pública, quien comenzó a cumplir sus funciones el 1 de agosto de 1857”, al tiempo que resaltó su característica como “maestro de exquisitas condiciones, merced a su tenaz acción, el mundo escolar se fue incrementando paulatinamente. En muy poco tiempo, la escuela resultó chica para albergar a los 30 colegiales que asistían en ese momento”.
Lo describió luego como “un hombre que se destacó por sus virtudes cívicas, por su espíritu humanitario y solidario. Los que conocen su historia saben que es un ser a imitar, de una bondad ilimitada que hoy de alguna forma nos deja su nombre en este jardín”.
Por último, Inorreta agradeció “a todos los que colaboraron y participaron de una y otra manera para que esto se hiciera realidad. Cada uno de ustedes sabe lo que valoró su incondicionalidad, sus palabras de aliento, la energía. Imposible me resulta no mencionar a los protagonistas más importantes que son los niños que concurren diariamente al jardín, a quienes debemos cuidar y acompañar en el trayecto educativo que comienza en este nivel y continua en los siguientes”.
“Un maestro con
todas las letras”
Por su parte, el intendente Lunghi manifestó que “resulta un acto de justicia con la historia y con la educación imponerle a esta prestigiosa comunidad educativa el nombre de aquel vasco laborioso, preceptor y primer maestro de la reciente aldea, don Francisco Juldain”.
Ratificó luego que “fue en 1857, junto al colono y civilizador Juan Fugl, el hombre que abrió el surco de la educación en Tandil, el que participó de la fundación de la primera escuela, el que vio llegar los primeros libros donados por Sarmiento”.
También recordó a Juldain como “un maestro con todas las letras y todos los significados que semejante palabra revela. Maestro es quien se encarga de la educación formal e institucionalizada de los niños de la educación infantil. Por su clima de época, por el tiempo histórico en el que se desempeñó, Francisco Juldain trascendió también la categoría de maestro, sumándose a la de los pioneros y precursores”.
Por último, desde su rol político, expresó que “esperemos que con el tiempo y con la maduración de la democracia tengamos autonomía municipal para estar ayudando en todo lo que la directora del Jardín 924 necesite, y también de otros jardines porque en la medida en que haya más educación en todo nivel vamos a tener mejor calidad de vida y un país mejor”.*
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Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios