Cómo proteger de los estruendos a las mascotas
Los fuegos artificiales, las bombas de estruendo y los ruidos molestos suelen ser parte de cada festejo de Fin de Año o Navidad, pese al esfuerzo que hacen varias agrupaciones por enseñar los perjuicios que genera. Quienes más lo sufren -o unos de los que más lo hacen- son nuestros perros o gatos, que ante el susto salen corriendo sin dirección fija
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Si bien se desconocen ciertamente los motivos por los que algunos perros se asustan y otros no, existen teorías que aseguran que se trata de una cuestión genética. Estos postulados advierten que las razas de caza no se aterran porque estarían acostumbrados a los disparos, aunque también se relaciona con la sensibilidad auditiva que tienen. Por su parte, los gatos son afectados en menor medida y, en vez de huir, se esconden en un lugar de la casa en el que ellos se sienten seguros.
Para protegerlos durante estas fiestas ante los posibles estruendos producto del uso de fuegos artificiales, los veterinarios señalan que lo ideal es que los perros permanezcan con el dueño en un lugar seguro donde no se puedan escapar y puedan estar tranquilos. Asimismo, detallan que las luces convenientemente deben permanecer apagadas y las ventanas cerradas “así no se alteran”, teniendo en cuenta que el primer reflejo del can es salir corriendo sin dirección alguna.
Otra alternativa que algunos profesionales recomiendan como última opción es sedar al animal con las conocidas “gotitas”, que son un preanalgésico y que suelen tener efectos secundarios. En este sentido, algunos advierten que no es conveniente aplicarlas ya que no todos los animales responden de la misma manera a ellas. En tal caso, si se desea hacer uso de este producto es pertinente hacerlo bajo la autorización de un veterinario que indique la dosis necesaria. “Nunca debe medicar uno mismo al animal”.
Por último, recomiendan ir con el animal una vez que finalicen los ruidos para tranquilizarlo. “Hay que dejarlo en ese mismo lugar o, si estás en un patio cerrado, llevártelo con vos. Pero que no represente una situación de estrés para el perro ni para el dueño”.
La importancia de atender a estos cuidados reside en la necesidad de evitar que luego de las fiestas haya perros atropellados o perdidos. O que, incluso, aquellos canes que se encuentren cerca de los estallidos sufran pérdida de la audición, una afección irreversible.