Alertaron sobre las proporciones descomunales de un basural a cielo abierto denunciado por vecinos
La Mesa Girsu compartió imágenes de un espacio en el que se observa la acumulación de residuos. Apuntó contra el Municipio y lo acusó de ser “cómplice de una práctica ilegal” que genera “alto impacto ambiental”.
La Mesa Girsu volvió a encender las alarmas a raíz de la detección de un basural a cielo abierto denunciado por los vecinos, que se encuentra entre La Porteña y Cerro Leones, y apuntó contra el Municipio, al que acusó de ser “cómplice de una práctica ilegal y de alto impacto ambiental, pero que le permite ahorrar espacio en el relleno sanitario y reducir los costos de la gestión de residuos, a costa del bien común y del futuro de los tandilenses”.
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La denuncia fue acompañada por un video que muestra desde el aire, a través de imágenes captadas por un drone, las dimensiones del espacio donde se acumulan residuos de todo tipo.
En este caso, se trata de un predio de 20 mil metros cuadrados, entre La Porteña y Cerro Leones, que “fue creciendo rápidamente desde que se clausuró otro enorme basural a cielo abierto, como resultado de la denuncia que hicimos en septiembre de 2017. Allí ingresan decenas de contenedores cada día, de diversas empresas”.
“Pero evidentemente, se cerró un basural a cielo abierto y automáticamente se abrió otro. Sin embargo, esta vez no puede volver a pasar que se tape todo con tierra y que se haga como si esto nunca hubiese existido”.
Un nuevo predio
En un informe enviado a este Diario, desde la Mesa Girsu indicaron que en septiembre de 2018 los vecinos de un predio cercano a la Ruta 30, entre La Porteña y Cerro Leones, denunciaron públicamente la formación de un “enorme basural a cielo abierto”.
En la oportunidad, señalaron que el predio está activo “desde hace meses”, pero que “en el último tiempo creció de manera exponencial”, a la vez que hicieron sentir sus preocupaciones al señalar que “están contaminando todo, las napas de agua y el aire cuando prenden fuego, que genera un humo que no deja respirar”.
El informe indica que la respuesta del Municipio, a través del director de Medioambiente, Héctor Creparula, fue explicar que “si se rellenan cavas con residuos, se está incumpliendo la ordenanza”.
Los integrantes de la Mesa Girsu expresaron su preocupación por este mecanismo “mediante el cual miles de toneladas anuales de residuos se disponen de manera insegura, transformándose en un peligro para el ambiente y para la salud”.
Los residuos que se depositan
Frente a esta situación, “decidimos hacer públicas estas imágenes”, que muestran “qué tipo de residuos se están disponiendo en esta enorme cava que, si bien es la más grande que encontramos, y que cualquiera puede encontrar usando Google Maps o Google Earth, no es la única que se rellena con residuos en la actualidad”.
De acuerdo al material captado, indicaron que “allí se dispone lo mismo que vemos en los contenedores diariamente en la calle”, a saber, “residuos electrónicos, voluminosos y desechos de construcción y demolición, reciclables, etc., y muchas cosas más, como residuos industriales, bidones de agroquímicos, entre otras cosas”.
A propósito de esta observación, hicieron hincapié en un proyecto de ordenanza que la mesa presentó a través de la Banca XXI ante el Concejo Deliberante que apunta a generar una trazabilidad del destino de los contenedores privados. Sin embargo, lamentaron que esta iniciativa “duerme en un cajón”.
También citaron otras propuestas, como la de los grandes generadores de residuos, que “podrían ayudar a mejorar esta situación, mientras esperamos que el Municipio venga a ocupar la silla vacía que tiene en nuestra mesa”.
“Un aval silencioso”
En diálogo con El Eco Multimedios, uno de los representantes del espacio, Luciano Villalba, repasó los alcances de la denuncia y reclamó al Municipio que actúe para evitar que la problemática siga avanzando.
En primer lugar, indicó que en septiembre de 2017 el concejal e integrante de la mesa, Rogelio Iparraguirre, denunció la presencia de un basural a cielo abierto en inmediaciones al cruce las rutas 226 y 30 que derivó en su clausura inmediata.
“Cuando se cerró el otro basural, comenzó a crecer este y los vecinos lo denunciaron. Esto siguió porque no hubo una respuesta”, se quejó.
Luego, describió que resulta “muy difícil” acceder a ese predio y que tuvieron que recurrir a un dron para observar la “real dimensión” del problema “y nos encontramos con una sorpresa”.
Desde su perspectiva, Villalba consideró que “parece complicidad; no es falta de control sino un aval silencioso a esta práctica que se denunció en 2017”, y contextualizó que en esa primera experiencia “nos encontramos con un expediente en el Municipio desde 2014 con un seguimiento de ese basural, que continuó hasta que se hizo la denuncia pública”.
“Recién ahí se clausuró. Empezó este y ahora sucede lo mismo. Pero no queremos que sea la misma experiencia que el anterior, que se tapó con tierra porque no es lo que corresponde”, alertó.
A la hora de analizar las opciones para responder a este esquema, reflotó la propuesta que apunta a la trazabilidad de los contenedores, que permita establecer hacia dónde se destina su contenido. “Eso implica además poder recuperar material que se puede recuperar”, indicó.
Esto debería acompañarse por un sistema de recolección de residuos voluminosos como se implementa en otras ciudades y que “acá no tenemos”.
“Es algo que involucra a los usuarios, la información y capacitación es fundamental. Lo que no se puede hacer es tapar todo con tierra y seguir como si nada”, alertó Villalba.
Por eso, deseó que el Municipio “comience a buscar una solución de fondo”, mientras ratificó la continuidad de la denuncia ya realizada en la Justicia, que “intimó al Municipio a tomar medidas para que esto no se reproduzca y vemos que claramente eso no sucedió”.